Joan Laporta amargó la etapa presidencial de Josep Lluís Núñez diciendo sí y día también que en el club no había transparencia. Que no había política de puertas abiertas. JL, cuando se presentó a las elecciones, prometió/prometió/prometió transparencia total en sus acciones como presidente del FCB. Pues bien: hasta la fecha, es el presidente que menos explicaciones ofrece a los socios, el presidente menos transparente que ha tenido el Barça. Es duro/durísimo, tener que decir esto, pero no hay más remedio que decirlo/denunciarlo.
Desde el primer día, ya incumplió su promesa de levantar las alfombras del club si era elegido presidente. Lo dijo y lo repetió hasta la saciedad. No sólo no las levantó sino que uno de sus mejores aliados actuales es el antiguo inquilino de esas alfombras, Joan Gaspart.
Mintió.
La mentira hoy se premia. Y parte de la prensa (esa que es todo, menos prensa), acepta sonriente y complacida las mentiras con gran naturalidad. Y los silencios, todavía con mayor naturalidad.
Han transcurrido dos semanas, y JL todavía no ha dicho esta boca mía respecto a la utilización de un avión privado para asuntos privados. Le hemos preguntado por activa y pasiva si el avión privado de seis plazas para efectuar el desplazamiento BCN-Glasgow-BCN lo pagaba él de su bolsillo o no.
Sigue sin haber respuesta.
Nos preguntamos si entre tanto directivo que forma la Junta Directiva habría uno (sólo uno) capaz de exhibir un mínimo de dignidad para responder a lo que ni el presidente (JL), ni el vicepresidente económico (FS), ni el portavoz (AG) ni quien dice ser el jefe de prensa (JB) son capaces de responder.
Nadie dice nada.
Gracias a Ignasi Prats, trasladamos más tarde nuestra inquietud al Defensor del Socio, Carles Pi-Sunyer y tampoco hay respuesta. Y solicitamos la intervención del presidente de la Comisión Económica de la Entidad, Xavier Sala Martin y el enmudecimiento persiste.
Nadie quiere decir/aclarar/explicar/detallar a los socios barcelonista quién paga esos aviones privados que utiliza el presidente para usos privados.
Todos callan, todos hacen piña-presidencial. Les importa más JL que los miles y miles de socios que desde hace más de cien años han hecho grande la Entidad, muchos de ellos sin casi recursos para poder afrontar lo caro que resulta ser socio del club de tus amores.
Tampoco parecen decidos a responder a las graves acusaciones que el socio, empresario y ex directivo Javier Faus Santasusana lanzaba el viernes 29 de febrero desde el diario Expansión sobre las "Muchas sombras en la gestión de Laporta en el Barcelona".
Mutismo total.
Ferran Soriano, tan aficionado a contar historias para dormir sobre la economía y las finanzas de la entidad, ahora que tiene la oportunidad de responder a un diario económico de la solvencia de Expansión, se queda en silencio, como si los números no fueran con él. Los números y las personas. Porque si la cuestión de los dineros es de la crudeza expuesta por Faus, es para ponerse a temblar. Pero a temblar/temblar. Y si además admitimos que el club desde que lo preside JL ha pasado de 439 empleados a 783 empleados, es ya para desautorizar y descalificar a toda la Junta Directiva.
Por menos, por mucho menos (por nada), JL organizó una oposición sin cuartel al presidente Núñez recien salido elegido en las urnas, presentándole una moción de censura para deteriorar la imagen de uno de los presidentes más honrados que ha tenido la entidad.
JL fue cruel/muy cruel con el nuñismo. Y los medios de comunicación se convirtieron en portavoces de sus insinuaciones, mentiras y descalificaciones al entonces presidente.
Hoy, que hay motivo, y motivo importante, para presionar a JL para que responda a todas esas acusaciones que flotan en el ambiente, el silencio manda. Parece que a nadie le importa nada que el presidente utilice al FCB como su finca particular. Y que sepamos, el FCB todavía es de sus asociados. No lo parece, pero lo es.