domingo, 27 de julio de 2008

De Messi a Laporta.

He visto las dos primeras pachangas del nuevo Barça-de-Guardiola. Bien. Como todos los partidos de feria de cada año. Son partidos de eso, de pachanga. Y punto. No se pueden sacar conclusiones. Hacerlo, es equivocarse. Aún recuerdo veranos en los que veíamos como estrellas a jugadores como Nano/Mario Rosas/Segio Santamaria/Babangida...eran portadas de los diarios deportivos. Sobre todo, Nano que -decían- se lo disputaban todos los clubs ingleses. Y no digamos ya de Babangida, que iba, como mínimo, para Maradona o Pelé.

No hay, pues, que hacer caso de estos encuentros de fiesta mayor que, ahora, con las televisiones pagando, parece que sean importantes. Pero no lo son. Claro que los llamados comentaristas deportivos en las retransmisiones contribuyen a la falsedad y opinan de los jugadores y de los partidos com si se trataran partidos de verdad.

Una cosa me ha llamado la atención. Que para ensalzar la figura de Guardiola, periodistas, directivos y hasta futbolistas -eh, Márquez- vayan pregonando a los cuatro vientos que ahora el Barça ya no juega "al patadón". Para dejar bien a uno (Guardiola) no se puede desprestigiar a otro (Rijkaard). Eso es mentir. Y se quedan tan anchos los que así lo pregonan. ¿Ustedes creen que en estos cinco años de Ronaldinhos/Decos/Xavi/Iniesta/Messi/Sylvinho, el propio Márquez y Rijkaard, el Barça ha jugado al patadón....?. Pues eso es lo que nos venden ahora con tal de quedar bien y magnificar a Guardiola.

Si el nuevo entrenador triunfa o no (ojalá sí) será por lo que él aporte al conjunto del equipo, pero no acosta de falsear la realidad anterior. El Barça ha podido estar mejor o peor durante estos años, pero al patadón, patadón, patadón, nunca ha jugado.

No se puede -ni se debe- para engrandecer a uno/unos, empequeñecer a otro/otros. Esto es, simplemente mentir. Y las pachangas no son para cargarse el pasado y mucho más si ese pasado es glorioso.

!Ay! No quiero acabar sin referirme al "caso" Messi. El jugador quiere ir a los Juegos Olímpicos. Lógico. Normal. Todos los deportistas han soñado con participar en una cita olímpica. Deportivamente, es lo más grande. Y si Messi quiere, que vaya. Y si Laporta y/o Guardiola, quieren impedirlo, se equivocan. Primero: porque si el Barça precisa de Messi para superar la previa de la Champions, mal anda el equipo. Segundo: porque no es bueno cabrear más a la única gran estrella que queda en el equipo. Y tercero: ¿se imaginan ustedes, por citar un ejemplo, que cuando se celebraron los Juegos Olímpicos en Barcelona las grandes figuras del deporte no hubieran estado presentes por "cuatro laportas"de turno...?

No queramos para los demás lo que no queremos para nosotros. En esa absurda polémica de la cesión o no del jugador a la selección argentina olímpica queda puesto de manifiesto el nulo espíritu deportivo del presidente Laporta, puesto ya también en evidencia en el propio Barça con su absoluto desinterés por las secciones deportivas por muchos millones que invierta buscando única y exclusivamente títulos-medallas para lucirse personalmente y no por una vocación polideportiva real/auténtica.

A Laporta el deporte no le interesa, ni le ha interesado nunca. Lo único que desea y ha deseado siempre es ser presidente del Barça para sus intereses personales y políticos. Lo demás, nada le importa. Ni cabrear a Messi.

Y es que, por muchos asesores de imagen y estiartes que fiche, y por mucho que intente dulcificar su imagen exterior (cara a la Asamblea), Laporta sigue siendo Laporta. Es decir: más de lo mismo.

jueves, 24 de julio de 2008

El precio del honor.

