sábado, 3 de mayo de 2008

Mira quién baila, ¿sólo Ronaldinho....?

Laporta, que no calla nunca, ahora está callado. Justo cuando tiene que hablar/dar la cara, está desaparecido. Como si el fracaso no fuera con él. Bueno, si lee la prensa (en general ), lo malo del Barça no va con él. Toda la culpa, toda la responsabilidad, es de los jugadores. Hay alguna tímida crítica a Txiki, pero toda la munición está dirigida hacia la plantilla, y particularmente hacia Ronaldinho que sigue sirviendo de cabeza de turco y de eje de todos los males del barcelonismo. Hoy, sin ir más lejos, la prensa explica con toda tipo de detalles, la penúltima fiesta nocturna de Ronaldinho en Castelldefels. Que le dieron las cinco de la madrugada y seguía bailando bien/muy bien acompañado. ¿Y por qué se publica ésto, justo ahora, y no hace dos/tres/cuatro años cuando hacia lo mismo (o más)?.

La diferencia es que ahora interesa (y mucho) publicarlo. Para que toda la la ira/la indignación/la tormenta caiga sobre el jugador y los socios se olviden de JL y de la directiva.

La prensa acostumbra a saber más/mucho más de lo que publica. Y sabe generalmente cuándo puede hacer más daño la información reservada. Esto no es nuevo. Pero la prensa (parte) igual que ahora está dispuesta y predipuesta a publicar lo que no ha publicado durante años sobre Ronaldinho, sigue guardando (protegiendo) otro material reservado, que no hace referencia al jugador. Porque aquí, en el Barça, digámoslo claramente, no ha sido (no es) el brasileño el único en salir y bailar hasta altas horas de la madrugada. Ha tenido (tiene) maestros que le han enseñado, que le han acompañado, que le han abierto la puerta de la discoteca y le han servido la copa. Ésto lo sabe la prensa y lo sabe parte de la directiva, porque más de uno ha participado en la fiesta -con la misma intensidad (o más)- y en cambio ahora ve con buenos ojos la publicación de los "mira quién baila: Ronaldinho". Si algunos periodistas y algunos directivos, con JL a la cabeza, tuvieran vergüenza torera (y no torera) se autoincluirían en los reportajes sobre el gaúcho. Pero no. Aquí es tradición guardar secreto, sobre todo si afecta a los que mandan, por muy puteros que sean. Si hay que publicar mierda, se publica sobre el jugador y especialmente si éste está en horas bajas. Los directivos y los presidentes, mientras están en el palco, son intocables. Ni hay horas bajas para ellos, ni nada huele a mierda de cuanto les rodea. Así es nuestra profesión, casi tan antigua como la prostitución. Lo que ya no sé si tan digna. Las putas cobran por desnudarse, y los periodistas cobran por desnudar a otros. Y las putas de la calle (no las otras) son tan transparentes que sus precios son públicos. En cambio, el precio de la prensa (alguna), siempre ha ido cerrada en sobres o en especies. Los sobres se hicieron famosos en los toros. Para no hablar del afeitado del toro, para engrandecer a un torero y para hundir a otros. "Tú heredaras mis enemigos" le dijo Manolete a Dominguín la misma tarde su muerte en Linares. Pero ni los críticos taurinos, ni los enemigos, sólo se han dado en la llamada fiesta nacional. En el fútbol ha sido peor. Hace treinta años se intentó denunciar estas prácticas inconfensables (José María García en la SER y Martí Gómez en el desaparecido El Correo Catalán) y hubo tal acojonamiento general en la profesión que se produjo un cierre de filas más grande que en el ejército. Y como del personaje de El Zorro, del finado Fernández, nunca más se supo.


Pero, en fin, como hace tres décadas, miremos mejor a otro lado. Y dejemos que en estos días de incomprensibles silencios presidenciales se siga hablando única y exclusivamente del "mira quien baila, Ronaldinho" y el resto de participantes tengan la fiesta en paz; e, incluso, algunos puedan escribir (como ayer) de la grandeza de JL.

Vivir para ver, oir y leer.