El Barça tiene (dicen) un buen secretario técnico. No sé qué ha hecho bien desde que está como secretario técnico del FCB, pero cae bien. Siempre ha caído bien. Tiene estrella/tiene prensa. Y por si faltara poco, tiene a Johan Cruyff por detrás y a Jan Laporta por delante. Casi nada.
Txiki es un secretario técnico muy especial. Casi nunca viaja para ver a otros equipos, ni a otros jugadores. Sólo viaja con el Barça, va al palco del Barça y, como mucho, viaja a Africa para hacer compañía a Eto'o, o a Argentina a no se sabe qué. Txiki es de estos secretarios técnicos modernos que quiere que le traigan las cosas a casa. Y ya en casa, con la bendición del profeta, y la santificación de JL, decidir. Bueno, decidir/decidir, lo hacen casi más los intermediarios, que ellos. Sobra el casi.
Desde que estalló la crisis directiva y se fueron los que no debían irse, Txiki se ha puesto el traje de secretario técnico y se lo ha creído. Y con los padrinos que tiene (y ha tenido) no hay quien le tosa. Incluso se cree que sabe fichar, que es lo peor que le podía haber sucedido al club. Y ahora, ya hasta se atreve opinar. Y es capaz de decir, por citar lo último, que estaba de acuerdo con que Messi se quedara en el banquillo. Y se queda tan ancho. Y como en TV3 siempre ha tenido influencia, nadie le dice lo que le tiene que decir.
Ya sabemos que Txiki nunca ha sido pro-Messi. Si por él fuera, "la pulga", ya no estaría en el club. Hay que tener memoria histórica, y a Messi, antes de explotar-en-aquel-Gamper, le ignoraba. El argentino era uno más del montón.
Es curioso el fenómeno-Txiki. Nunca ha defendido a los que defiende la afición. Sus postulados no han sido ni Deco, ni Ronaldinho, ni Messi. Sus defendidos fueron Aimar/Alberda y Ayala, pero como no le dejaron ficharlos, se sacó la espina endosándonos a los Mario/Ezquerro/Maxi López, y, junto con Rijkaard, a los Albertini/Davids, Van Boommel, Zambrotta/Thuram y Gudjohnsen. Es decir lo mejor de la tercera edad europea.
Y ha defendido, y defiende, la continuidad de Oleguer, un gran patriota catalán, pero nunca un jugador de la primera plantilla del FCB. Ni Oleguer podía llegar a tanto, ni el Barça a menos. Y, encima, deja marchar a Belletti y Van Bronckhorst, que sin ser estrellas de la otra galaxia eran mejor/infinitamente mejor que los laterales que les han sucedido. Incluído Abidal, que planta tiene, pero defendiendo es un queso de gruyere y atacando (y centrando) nos recuerda cada vez más a Zenden, pero en negro y alto.
Pero Abidal no ha sido el gran abanderado de la "operación francesa" que nos vendieron a bombo y platillo las portadas de colores con Laporta/Soriano y Txiki como máximos garantes del éxito de la operación. Llegaban las nuevas estrellas con Thierry Henry como gran abanderado y con Gaby Milito para darle en las narices al Realísimo. A buena parte de la prensa le caía la baba. Estos super-fichajes eran la columna vertebral del nuevo Barça. ¡Por fín! ¡Por fín!, los Márquez, los Deco, los Xavi, los Belletti, los Ronaldinho, y hasta Messi (siempre hay algún jomeini entre los que escriben/y hablan), los veían condenados al banquillo de por vida. Mejor en el banquillo que traspasados, que es más humillante.
JL/Txiki y Soriano sacaban pecho. "¡Que aprendan!". Y los abrazacubiertos-lameplatos de turno, que cada vez son más, dedicando páginas/páginas/páginas de diarios deportivos y no deportivos, y horas/horas/horas de teles-radio enloqueciendo al personal con un equipo de mega-craks que iban a hacer olvidar a los "malditos".
Por fín, por fín, el Barça de JL, el Barça del profeta, el Barça de Txiki (el chico para todo) era una realidad. Y entre tanto fichaje-estrella, el del palo (Soriano) vendiendonos las excelencias de la economía-administración blaugrana.
Ahora, ya entrados en realidades, siete meses después de toda aquella operación-maquillaje, apoyada en la operación-masaje, está saliendo la realidad. Que para ver jugar de verdad a Thierry Henry, tendrían que regalar en cada partido una colección de sus viejos partidos del Arsenal. Aquí, hasta la fecha, le estamos pagando una jubilación de oro/oro. Lo que hay que decir de Abidal, ya está dicho (!Y Sylvinho, suplente!). Del "músculos" Touré Yayá ya dimos el otro día nuestra opinión. Es igual que jugara o no ante el Atlético de Madrid. Hace lo mismo: nada. Pedir menos a un futbolista, es imposible. Y un consejo: que no se dedique a tirar faltas, que a los recogepelotas no se les paga para ir a la calle en busca de sus balones.
Y de Gaby Milito, ¿qué?. Yo no digo que sea malo, lo que digo es que es un futbolista vulgar. De patadón. Y de patadón ya teníamos y tenemos a Puyol, que cuando menos es de casa. Con Gaby Milito comienzo a tener la misma sensación que se me produjo cuando fichamos a Manolo Hierro, que el bueno era el hermano, Fernando. Pues bien, si las cosas no cambian, creo que los aragoneses nos han endosado al que querían, y el bueno (Diego) se lo han quedado ellos.
Ojalá sea un espejismo, pero comienzo a tener dudas, muchas dudas de Milito, de Abidal, de Touré Yayá (jugando y sin jugar) y ya ninguna de Thierry Henry, que el Arsenal ya nos la ha vuelto a meter, como en su día nos la metieron hasta el fondo con Overmars.
Queda aún temporada y espero estar equivocado. Pero los olores en este terreno tampoco son, por ahora, muy buenos. Los otros olores, los interiores, los de la cocina que se manejan JL y Soriano, ya los ha puesto al descubierto, en salmón, el ex directivo Faus.