Mejor no hablar del Barça-Espanyol. Malo. Peor imposible. El Espanyol, sin balones a Tamudo, no es nada. El Barça, sin Ronaldinho, sigue sin ser nada. Más que el Espanyol sí, pero menos que aquel Barça que parece ya pertenecer a la historia. Este equipo se lo han cargado. Entre Laporta, Cruyff, Txiki y Rijkaard han logrado vulgarizar el equipo. Ya parece aquel equipo de Cruyff-jugador que durante cuatro de los cinco años que estuvo (salvo el primero) fueron infumables. Se está repitiendo la historia. Entonces se cargaron (por celos y amiguismo) a Sotil primero y a Juan Carlos y Marcial después, y ya nunca más fue el equipo campeón del primer año.
Ahora, sin Ronaldinho (sobre todo) y sin Deco, este Barça es un equipo más. Mejor que otros sí, porque tiene más plantel, más recursos, pero un conjunto sin ilusión, sin espectacularidad, sin saber qué hacer con el balón. Y, sin magia. Esa magia que le dió Ronaldinho y que lo convirtió en un conjunto diferente/vitalista/ilusionante.
Ya nadie sabe a qué juega. Sin Ronaldinho, todos son menos. Ni Eto'o es Eto'o, aunque marque goles. Ni Messi es Messi. Ni Iniesta ni Xavi son cómo parecían ser. Y Bojan es un buen jugador, un excelente delantero, que puede marcar (y marcará) muchos goles pero no es el crack que marca diferencias.
De Thierry Henry, la estrella que JL se sacó de la chistera para que no se hablara del Madrid campeón y para ensombrecer a Ronaldinho, mejor no hablar. Ha sido el timo de la estampista. En la Liga, ha jugado ochocientos minutos más que el brasileño y ha marcado un gol menos. Es decir, Ronnie que lo suyo no es marcar sino "dar", ha goleado más que el francés que sí es goleador.
Últimamente, horas antes de cada encuentro, JL nos obsequia con unas declaraciones, prometiendo la victoria, la Liga, la Champions. "Estamos vivos", dice. Y !zas!, revolcón. Es lo mismo que sea el Betis, el Getafe, el Huelva, el Espanyol....Estoy llegando a la conclusión que JL, además de haberse cargado este equipo campeón, de ser un mal presi, de ser vanidoso/chulo/prepotente, es gafe. Estoy convencido que es el gafe que nos persigue este último año y medio.
A la afición barcelonista sólo le queda una esperanza/una ilusión: eliminar al Manchester United. Es lo único que queda. Y después Moscú. Pero antes, hay que pasar por la piedra al conjunto inglés. Lo que no es fácil.
Sir Alex Ferguson lleva veinte años en el Manchester. Pudo ser entrenador del Barça antes de ir dónde está. Cuando entrenaba al Aberdeen (y le ganó la final de la Recopa al Real Madrid) se entrevistó con Núñez y Gaspart para sustituir a Terry Venables. Estaba dispuesto a venir. Quería venir. El propio Venables y el que después sería entrenador del Barça, Bobby Robson, lo recomendaron. Núñez dudó y acabó fichando a Luis Aragonés. Poco después, Fergurson fichó por el Manchester. Y nos ganó una Recopa (bueno se la ganó a Cruyff) con dos goles del también ex azulgrana Mark Hughes. El portero, debutante, era Busquets.
A Ferguson le tira el olor blaugrana. Aquí, en el Camp Nou, ganó aquella mítica final al Bayern Munich, cuando los alemanes ya estaban celebrando el título. En el minuto final, dos goles. Desde entonces, a Kahn, le ha quedado esa cara y esa mala uva.
Ahora, Fergurson intentará de nuevo que el Teatro de sus sueños sea el Camp Nou. Él, con Cristiano Ronaldo (que también pudo ser culé), y el Barça, previsiblemente, sin Ronaldinho.
Si Rijkaard le echara huevos (por una vez) y se olvidara de que existen JL y JC (que lo cesarán igualmente) y fuera capaz de alinearlos, lesionado, sin dormir y bajando del puente aéreo) a Ronaldinho, Deco y Marquez, la magia y la ilusión regresarían al Camp Nou. Pero para eso, especialmente en el caso del brasileño, el entrenador tendría que ponerlos encima de la mesa y decir con "éstos, hasta el final". Al fin y al cabo, no hay lesionados. Hay castigados, según Xavier Sala Martin presidente de la Económica y amigo/amiguísimo de JL,
Es evidente que sin ellos, también se puede eliminar al Manchester. Incluso vencer en Moscú y ser campeones de Europa. A veces, la flauta suena. Le sonó a aquel Madrid con Ivan Campo de titular. Todo es posible en el fútbol. Pero fútbol de quilates, fútbol de oro, fútbol de magia, está demostrado que sólo es posible con Ronaldinho. Y hay que ser ciego para no verlo. Mejor dicho: hasta los ciegos listos e inteligentes lo ven. Los únicos que no lo ven son los celosos/envidiosos/amargados. O los que no tienen lo que deben tener.