Dicen que todo tiene un precio en esta vida. Muy probablemente es así. Aunque yo he sido de los que he pensado (pienso) que hay cosas que no tienen precio: la dignidad/el honor. ¿Y por qué digo ésto?. Porque es lo que pienso respecto al fichaje de Manuel Estiarte como Relaciones Externas del FC Barcelona.

Me parece un fraude a los socios y simpatizantes barcelonistas, pero me parece mayor fraude todavía a la trayectoria de este waterpolista manresano que ha sido santo y seña del deporte español. Seis olimpiadas a sus espaldas es un récord casi inalcanzable, solo apto para héroes deportivos como él.

Yo he sido uno de sus fans, de sus adictos, especialmente durante cada una de las olimpiadas en las que ha participado. Pero me acaba de defraudar. ¿Por qué y a santo de qué ficha en estos momentos/en estos momentos por el FC Barcelona?. ¿Cuánto dinero ha percibido -o percibirá- por poner su nombre, más que junto al Barça, al del todavía presidente Laporta?.

No me habría extrañado su incorporación, incluso su fichaje, cuando se celebraron las elecciones últimas (2003) o incluso tras la victoria electoral, pero ahora, ahora que el presidente azulgrana está tocado de muerte en su condición presidencial, a escasas semanas de celebrarse la Asamblea del club en la que debe debatirse su continuidad o no (al declarla vinculante), dar el paso que acaba de dar Estiarte sólo se entiende por dinero. Convertirse durante un corto período en un escudero-más del presidente, se lea como se lea su fichaje (por el derecho y por el revés), sólo es explicable cómo aquello tan deleznable de que todo individuo tiene su precio.

¿Cuánto les va a costar a cada socio barcelonista el fichaje de este Relaciones Externas con la única misión y objetivo de intentar mejorar la imagen de un impresentable presidente?. Que explique el club por cuántos millones ha conseguido el "sí" de nuestro (ya vuestro) mejor waterpolista....

El waterpolo español ha tenido dos grandes ídolos, Manuel Estiarte y Jesús Rollán. Han sido, al waterpolo lo que Pelé y Garrincha al fútbol, con un cierto paralelismo en sus vidas fuera de las canchas deportivas. Pelé ha goleado con la misma eficacia en los marcos rivales como en los más influyentes despachos del poder. Por eso hoy, Pelé sigue siendo Pelé. Garrincha fue el genio del fútbol, el futbolista del pueblo, más cerca de la pobreza (y en la pobreza) que de la riqueza. Así le fue. Terminó alcoholizado y muerto, entre las lágrimas del pueblo brasileño y la indiferencia del gran poder.

Aquí, no hace mucho, perdimos otro de nuestros grandes ídolos, Jesús Rollán. El "Zamora" del agua, el mejor cancerbero en la piscina, finalizada su carrera deportiva eligió el camino que no conduce al éxito y sí a la destrucción personal, pero Rollán fue -y sigue siendo- un héroe deportivo que retenemos en nuestra memoria.

Manel -o Manuel, depende- Estiarte, acabada su fase como "el Maradona del agua", no ha querido equivocarse en la calle qué elegir y su referencia siempre ha sido más Pelé que otros que se han quedado por el camino. Es decir, la ética, el honor, los sentimientos sólo valen si vienen acompañados de una buena compensación. Y Estiarte no ha dejado escapar el tren del oportunismo que le ha brindado un presidente sin aval moral para subirse a un carro que hace aguas por todas las partes con el único propósito y objetivo de -a cambio de un contrato millonario- fotografiarse junto al devaluado presidente para intentarle darle oxígeno.

