Siempre he sentido admiración por el ex president Jordi Pujol. Con todos los defectos y errores que se le quieran atribuir (que los tiene, como todos) no se le pueden discutir un gran número de valores. Desde su lucha por las libertades y el catalanismo en los años sesenta, cuando muchos de los demócratas que han venido después, nadaban entre dos aguas, sin mojarse, hasta su figura de estadista puesta de manifiesto a lo largo de sus dos décadas largas como president de la Generalitat.
Jordi Pujol ha sido (es) una parte importante de la historia de la Cataluña, que probablemente se engrandecerá con el paso de los años. Pero Pujol también se equivoca. O, si lo prefieren, también juega con fuego. Y abrazarse/fotografiarse/apoyarse con Joan Laporta es, además de un error, un posible peligro.
Hace años, cuando Javier de la Rosa arrasaba con todo y era un poder fáctico en Catalunya y en España (incluso fuimos a la guerra del Golfo Pérsico para salvar sus relaciones con los kuwaitis), alguien que apreciaba -y mucho- al ex presidente de la Generalitat le dijo que no se arrimara tanto a los toros, que fueran otros los que se arrimaran a los "javieres". Pero era tal la fuerza y el magnetismo de De la Rosa que nadie se resistía a no estar y posar con él. Aún recuerdo, por ejemplo, la final de la Champions League en Wembley, con el avión privado de De la Rosa cargado de Consellers de la Generalitat y de algun político que no lo era y que hoy es uno de los abogados más influyentes de Catalunya.
¿A qué viene todo ésto?. A las compañías. A las compañías de turno, tengan muchos millones, o no tengan ninguno, pero sean aspirantes a tenerlos.
Sé que Jordi Pujol es un gran barcelonista. No de hoy, de toda la vida. Desde hace casi sesenta años es socio del Fútbol Club Barcelona. Mucho antes de inaugurarse el Camp Nou, desde que acudía con su padre al desaparecido campo de Les Corts para ver jugar a sus ídolos de entonces, Curta, Velasco, los hermanos Gonzalvo, Mariano Martin, César, Basora, Ramallets....
El Barça lo ha vivido intensamente. Antes, durante y después de ser President. Él, y toda su familia. Desde sus padres hasta su mujer, Marta Ferrusola, incluídos todos sus hijos. Algunos de ellos, incluso, han defendido la camisola blaugrana. Su hijo mayor Jordi jugó varios años en el equipo de rugby azulgrana, y otro de los hijos, el único que se dedica a la política, Oriol, ha sido un destacado atleta del club.
Y en los años de antes y durante la transición, en su época de destacado banquero, ayudó en más de una ocasión a la Entidad para que tirara adelante, además de aportar hombres y nombres de su entorno para catalanizar y abrir el Barça.
En la historia de las elecciones presidenciales del FCB ha intentado mantenerse al margen de intereses y candidatos, aunque en su círculo más íntimo se tomara parte respaldando a algunos candidatos, unos perdedores (Cambra) y otros ganadores (Laporta).
No me gusta ver al ex president (para mí, siempre President) en escenas públicas (ni privadas) con Joan Laporta. Y, de nuevo, en medio de las actuales elecciones, acabo de verle mano a mano departiendo escenificación con el presidente del FCB. No me gusta. Es un riesgo innecesario.
A medida que transcurren los días/semanas/meses/años de la presidencia de JL, cada vez hay señales de peores olores. La antepenúltima, la utilización de un avión privado para su uso particular en el desplazamiento BCN-Glasgow-BCN del que todavía no han respondido ni él, ni nadie del club, si los gastos de ese avión iban con cargo al club o no.
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El penúltimo olor lo ha escrito el empresario y ex-directivo Xavier Faus en el diario económico "Expansión".
Faus, digamos de paso, fue el directivo que desbloqueó el fichaje de Samuel Eto'o con el Real Mallorca y el Real Madrid. Probablemente sin su intervención, el camerunés no hubiera fichado por el Barça o habría costado mucho más de lo que costó, que ya costó. Y fue también quien inició las conversaciones con el Gobierno de China para el posible patrocinio de la camiseta azulgrana, y en las que después Laporta-Soriano-Ingla quisieron dejarle al margen para apuntarse ellos el éxito de la operación y resultó (sin su presencia) un fracaso.
Faus acaba de publicar un artículo bajo el título de "Muchas sombras en la gestión de Laporta en el Barça" que es para ponerse a temblar. Escribe sobre el peligro que puede resultar la carísima operación de superlujo diseñada por el estudio de Norman Foster para la remodelación del Camp Nou y explica detalladamente que el club, en lo económico, está igual (o peor) que cuando en el año 2004 el FCB firmó un crédito sindicado liderado por La Caixa.
Escribe Faus que la deuda actual neta a 30 de junio de 2007 ascendía a 295 millones de euros, es decir, 85 millones más que lo previsto (un 40 %). Que las ventas han crecido un 18 % (lo único positivo) con la cesión de los derechos de televisión, pero advierte que sería interesante conocer si el contrato con la productora Mediapro está cubierto con garantías bancarias. (El principal accionista de esa productora es Jaume Roures, amigo y asesor de Cruyff).
Otros datos que aporta el empresario y ex directivo es que en personal y jugadores (sueldos y amortizaciones) hemos gastado 95 millones de euros más de los previstos. . "Es el peor dato, agravado si consideramos que canteranos como Valdés, Xavi, Iniesta, Puyol, Messi y Bojan no implican amortización relevante". (Supongo que hay que añadir Jorquera y Giovanni).
Y añade Faus, que el personal del club se ha incrementado en un 79 %, pasando de 439 a 783 empleados.
Escalofriantes los números (éstos y otros) que aporta Xavier Faus en su artículo en el diario económico "Expansión" y que, a buen seguro, desde su responsabilidad empresarial y sentimiento barcelonista, no ha querido alarmar más.
Desde hace tiempo venimos observando -y apuntando- que cada vez nos gustan menos los olores que se desprenden de la cocina barcelonista. Los que se desprenden de la presidencia de JL y de ese silencio corderil de su junta directiva. Por eso decimos que ante tanto olor, mal hacen (sean hijos o no) los que aconsejan a Jordi Pujol que elogie y se fotografíe junto al actual presidente del FCB.
Como le dijeron, los que bien le querían, en la época alcista de los "javieres", no hace falta acercarse tanto al toro. Que lo hagan otros.