martes, 3 de junio de 2008

Jordi Badía, al servicio de Laporta.

No conozco personalmente a Jordi Badía, el responsable/irresponsansable de Comunicación del Barça. Pero sé quién es. Me han hablado de él, los contra y los que teóricamente tendrían que estar a favor de él, por proximidad. No he encontrado aún a nadie que me hablara bien de él. Ésto no es lo más importante. En éste país, que hablen mal de alguien (sin estar presente) es lo normal. Cada tierra tiene sus costumbres y aquí, en una comida o en una cena, se disfruta más puteando al prójimo que la propia comida, por buena que sea, y si la comida es buena seguro que no la ha preparado Fermí Puig que sólo se esmera en la cocina cuando le visitan Laporta o Soriano, o sea, casi cada día.

Teóricamente, el comunicador del Barça es Jordi Badía, pero, por lo que se oye, se dice en voz baja y no se lee, ejerce más de propagandista (malo) e intoxicador que de comunicador.

He dicho que los periodistas nunca acostumbran a hablar bien de otro colega, máxime si éste tiene un cargo y además pagado a base de millones, como es el caso de Badía, el mayor inútil (dicen) de la comunicación catalana.

Si por una vez la prensa es justa/justa/justa es la unanimidad existente entre los periodistas a la hora de hablar/criticar al primer lame oficial del laportismo, es decir, a Jordi Badía, el hombre que nunca soñó con llegar tan alto y el Barcelona (sin desearlo)tan bajo.

No voy a hablar de los hombres que han estado al servicio de la comunicación/imagen del FC Barcelona porque para encontrar a uno bueno/bueno/bueno, hay que remontarse a muchos años. Maxenchs lo pudo ser, pero quiso ser más director general que periodista y todo lo bueno que prometía se quedó en eso, en promesa. Estaba más pendiente de sus propias relaciones públicas que de las del propio club. Maxenchs, además, no fue justo, más bien injustísimo, con un periodista, hijo de un gran periodista, al que debía -y podía- ayudar, y se hizo el sueco. Pero a pesar de todos los pecados inconfesables de RM, mejor, más eficiente que JB. La noche y el día. Que ya es decir.

Un día, hace muchos/muchos años, hablando con un gran periodista que murió a finales de la década de los ochenta, Jaume Miravitlles, al que todos los viejos periodistas conocían como "Met" Miravitlles, hablando del FC Barcelona me decía que era un milagro la grandeza del Barça teniendo en cuenta los malos relaciones públicas y periodistas que había tenido a lo largo de su historia. Hacía excepciones, claro, entre ellas, mi citó los nombres de los también desaparecidos Ibáñez Escofet y Juan José Castillo. "Y éstos han funcionado por dos razones primordiales. Primero porque son dos grandes periodistas. Segundo porque han actuado más asesorando desde fuera que desde dentro".

Jaume Miravitlles fue todo un personaje, injustamente olvidado con el paso del tiempo. Había nacido en Figueres, y era íntimo amigo de Salvador Dalí. Dos genios. Uno con los pinceles y el otro con la pluma y la imagen. "Met" fue Comisario de Propaganda de la Generalitat en la época de Companys. Se tuvo que exiliar. Después, al cabo de muchos años, regresó, y comenzó a escribir primero con seudónimo y después, cuando Fraga le autorizó, con su propia firma. Escribió magníficos artículos en "La Vanguardia", en "El Correo Catalán" y creo recordar también en Tele/express. A mí, me lo presentó Joan Gich Bech de Careda, gerente del Barça y uno de los barcelonistas con mayor poder que he conocido. Era íntimo de don Torcuato Fernández Miranda, el hombre que guió los pasos del Príncipe Juan Carlos, el actual Rey de España. A Gich le apeteció mandar en el deporte español y sucedió a Samaranch como delegado nacional de deportes, lo que parecía un imposible. Tan imposible que dicen que Samaranch sólo ha llorado dos veces: ese día que tuvo que ceder el puesto a Gich y cuando fue elegido presidente del COI. Dicen que no ha llorado nunca más.

Pero volvamos a Met Miravitlles, que además de ser "la sonrisa del régimen" republicano durante un tiempo, fue jugador del fútbol base del FC Barcelona y llevaba al Barça en su corazón. Me explicaba que para llevar la prensa y las relaciones públicas del Barça lo primero que se tenía que ser era buen periodista, después buen relaciones públicas y más tarde (o lo primero), humilde. Y por encima de todo "servir al Barça, al club,a los socios, a la entidad, que estaban por encima de los presidentes y los directivos". Desde mi inexperiencia le dije: "Eso es imposible". Y me comentó: "Exactamente, por eso es casi imposible ser buen comunicador, porque la mayoría están al servicio del presidente antes que a los socios".

Es evidente que Jordi Badía no es nadie al lado de Met Miravitlles. No le llegaría ni a la suela de los zapatos. Badía es todo lo contrario a lo que me decía aquel fenomenal personaje, uno de los hombres más inteligentes que he conocido. Badía piensa que el Barça es Laporta y sólo está a su servicio. Le importa nada todo lo demás. Él cree que le paga JL, sin haberse enterado todavía que quienes les pagan son los socios.

Ahora hay próximamente un voto de censura en marcha. Badía tendría que saber, sin que se lo dijera nadie, que tiene la obligación de servir por igual a los que rígen provisionalmente el club como a los gestores de la moción. Es un debate entre los socios, y él no se debe a unos sí y a los otros no. Se debe a todos. Si no lo entiende, alguien se lo tendrá que explicar y como no oye, cesar. Es evidente que al después de tantos años de servilismo, ni Jl ni FS se lo van a decir y menos cesar. A ellos (no al Barça) ya les va bien. Muy bien para su uso personal.

Alguien/alguien, con cara, ojos y pudor, tendría que decirle que los periodistas también tienen ética y moralidad, y que los comunicadores de club no están exentos de esa moralidad. Y que lo último que puede hacer un comunicador y menos en una entidad como el Barça es no ejercer su profesión y convertirse en lame "chulos" (de chulo) de quien manda pero no paga.

Los socios, desde luego, para lo que no están es para pagar cantidades millonarias, viajes de cinco estrellas, comidas de más estrellas para que un empleado se dedique a proteger a unos socios (los que todavía mandan) y desproteger al resto de los socios. Si quiere seguir llevando a JL y FS bajo palio, que se lo paguen los que están a cubierto no los que les cuesta sudor y lágrimas poder pagar la cuota de socio cada año.

Como decía Met Miravitlles, los comunicadores de un club no están para servir únicamente a los que dirigen el club. El club somos todos.