Yo que he sido un admirador de Estiarte (y sobre todo de Rollán) se me acaba de caer el alma al suelo, al ver, una vez más, que hay héroes deportivos que siguen poniendo precio al honor.

sábado, 19 de julio de 2008

De Laporta a Guardiola (Bassas y Ronaldinho)

Acabo de ver por internet la despedida (?) de Antoni Bassas de su último programa en Catalunya Rádio. Parece que ningún otro profesional en Catalunya/España/Europa/en el Mundo haya terminado un programa. Además, por voluntad propia porque, por lo que parece, le ofrecieron continuar. Eso sí: madrugando una hora más. Es decir, como hacen el resto de las estrellas radiofónicas matinales, y hasta la fecha ninguno se ha muerto por empezar a las seis de la mañana. El señor Bassas debe pensar que eso de madrugar no es para él. La realidad es que ya no estará. Y yo no lo podré seguir en ese díal, como lo he hecho desde que comenzó no esa emisora por empeño y tesón de Lluís Prenafeta. Antes de Bassas, escuché durante años a Josep Cuní y cuando acabó no se organizó ninguna autoconcentración por su marcha. Lo contrario que con Bassas en cuyo adios -no de la Corporación, claro- no podían faltar Joan Laporta y Xavier Sala Martin, el chaquetas. Normal que éste último estuviera, entre otras cosas, por agradecimiento a quien le ha dado una tribuna radiofónica y además -supongo- cobrando de la vaca.

Lo que ya me ha parecido más extraño es la presencia de Joan Laporta en la "multitudinaria" (cien/doscientos amiguetes) marcha del radiofonista catalán. Supongo que a partir de ahora, todos aquellos profesionales que terminen un programa, allá acudirá Laporta en nombre del Barça para gritar aquello de "Visca Catalunya lliure". Ya sé que Bassas dijo que votaría no a la moción de censura y se quedó tan ancho, demostrando su total neutralidad y como agradecimiento ha debido acudir el todavía presidente.

Laporta, pues, ha tenido tiempo de ir a la despedida de Bassas...pero no ha tenido tiempo de acudir al aeropuerto a despedir a Ronaldinho alguien que ha dado (que yo sepa) más tardes de gloria al Barça que las que le haya podido dar Bassas al club. Si el que se llega a ir es Joaquím María Puyal, aún habría entendido la presencia del presidente del Barça por lo que ha sido/es y será Puyal en la representatividad barcelonista. Pero, afortunadamente, el que no se va y sí se queda es Puyal que a este paso es lo único que nos va a quedar a los barcelonistas. Y que nos dure.

Pero volvamos a Ronaldinho que se ha ido en silencio (todo lo contrario de Bassas) y ha sido recibido con una gran explosión de júbilo en Milán que no es cualquier club.

Tenemos un presidente (JL) que es tan listo/tan listo/tan listo que ha dejado marchar al mejor jugador que ha nacido en el planeta en muchos/muchísimos años. Hasta Maradona avisó: "Es el mejor. No le dejen marchar". Pero Laporta se ha sentido más feliz, más reconfortado complaciendo a tres o cuatro (Cruyff, el chaquetas, Espadalar, Puig...) que a miles y miles de socios, que no cuentan para según qué cosas.

Acabo de ver el documental "Bona Sort" que TV3 le ha dedicado a Ronaldinho. Me ha contentado. Me ha entusiasmado. Me ha hecho vivir/revivir momentos impagables. De mayor dilirio, imposible. Me he emocionado...y me he cabreado. A medida que el programa narrado por Lluis Canut iba avanzando el delirio era mayor y la indignación también mayor de ver cómo es posible tener un presidente (JL) tan tonto/tan tonto que ha dejado escapar a lo mejor que hemos tenido en muchos años creyendo a la vez que era más listo que los dirigentes del Milán que si se lo han quedado es por algo.

Viendo el documental, dentro de mi cabreo personal, tampoco me he olvidado de Pep Guardiola. ¿Cómo es posible que un entrenador joven, con ambición, que ha sido destacado futbolista, fuera también tan tonto de decir no a Ronaldinho....?. Si la negativa al brasileño ha partido de su propia voluntad mucho/muchísimo tendrá que hacer para hacernos olvidar tamaña torpeza. Y si se lo impuso el presidente (JL) como me temo, mal también empieza Guardiola cediendo al mayor error que ha cometido el club en muchos/muchísimos años.

En Milán, recibimiento por todo lo alto (cuarenta mil personas) a la llegada del gaúcho. Aquí, ni adios en el aeropuerto. Eso sí: pero con tiempo de acudir a despedir -¿adónde se va?- a Antoni Bassas.

