viernes, 15 de enero de 2010

La banda del consenso.

Estoy hasta el gorro de leer que Laporta/Godall/Sala Martin buscan la pacificación y que pretenden lograr una candidatura unitaria. De consenso. Invitan a Jaume Ferrer a que se una a ellos y dicen, o cuando menos lo dice el diario de colores, que también les gustaría conseguir que se sumara Soriano a quien le podrían incluso ofrecer encabezar esa candidatura, la de "la banda del consenso". No sé si son ellos los que lo pretenden o si es el boletín el que lo persigue. O ambas cosas.

Sea lo que sea, nunca habrá unidad entre ellos. Porque lo que se dicen los unos de los otros no se escucha ni en el Raval, y que no se ofendan los de esa noble parte de la ciudad dónde, desde luego, hay mucho más señorío -y barcelonismo- que en esa hoguera de vanidades que representan los supervivientes de lo que ha llegado a ser, no hace mucho tiempo, el Titanic de los palcos de fútbol. Pero como le sucedió al más lujoso barco del mundo va camino de hundirse para siempre.

A Laporta, si le queda todavía algo de listeza, lo mejor que puede hacer es poner pies, o agua, de por medio, y aspirar a que se le recuerde por el presidente que fue, a pesar suyo, el de las 6 Copas, a que se le olvide para siempre, como ya nadie quiere recordar que Gaspart fue veintidós años vicepresidente y además dos y medio presidente.

A Godall, ahora que vamos cara a la primavera, que vaya desempolvando los trapos del armario y se dedique a lo suyo: a meditar, en tanga, por las orillas de las playas de Gavá/Castelldefels, porque nunca él podría aspirar a tanto y el Barça a tan poco como llegar a ocupar la presidencia de la entidad.

A Sala i Martin, mejor que vaya pensando en cambiar de sastre, porque con las chaquetas que le hacen en la India para iluminar las noches barcelonesas pueden ser válidas pero para seguir luciendo en el palco se le ven demasiado el plumero, por mucho que le hayan vendido la burra sus inseparables Laporta y Oliver, el Barça que históricamente lo ha resistido todo, por lo único que no pasaría y por tanto no resistía es por una presidencia con todos los colores del arco iris.

En cuanto a Soriano, conocido por algunos despistados como "el humilde", y que es el sueño de un brazo del grupo Godó y otro sueño de parte del grupo Zeta, es preferible que intente solucionar de una puñetera vez los graves problemas de Spanair y los catalanes puedan volar con tranquilidad que su afan de reconquista del Barça como si se tratara de cualquier Cid Campeador de barrio.

De Jaume Ferrer prefiero -de momento- no hablar porque me consta, salvo sorpresas de penúltima hora, que no está por ese pretendido reagrupamiento con "la banda del consenso". O cuando menos, los que le rodean, desde Albert Perrín hasta Alejandro Echevarría no están (hoy) por la labor. y le dejarían más solo que la una, salvo que la hipocresía les hiciera rectificar y todo lo que han dicho de Laporta/Soriano/Sala Martin y Godall alguien le echara huevos y lo publicara. Y los hay (pocos, pero los hay) dispuestos a eso y mucho más.

Por eso no creo en la unidad de esta "banda del consenso" por mucho que me lo vendan en colores con fotografías de todos ellos juntos que parecen tomadas ayer pero que huelen a naftalina. Y es que hay colegas, que trabajar no trabajan, pero por el consenso de los intereses son capaces de seguir rastreando todos los archivos con tal de encontrar imágenes de todos ellos juntos y sonrientes cómo si ya celebraran la iluminación del consenso, promociones incluidas.