viernes, 23 de mayo de 2008

La dignidad del barcelonismo.

Admiro la valentía de Oriol Giralt. Para poner en marcha una moción de censura ante los "chicago laportistas" hay que tenerlos bien puestos. Pero que muy bien puestos. Oriol Giralt ha demostrado valor. Mucho valor. Pisa territorio enemigo. Querer derribar a JL con las mismas armas que JL se inventó para hacer caer a Núñez, es empresa peligrosa. JL es un mal enemigo. Más por detrás que por delante. Muchos socios, directivos, empleados podrían suscribirlo. De ahí que el reto de Oriol Giralt merezca el máximo apoyo popular pese a que el período elegido no sea el más favorable. Pero de lograr las firmas necesarias es para ya levantarle un monumento. Porque JL se merece ésto y mucho más. Fue, con su acoso constante/injusto y barriobajero, el verdugo de Núñez. Y lo digo yo, que no he sido nuñista, y menos he vivido del nuñismo. Pero las artes/las malas artes utilizadas por este ambicioso personaje merecen hoy una respuesta. No me extraña que una mujer de la categoría, la sensibilidad, el barcelonismo y el catalanismo de Roser Casaus, hija del siempre recordador Nicolau Casaus, haya dado su firma de apoyo al voto de censura. Su gesto es significativo. Como lo es que uno de los hijos del ex presidente Enric Llaudet también haya pasado por el Hotel Derby para respaldar esta acción.

Estas firmas de crédito, de valor sentimental barcelonista, son necesarias. En estos momentos, estos respaldos a la acción de Oriol Giralt tienen un gran valor. Más valor que si lo hubieran hecho ex directivos de esta propia junta, sobre todo, de haberlo hecho Sandro Rosell que hubiera sido aprovechado por los "chicago laportistas" para armar un tremendo follón acusándole de querer una vendetta. Me alegro, pues, que Rosell persona no esté de momento entre los firmantes. Sé que hacerlo podría ser el respaldo definitivo para lograr el objetivo final de derribar a Laporta. Pero hace bien, muy bien (supongo) en contenerse. Y no será (supongo) por falta de ganas. Pero a veces, en la vida, la cabeza debe privar sobre el corazón.Todo lo contrario que para otros que, en estos momentos, lo primordial debe ser dejarse llevar por el corazón, por los sentimientos, por el barcelonismo irrenunciable. Y también por la cabeza.

Hay que empezar de nuevo. No pasa nada. El Barça está por encima de todo y de todos y ha
comenzado de cero en diversas ocasiones. Tantas como ha sido necesario. Por eso es una entidad diferente. Por eso es más que un club.

Una dictadura (la de Primo de Rivera) cerró Las Corts, sancionó a sus dirigentes y expulsó e inhabilitó al fundador y presidente (Gamper). La posterior dictadura, la franquista, impuso presidentes, directivos y cánticos (brazo en alto). Se impuso a un coronel que hizo la guerra con Franco al frente de la presidencia (Vendrell). Y a un españolista (socio y creyente del RCD Español) como presidente (José Antonio Albert). Éste, tuvo cuando menos la decencia de dimitir al poco tiempo, argumentando que el Barça no era su equipo, que él era españolista y no se sentía cómodo en la que no era su casa. Tuvo dignidad.

Directivos los ha tenido de todos los colores y todas las vergüenzas. Entre otras razones porque durante años había que pactar las presidencias y las directivas y existía una cuota para militares y falangistas. Y caixa o faixa. O así, o nada. Entre estos directivos, los ha habido incluso pertenecientes al Tribunal Militar que juzgó/sentenció/condenó a algunos barcelonistas de relieve, entre ellos, a uno de sus más grandes barcelonistas, Jordi Pujol Soley, que fue enviado dos años a la cárcel de Zaragoza y después desterrado a Girona. Me estoy refiriendo al militar José Espada Cruz, directivo de las juntas de José Vendrell y de Enrique Piñeyro, y quien entre sus honores (?) figura eso, el haber juzgado y encarcelado al -con los años- presidente de la Generalitat de Catalunya. Ignoro si este dato es del conocimiento de Pujol dado que en su reciente libro de memorias al referirse al tribunal militar no menciona en ningún momento que uno de sus miembros era directivo barcelonista. Quizá lo desconozca, o quizá no lo haya querido recordar.