Así somos.

jueves, 17 de julio de 2008

No te olvidaré, Ronnie.

Laporta está radiante. Cruyff, más. Por fin, lo han logrado. Que Ronaldinho desaparezca del mapa blaugrana. No les importa que pueda triunfar nuevamente. Ni que el éxito lo pueda alcanzar en un competidor. Les es igual. Soñaban con no ver al gaúcho de azulgrana. Ha sido la cruz de ellos estos cinco años. Han hecho lo posible/imposible por amargarle. Por putearle. Desde el primer día que llegó se notó que el abrazo de JL al brasileño era el abrazo de la traición/de la mentira/de la hipocresía. Laporta siempre fue anti-Ronnie. Primero, porque no fue un fichaje suyo. Segundo, porque Cruyff tampoco lo quería. El presi tuvo que poner cara de póker a cada éxito del gaúcho. Cruyff, ni eso. En sus cada vez peores artículos firmados, jamás ha elogiado alguna vez los pases/las jugadas/las asistencias/los golazos del brasileño. Nunca. Jamás. Ni las "elásticas". Ni las "espaldinhas". Ni los sombrerazos. Ni las tijeras. Ni las vaselinas. Ni los pases con la mirada cambiada. Ni las diagonales. Nunca/nunca/nunca, merecieron el menor elogio del holandés más celoso y envidioso que he conocido en mi vida. En el fondo a Cruyff le habría gustado ser Ronaldinho. Jugar como Ronaldinho. Tener el talento de Ronaldinho. La magia de Ronaldinho. La sonrisa de Ronaldinho. Nada de todo ésto lo consiguió nunca jamás el holandés. Ni en su época dorada del Ajax. Fue un buen jugador. Con un excelente cambio de ritmo en los metros finales y ésto le otorgó gloria en el Ajax y seis meses (seis) en el Barça. Y punto. Pero la magia de Ronnie imposible de igualar.

Voy al fútbol desde que Kubala vestía la camisola del Barça. He necesitado que transcurrieran cincuenta años para ver un nuevo-Kubala encarnado en el brasileño. Y eso que he visto buenos/buenísimos futbolistas. Pero ninguno con el talento, la clase, la técnica, el talento, la magia de primero Kubala y medio siglo después de Ronaldinho.

He visto a los Pelé y Di Stéfano que han sido punto y aparte. Uno como goleador (Pelé) y el otro como cerebro, trabajador y goleador (Di Stéfano), pero ellos, los dos, siendo los más grandes, nunca tuvieron el talento y el virtuosismo de Kubala. Técnicamente fue el má grande. Me lo confesó una vez Di Stéfano con un rumano de gran influencia como testigo: Alejandro Vogel. En aquella comida, en el Hotel Avenida Palace de Barcelona, Di Stéfano (entonces jugador del Espanyol) comentó: "Kubala, con la pelota en los pies, no había quien pudiera con él. Te podía volver loco. Y lanzando faltas era un espectáculo. Ha sido el más grande que yo he visto". Parecida conversación tuve un día con Pelé en el hotel Meridien de Copacabana con amigos comunes de la televisión "O Globo". Pelé me vino a decir lo mismo: "Di Stéfano fue un monstruo porque pocos delanteros son a la vez el mejor goleador, el mejor central y el mejor medio a la vez, y todo ésto lo reunía Alfredo. Pero Kubala era distinto. Técnicamente era una maravilla. Lo que hacía con el balón era imposible de repetir y con el balón parado nunca, nunca, sabías dónde la íba a colocar".

He visto jugar a Bobby Charlton. A Best, un genio como Garrincha. He disfrutado con Evaristo, con los "sombreros" de Eulogio Martínez, con los obusés de Puskas, con los cabezazos de Uwe Seeler y de Kocsis, con la inteligencia de Luisito Suárez, con las galopadas de Gento, con la calidad y potencia de Eusebio, con la clase y potencia de Julio César Benítez, con el divinismo de Gianni Rivera, con la seguridad y seriedad de Beckenbauer, con el cambio de ritmo del Cruyff del Ajax (y sus seis meses en el Barça) y con las maravillas de Diego Armando Maradona, para mí, con Pelé y Di Stéfano, los tres más grandes. Pero ni incluso Maradona que ha sido el último dios del balón, con la magia de Kubala y Ronaldinho.

