sábado, 14 de junio de 2008

Sandro Rosell, el líder.

Ramón Crespo es un barcelonista histórico. A las nuevas generaciones quizá poco les dice su nombre. Pero Ramón Crespo ha escrito/dibujado/caricaturizado muchos años de la historia del Futbol Club Barcelona. Ahora, en su retiro espiritual de Menorca, se dedica a pintar. Su gran vocación/su gran pasión desde hace muchos años. Antes, su vida agitada y universal, le impedía crear el arte que ha compuesto con el pincel entre los dedos.

Crespo conoce (ha conocido) el Barça como pocos. Su barcelonismo es de cuna y después de vocación. Durante años vivió apasionadamente el Barça desde la revista "Barça", aquella magnífica revista inspirada/creada/fundada por Josep María Barnils, un barcelonista excepcional que encontró la muerte trágicamente cuando el coche que viajaba junto a sus padres y secretaria cayó en un pantano catalán y todos perecieron, menos la secretaria. Fue un duro golpe para el barcelonismo y especialmente para Carles Barnils que de golpe se quedaba sin sus padres y su hermano.

El relevo barcelonista lo recogió Carles Barnils hasta que en una de tantas luchas internas del club, decidió escindirse y fundar otra revista, "R.B", que era tan barcelonista como la otra pero desde el club le pusieron la etiqueta de "oposicionista" para que no la leyeran los culés. Pero los culés cultos, intelectualizados, con espíritu crítico, y que se sentaban cerca del palco, iban los domingos al Camp Nou con la revista opositora bajo el brazo. Para que los que mandaban vieran que algunos miles no estaban de acuerdo.

En esos años de ya divisionismo barcelonista (algo consustancial con el club desde que Gamper lo fundara), Ramón Crespo, de quien les hablaba, me comentaba un día que "el Barça sin batallas familiares no era el Barça". Y me añadía: "Sólo el día que el Barça tenga un presidente líder, un auténtico líder espontáneo, no de piedra y cartón, el Barça dará un salto tan grande que barrera a todos los demás. Porque un club que ha sido capaz de crecer lo que ha crecido, con riñas familiares y presidentes-de-papel, es inimaginable donde puede llegar".

Ramón Crespo era ya entonces uno de los pocos barcelonistas con visión universal. Su visión era tan grande, tan rica, tan profunda, que abandonó todo (menos el barcelonismo) para dedicarse a impulsar carreras artísticas hasta convertirlos en estrellas mundiales. Desde la multinacional discográfica de la CBS (entonces la de mayor poderío) cuidó/mimó/trabajó/potenció a cantantes que han sido (son) estrellas mundiales en los cinco continentes. La lista sería interminable de nombres extranjeros. De españoles, ahí están las trayectorias de Julio Iglesias, Plácido Domingo, Mocedades, Mecano, Miguel Bosé....por citar algunos ejemplos en los que el sello-Crespo ha estado presente. Su gran ilusión habría sido incorporar a Joan Manuel Serrat, por admiración primero y por coincidencia blaugrana después. O al revés. No importa.

Un día, comiendo en "El mató de Pedralbes", le pregunté a Ramón Crespo si era complicado fabricar un líder, de lo que fuera. Él había estado en la cocina de muchísimos líderes. Su respuesta fue rotunda: "Un líder de papel, no". Y me añadió: "Pero un líder/líder es imposible de fabricar. Se le ayuda, pero no se le hace. El líder nace" y me explicaba que todos los líderes de laboratorio tenían una corta vida; "En la canción, en el deporte, en la política, en el empresariado..."

