Un título menos. Una decepción más. A este Barça ya le gana hasta el Valencia, que es lo último de lo último. Es más honroso caer ante el Getafe, el Racing, el Almería o el Recreativo que ante el peor equipo de la Liga, aunque no sea el colista. En "Mestalla" ha ganado (y goleado) todo hijo de vecino. Hasta el Real Madrid le metió cinco y el propio Barça tres, que ya es decir.
Hace unos días, esta especie de presidente/trilero que nos toca soportar (o si lo prefieren, este Gaspart-2) entró en el vestuario del primer equipo para, en una de sus habituales bajadas de pantalón, ofrecer una prima extra a sus jugadores por pasar a la final. La prima, naturalmente, no ha servido para nada. Sólo para poner en ridículo al ofertante y también para poner en evidencia a una plantilla que no tuvo los huevos suficientes para decirle: "A nosotros no se nos compra con más dinero. Si algo nos queda, es dignidad".
Es una vergüenza/desgracia, que ante este nuevo rico que es JL, la plantilla no tuviera lo que hay que tener, para sacarle los colores a este nuevo comprador-de-voluntades. Pero, lo dicho, la dignidad brilla por su ausencia.
Mal, muy mal, debe estar Carles Puyol para no poner en ese momento los puntos sobre las íes y decirle al visitador cuatro cosas que hay que decir cuando alguien (en plena tormenta, con la que está cayendo) se presente con esas costumbres sicilianas. Porque ese intento (la prima), además de una nueva torpeza de JL, encerraba veneno, otra tampa más: dejar a los jugadores como peseteros. Como así fue. Pocas horas después, el ejército-de-titiriteros que tiene el dueño de la finca (JL) trataban de mercenarios a los jugadores. No tuvieron reflejos Puyol ni sus compañeros, y, ahora, a las muchas leyendas que les caen encima (ninguna buena), tendrán que soportar el sambenito de peseteros y mercenarios, como ha hecho ya, el principal botafumeiro-del-actual-régimen-barcelonista, cuyo nombre y apellido es de sobras conocido.
Pero volvamos, por un momento, al terreno de juego, a ese césped que, en opinión de Txiki Begiristain, carece de líder. Es evidente que este equipo, sin Ronaldinho, sin Deco, sin Messi y sin Márquez, es un equipo vulgar, carente de liderazgo. Este cuarteto ha sido el que ha hecho grande al equipo. Con estos cuatro, en forma, con ganas, eran hasta buenos Eto'o, Valdés, Oleguer....Muertos/matados el brasileño, el portugués y el mejicano, se ha demostrado que este conjunto es uno más, de los del montón de arriba, pero nada más. Sin ellos, el equipo ni tiene magia, ni tiene encanto, ni tiene carácter, ni tiene nada....La defensa y el portero, son un coladero. Zambrotta y Abidal, por mucho que nos hayan vendido, no le llegan a la suela de las botas a Belletti y Sylvinho. El italiano ni ataca ni defiende. Y el francés ya dijimos que era una nueva versión de Zenden, pero en alto y negro. Hizo más y mejores centros Sylvinho en quince minutos, que el frances mientras estuvo sobre el campo.
Y la defensa, con Puyol y Milito, con Milito y Puyol, con Thuram y sin Thuram, pero sin Márquez, ni es defensa, ni es nada. Sin el mejicano, hasta Milito es diferente.
Pero sigamos. El centro del campo, sin Deco, es como una pasarela de moda por donde desfilan todos los contrarios que quieren, aunque esté Touré Yaya. Mucho músculo para nada. Es como una palmera que se dedica a mirar lo que pasa por su alrededor y de vez en cuando soltar un "platanazo" para dar señales de vida.
Y el equipo, sin Ronaldinho es otro equipo. Es uno más. Como el Madrid, o el Atlético, o el Sevilla. Es como la luz y el día. Prefiero un Barça con un Ronaldinho dormido (y hasta bebido) que un Barça sin él. La afición del Barça siempre ha querido espectáculo/arte/magia. Lo que no quiere son trotones sin sentido. Y todavía menos quiere engañabaldosas, o llorones, como esa nueva versión de Overmars-2, fichado también a precio de or0 y que nos ha enchufado este año el Gaspart-2.
El Barça es Ronaldinho, Deco, Márquez y Xavi. Lo otro, es otro equipo. Y no entiendo como Rijkaard, en un partido clave/crucial como era el del Valencia, no alineara a su estrella. Eso que no se lo llevó porque había entrenado poco esta semana, es un cuento como otro. En un club que entrena cada uno como quiere desde hace cinco años, o en un club que "el maestro" (o "el profeta") fue capaz de fichar a un jugador (Romerito) y hacerle debutar en un Barça-Madrid a los dos días de aterrizar y después de tres meses sin entrenar. O sea, que no nos vengan con gaitas.
!Ah!, para acabar. Regreso a la frase de la semana, a lo que dijo Txiki Begiristain: que a este equipo le falta un líder. Se equivoca. Dónde falta un líder no es en el conjunto, sino en la directiva. Si en la directiva, o en la presidencia, hubiera un líder, usted, querido Txiki, por muy apadrinado que estuviera, ya no era secretario técnico antes de ser nombrado. Pero, claro, en un club "liderado" por JL (o Gaspart-2), todo es posible. Hasta caer eliminado por el Valencia.