He disfrutado con Platini, con Sócrates, con Jairzinho, con Laudrup, con Schuster, con Rossi, con el Hagi antes de romperse, con los Romário, Ronaldo, Rivaldo, Zidane....pero ninguno, ninguno, ninguno, me han aportado la magia del Kubala de Joan Manuel Serrat y mío, y del Ronaldinho de Sandro Rosell y también mío.

Entre Kubala y Ronaldinho ha habido una diferencia, una notable y poderosa diferencia dentro de los mismos colores que han defendido, los azulgrana. Que mientras Kubala era perseguido por la mayor parte de mujeres de la ciudad y trasnochaba más que nadie (que Biosca, su inseparable compañero de farras lo explique) siempre encontró una mano dentro del club que le ayudaba, que le protegía. Todo lo contrario que ha sucedido con Ronaldinho, también amante de la noche, como casi todas las grandes estrellas. Pero a Ronni nunca/jamás en este último año encontró dentro del club una mano salvadora. Todo lo contrario. Le echaron encima más mierda de la que ya llevaba encima.

Cuando algunos dicen, escriben, hablan que Ronaldinho no ha hecho nada en los dos últimos años, mienten. Y mienten a conciencia. En la campaña 2006-07, la que le niegan, mientras no se le cuestionó (con Eto'o y Messi lesionados), el Barça con él tirando del carro iba lider del campeonato. Después, al regreso del camerunés y su rajada en Vilafranca, pasó lo que pasó. Ahí terminó Ronaldinho con el Barça lider. Si aquel funesto día, Txiki es alguien, y el presidente hace de presidente y no de enemigo del brasileño y de amigo del camerunés, probablemente la historia final se habría escrito de otra forma. Pero ya he dicho al principio que el gaúcho nunca fue santo de devoción de Laporta y menos todavía de Cruyff y lo mataron. Con sonrisas y abrazos, pero lo mataron. Actuaron con el mismo cinismo con que ahora, en su despedida, Laporta dice que Ronaldinho se marcha con "los máximos honores". Más hipocresía, imposible.

Algún día, a no tardar, se escribirá la verdadera historia de Ronaldinho y este presidente que hoy preside accidentalmente el Barça, ayudado por un ejército de asesores de imágenes, pasará al olvido, al triste olvido de los barcelonistas. Mientras que Ronaldinho con el transcurrir de los años su figura se agigantará cada vez más.

El día que Laporta deje forzosa y obligatoriamente la presidencia y el día que Johan Cruyff deje de firmar esos falsos e hipócritas articulos y ambos (JL y JC) sean reemplazados por otros y Catalunya Rádio y TV3 sean libres, se hará justicia, merecida justicia a Ronaldinho, el más grande futbolista que ha pasado por el Camp Nou medio siglo después del inolvidable Kubala.

Igual que no he olvidado a Laszy, tampoco a ti, Ronnie, te olvidaré. Lo que me habéis dado, nadie me lo quitará. Y menos todavía este Laporta que está en pleno lavado de imagen. Aunque detrás de la careta está el mismo de siempre. O peor.

martes, 15 de julio de 2008

Sólo faltaba Estiarte.