En esa comida, amena, alegre, enriquecedora como siempre, me volvió a recordar la ausencia de un gran líder en la directiva del Barça. "Parece mentira que un club que ha generado tantos socios y simpatizantes con madera de líderes universales, no haya encontrado todavía ese verdadero líder que lo dirija". Y hablamos, naturalmente, de grandes líderes barcelonistas, como Pau Casals, Joan Miró, Alberto Closas, Joan Manuel Serrat, Oriol Regás, Antoni Tapies, Modest Cuixart....gentes todas ellas barcelonistas que el pueblo los sigue, cada uno en su campo, como auténticos líderes, sin necesidad ninguno de ello de someterse a las reglas del laboratorio. "Son líderes porque lo son por sí mismos...".

Esa noche, hablando casí más del Barça que de la canción, acompañé a Crespo a un invento televisivo suyo: unir por vez primera -y única- al grupo vasco Mocedades con el extraordinario tenor Plácido Domingo (un madridista que durante sus años de estancia en Barcelona era un habitual en el Camp Nou) para interpretar a dúo una canción que alcanzaría fama mundial: "Maitechu mía". Crespo me dijo: ahora veras, in situ, cómo es un líder. Plácido llegó de Londres al plató de Esplugues de Llobregat sin tiempo de prepararse la canción que iba a interpretar en directo por televisión ante unos quince millones de espectadores que era la audiencia de aquel programa en que intervenían. Plácido se repasó dos veces la letra con Amaya y Mocedades, y a la hora y media actuaban en directo ante las cámaras. Parecían que habían ensayado toda la vida. La actuación fue un ímpacto y el éxito de ventas un bombazo. "Esto es un líder".

Explico todo ésto porque ahora que el Barça tiene una moción de censura por en medio, se habla ya de dos futuros contrincantes: Sandro Rosell y Ferrán Soriano. De Laporta ya apenas se habla. Su tiempo de caducidad está señalado en unos mínimos y en unos máximos. Pero ya es más ayer, que hoy o mañana. Y es que Laporta no ha sido un líder de base, ni con base. Ha sido un vendedor de humo, que nada tiene que ver con los liderazgos. Facilidad de palabra hueca, pero nada más. Todo el rosario de torpezas cometidas es la demostración más clara y palpable de lo que no es un líder.

Ahora, los medios de comunicación intentar centralizar la futura batalla electoral entre otros dos líderes: Soriano y Rosell. Pues bien: no hay confrontación real/auténtica/verdadera. Uno, Soriano, pertenece a ese tipo de personas que pretenden pasar por un laboratorio (al precio que sea) para convertirse en un llamado líder. Pero él, de por sí, no sólo no es un líder. Es la antítesis del líder: frío/distante/fingido/forzado/irreal...Como me dijo un buen amigo mío, experto en comunicación audiovisual, tras verle "actuar" en TV3: "Es el perfecto jefe de planta de El Corte Inglés de Diagonal".

Aquí, quierase o no, se presente o no, el único líder/líder que tiene el barcelonismo a los ojos humanos es Sandro Rosell. ¿Por qué?. Porque Rosell ha nacido líder. Es líder. No necesita de toda una maquinaria a su servicio (como Soriano) para llegar a las gentes, para llegar al barcelonismo. Yes más: Rosell es el único de lo que hay en el mercado azulgrana a la vista, capaz de hacer del Barça un club más grande todavía. Y universalizarlo de verdad. Soriano tiene la vista corta. Mira en pequeño, aunque intente hablar en mayúsculas. Rosell tiene la vista larga. Mira -y vive- en globalidad. Su sueño -dicen- es hacer del Barça lo que es inimaginable pensar, porque su cerebro, su talento, va mucho más allá que los demás.

Soriano, como Laporta, viven un síndrome: el liderazgo de Sandro Rosell. Saben que su sola presencia les es desestabilizadora. Rosell no necesita ni fermines ni espadalares. Los otros dos, sí. Sandro, por libre, tiene más fuerza magnética que todo el laportismo y sorianismo de laboratorio. Es la diferencia entre quién es líder de verdad (Rosell) y quienes lo han soñado pero no han nacido para serlo (Laporta y Soriano).