jueves, 5 de junio de 2008

Derribos Espadaler.

No hay quien me cambie. Soy masoquista. Un día me dije: si lees La Vanguardia, olvídate de los Espadaler y los Puig. Es perder el tiempo. No aportan nada. Tan sólo vilis, mala uva, peloteo. Compiten entre los dos por hacer méritos ante Laporta. Ante nadie más. Llevan cinco años peloteando al presidente más impresentable y arremetiendo contra todo y todos que no le dan rosco al presi. Ayer, volví a cometer el error de leer a Anton M. Espadaler en las páginas deportivas de La Vanguardia. Su artículo, de nuevo, era vomitivo. Como casi todos, por no decir todos, los que escribe en las páginas deportivas del diario más antiguo de Cataluña.

El artículo se titulaba "Sobre acosos y derribos", un vergonzoso ataque a uno de los probables candidatos a las próximas elecciones (Sandro Rosell) y paralelamente un no menos vergonzoso cobeo al presidente Laporta.

El artículo, si es que a esa basura puede considerarse artículo, es todo un ejemplo de la mala leche, el rencor, el odio, que destila este personajillo contra los directivos que en su día decidieron abandonar al presidente más orgulloso/vanidoso/rencoroso que ha tenido la historia del Barça en su más que centenaria vida.

Yo no entiendo cómo un diario de la seriedad y el prestigio de La Vanguardia puede conceder el privilegio de conceder de una tribuna semanal a un personaje que semana sí y semana también se dedica única y exclusivamente a ensuciar sus páginas con escritos tendenciosos, con el único fin de proteger a JL a base de falsedades y calumnias.

Este personajillo (Espadaler) que se considera poco menos que un reyezuelo de la cultureta catalana, pero que escribe/vive/y cobra en castellano, lleva cinco años arremetiendo con todo los que se mueve en otra órbita del rey de los bajapantalones (JL).

¿Cómo LV puede conceder tan alto privilegio a tan bajo personaje? Si analizamos todos los textos publicados veremos como nueve de cada diez son una reiteración de los mismos falsos y venenosos argumentos, que no son otros -además- que una copia de cuanto dice por todas las radios y televisiones que pasa diciendo siempre lo mismo.

Ex inexplicable que un diario como LV, continúe brindando tribunas fijas a pequeños galinsogas, como si con uno ya no hubiera tenido suficiente en su historia.

Lo que escribe (ensucia) Espadaler semanalmente en esa tribuna, es un atentado a la moralidad pública, un atentado a los lectores y suscriptores del primer diario de Cataluña.

Se puede ser amigo y cómplice de un presidente, allá cada uno con su conciencia, pero lo que no es de recibo es aprovecharse de una tribuna de un diario con tanto peso en la sociedad para que el firmante lo utilice en beneficio propio y de su protegido, utilizando sin razones, mentiras y engaños como los que expone constantemente este pequeño dictadorcete, nostálgico de un pasado que ya no regresaré.

Cada medio de comunicación es libre de elegir a sus colaboradores, pero los diarios importantes tienen unos códigos éticos, incluso el correspondiente Defensor del Lector, que en el caso de Espadaler, a la hora de escribir sobre el Barça tenga barra libre, es difícil de digerir e imposible de comprender.

¿Son acaso los textos de Espadaler (como los de Puig) insertos publicitarios de Laporta?. Si así es, deberían figurar un indicativo que avisara al lector que se tratan de publireportajes y aún así y todo serían discutibles su publicación. Por una cuestión de ética y moralidad. No todo es permisible en un periódico y mucho menos cuando se trata de un diario de la repercusión social de LV.

Si existe alguna afamada empresa de Derribos ésta lleva el nombre de Anton M. Espadaler que ha venido a sustituir a una que cuando yo era joven gozaba de gran popularidad: Derribos Balaguer, indiscutiblemente mucho más transparente que esta que firma actualmente desde hace años Espadaler.