Y no quiero rememorar la etapa sangrienta de la incivil guerra, con la muerte de Suñol y otros grandes barcelonistas.

¿Qué quiero decir con ésto?. Pues simplemente que en el Barça ha habido de todo, personajes de toda calaña. Ser directivo del Barça no significa serlo todo. Hay que conocer a cada uno de ellos y cuál es su actitud y su comportamiento.

El FC Barcelona, pues, ha sufrido todo tipo de adversidades/daños/vejaciones a lo largo de su más que centenaria vida. Incluso hay quienes, como ahora, han faltado el respeto al sentimiento de su historia. Ahí está, por citar un ejemplo, el caso de un directivo nombrado por el presidente en pleno siglo XXI, perteneciente a la Fundación Francisco Franco (Alejandro Echevarría) que si no llega a ser denunciado el caso por un barcelonista (De Val) todavía formaría parte de la junta directiva ante el cinismo y la desfachatez de su cuñado, el presidente Laporta, afirmando que no era de su conocimiento. Mayor embuste, imposible. Y el socio tragando. Sólo este hecho, imponer a un familiar franquista, que además se enorgullecía de ello, era (es) motivo suficiente para inhabilitar al actual presidente.

Pero no. JL y el grupo de directivos que supervive, continúan ahí, como si nada hubiera sucedid. Y muchos escribientes adorándole, vendiendo sus virtudes (¿Qué virtudes? ¿Sus viajes en aviones privados? ¿Su prosperidad desde que está en la presidencia...? ¿La destrucción de todo lo bueno que los directivos que ya no están hicieron...?)

Josep María Minguella, barcelonista por encima de todo, con sesenta años de historia en el club, decía recientemente, tras la firma de la moción de censura que "Laporta y su junta están KO". Estoy de acuerdo. Sólo hace falta haber visto al presidente en su última comparecencia televisiva para darse cuenta de que es una sombra de lo que nunca fue. Pero Minguella, que de presidentes, de directivos, de fútbol, de deporte y de la vida, sabe como el que más (y sabe mucho) sabe que una persona "groggy" es, a veces, muy peligrosa. Demasiado peligrosa. Es capaz de las reacciones más imprevistas por salvar lo que tiene. En este caso lo que oKupa. Y hay que pensar que un personaje que hizo lo que hizo con Núñez es todavía de no fiar. Además, que aunque cada vez está más sólo, todavía no lo está del todo. Y sus directivos, aún agazapados, alguno de ellos (no todos claros) son menos fiables que el propio JL.Y además su ejército chicaguiano está dispuesto a hacer lo que sea para que siga de presidente, porque lo que les importa no es el Barça, es la persona/su persona. De ahí que algunos de éstos siguen empeñados en defender lo indefendible, con mentiras/engaños para intentar manipular a los barcelonistas de buena fe con argumentos y doctrinas propias de los peores y más oscuros años de nuestras vidas.
¿Por qué, o a cambio de qué, ese interés en mantener/aguantar a un presidente que no merece ocupar el lugar que ocupa?. ¿Qué interés oculto hay en ello?.

No tiene razón de ser, que en esta era, en plena democracia, cien mil socios y millones de simpatizantes tengan que soportar lo que ya resulta insoportable. El franquismo ya pasó. Ya no existe. Sólo en los malos recuerdos. No son tiempos para que se nos sigan imponiendo (incluso por las urnas) a personajes que desde hace años han hecho (hacen) mucho daño/grave daño a una entidad como el Fútbol Club Barcelona.

Pensábamos que con los nuevos tiempos, la democracia nos iba a traer a personas capaces de tener un mínimo de dignidad. Y de dimitir antes de que les echaran. Pero no. Está visto que se aferran al sillón, que sólo les preocupa ellos, ellos y ellos. El Barça es el medio/es su medio. De ahí, que desde esta tribuna, pido dignidad a los socios barcelonistas para que no se dejen manipular, abran bien los ojos y sean capaces de dar un nuevo paso para que se produzca un nuevo cambio en la directiva barcelonista. Y la moción de censura presentada por Oriol Giralt es el mejor de los caminos. O si lo prefieren, el menos malo.