domingo, 29 de junio de 2008

Rosell/Ronaldinho.

Laporta ha dicho que hay moción de censura, no elecciones. Si es así, ¿por qué el vice y delfin, Ferrán Soriano, lleva quince días en campaña electoral?. Y si es así, ¿por qué han fichado un director de campañas electorales?. Como siempre, Laporta dice una cosa, hace otra y miente como de costumbre. Credibilidad, cero patatero.

Pero a lo que vamos. Sandro Rosell, en su impecable/valiente/sincera rueda de prensa (lo que no se atrve a hacer el presi) entre las muchas cosas sensatas que dijo es que había que intentar recuperar a Ronaldinho. Algunos (los tontos) lo han criticado. Los inteligentes, los humanos, lo han valorado. Es lógico. Rosell ha dicho lo que él haría y ha puesto con el culo en el aire al presi, a toda la junta directiva y al secretario técnico.

No es cuestión ahora de debatir si ha sido o no el culpable el futbolista. No se trata de eso. Se trata de intentar ayudar, primero, a una persona, después a un deportista. ¿Es imposible recuperarlo?. Yo, de entrada, siempre estaré de lado de cualquier persona que intente echar una mano a una persona que necesita/precisa salir de una situación. No es cuestión de dinero. Es cuestión de humanidad. ¿Dejaría usted tirado a un hijo, a un familiar....?. Si es capaz de hacerlo, usted es la mala persona, el inmoral, no quién se ha equivocado.

Por eso aplaudo, la decisión, la postura, la humanidad expresada por Rosell, de la misma manera que condeno/rechazo la actitud adoptada por el presidente, toda la junta directiva y el secretario técnico a lo largo de todo éste tiempo que no han hecho nada/nada/absolutamente nada para sacar del pozo al futbolista.

Además, hay qué preguntarse porqué el brasileño ha entrado este año en esta crisis. Porque la temporada anterior no lo estaba, digan lo que digan. Mientras él lideró el equipo (con Messi y Eto lesionados), el Barcelona era líder en la clasificación y Ronaldinho máximo goleador y máximo asistentes. La crisis comenzó con la incorporación de Eto y sus destructivas palabras en Vilafranca, amparadas/protegidas por el presidente y toda la junta directiva. Ahí comenzó la crisis del Barça y también del propio Ronaldino.

Por otra parte, no se puede olvidar que sólo abandonar la directiva Rosell, el presidente Laporta, su cuñado Echevarría y el vicepresidente económico Soriano fueron a cenar con el brasileño ofreciéndole el oro y el moro, incluso un carísimo perro. En aquella cena, sin pedir nada el jugador ni su tan criticado hermano, los directivos allí presentes le ofrecieron un contrato hasta el año 2014....para después incumplir la promesa y lo que es peor no decir nada al jugador ni a su hermano de aquel contrato. Es decir, en el caso Ronaldinho, quién comenzó a fallar no fue el jugador, sino el presidente y el vicepresidente económico. Por tanto, ellos deben carga con la correspondiente carga de responsabilidad que ha originado el caso del brasileño.

Sandro Rosell no ha querido echar leña al fuego diciendo lo que podía decir y se ha limitado a decir que había que intentar recuperarlo. Primero por la persona, segundo por el jugador y en tercer lugar, por su revalorización patrimonial.

Aquí hay una cosa clara. El Barça sin Ronaldinho ya no ha vuelto a ser el equipo que era. Porque Ronaldinho ha sido un punto y aparte, como lo fue Kubala que, por cierto, en su etapa de ídolo atravesó una gran crisis por su inclinación a la vida nocturna barcelonesa y encontró una mano (Samitier) que le ayudó a recuperarse como persona y futbolista y durante muchos años volvió a ser útil/utilísimo al Barça.

Y acabo. ¿Alguno de ustedes creen que si Ronaldinho no fuera recuperable el Milán seguiría tan interesado en contratarlo....?

En el caso de Ronaldinho, además de los errores del propio jugador, ha habido mucha hipocresía directiva, diciendo una cosa y haciendo otra. Ese doble lenguaje, esa doble moral, que ha impartido Laporta y varios de sus compañeros de junta.

Ya dijo Rosell, en referencia al presidente, que las personas con el tiempo no cambian, se desnudan. Y Laporta hace tiempo que está en cueros. Como, al parecer, le gusta.