No les voy a hablar de Laporta. Me aburre. Mucho/muchísimo. Y desde que tiene un director de imagen diciéndole lo que tiene que hacer, cómo debe vestir, cuándo debe sonreír, a qué peñas debes acudir, con quién debe abrazarse, con quién debe inclinarse, con qué periodistas y radiofonistas debe entrevistarse, todavía más. A aquel Laporta falso/chulo/hipócrita le está sucediendo otra Laporta más prefabricado. Probablemente, más falso que antes -ya es decir- pero con otra imagen. Aún le quedan algunos medios de comunicación. Un diario y medio. Una radio pública. Alguno de una radio privada y "la teva", la de la Cullell que quizás en gratitud de que le ha fichado a su pariente Luis Enrique, se ha vuelto más laportista que nunca. "La teva" ya era de JL, con Roures siempre moviendo esos hilos y con los demás a su servicio. Laporta se quedará antes sin un sólo socio que le apoye, que sin medios adictos. Con Roures y Cruyff en la sombra y no en la sombra tiene aún cuerda para rato. Por eso ya vuelve a sacar pecho. En sus últimas manifestaciones he leído una cierta crítica a los últimos directivos que se han ido. Es decir: ya no es sólo Sandro Rosell el único malo de la película. Ahora hay más, sobre todo Soriano e Ingla. Aunque el que le sigue quitando más el sueño es Rosell porque sabe que si el ex vice deportivo un día llega a la presidencia no hará lo que Laporta hizo con Gaspart: no levantar las alfombras. Las levantará y las expondrá en público. De ahí esa constante de Laporta de intentar invalidar siempre a su ex, por el miedo y hasta acojonamiento de que un día Rosell le pueda sustituir. Ese es el temor y ese es el problema del presidente. Por eso resiste/resiste en la poltrona aunque también como muy bien se escribía ayer en "La Vanguardia":" (...)da la impresión de que se queda porque no tiene adonde ir".

Laporta ahora busca el milagro. Y el milagro piensa que puede ser Estiarte, el waterpolista. Ya me dirán qué hace, que va a hacer el ex olímpico en el Barça. ¿Para qué se le ficha? ¿Para lavar la imagen del presidente?. Se equivoca Estiarte. Por muchos millones que le haya prometido, no sabe dónde se mete. ¿Hacer de salvavidas del presidente?. ¿Cómo? ¿Cuándo?¿Dónde?. Estiarte lo único que puede hacer es llevarse -uno más- la pasta de los socios, de los pobres socios a los que les cuesta sangre, sudor y lágrimas poder pagar cuota de socio, para que un presidente caprichoso se dedique a despilfarrar el ya poco dinero que queda.

¿Quién le ha recomendado a Laporta el fichaje de Estiarte? ¿Guardiola? ¿Urdangarín?. Con la pelota en la piscina hizo milagros, pero con Laporta no hay milagro que valga. Está más acabado que Montal. Por muchos asesores que tenga, no tiene nada qué hacer. El primer referendum no será la Asamblea del Inserso (como el presidente despóticamente la bautizó). Su primer referendum será cuando se abran las puertas del Camp Nou y se juegue el primer partido. Ahí te quiero ver. Ya veremos cuando comience la feria qué hacen el nuevo director de campaña, Estiarte, Rosa Cullell, Roures, Cruyff....y toda esta directiva que ha quedado que es todo menos directiva.

Qué pena que Manuel Trallero haya dimitido. Y es que en este país, cesan y dimiten los que no lo deben hacer y sin embargo siguen los que no tendrían que seguir. Que injusta es la vida. Hoy me he quedado ya sin Trallero, como hace años me quedé sin Sarah Malenton, la reportera más incisiva de la Casa Blanca, el azote de los presidentes norteamerianos.

Aquí, !qué asco!, los que valen la pena dimiten o se mueren, y los que tendrían que desaparecer del panorama siguen como si nada. Rodeados, eso sí, de asesores/aconsejadores/maquilladores. Pero la mona, aunque se vista de seda, mona se queda.

viernes, 11 de julio de 2008

En manos del Inserso.

Todo lo que hemos venido diciendo/contando/narrando sobre Joan Laporta se ha hecho realidad: el Barça está dirigido por uno de los peores presidentes de su historia junto al impresentable Joan Gaspart, éste convertido en uno de sus principales aliados y patrocinadores, sin olvidar al otro artífice de los males del club, Johan Cruyff, el gran avalista de esta especie de "chávez" del populismo barcelonista que padece la entidad desde hace años.

Laporta/Gaspart/Cruyff forman el peor terceto del barcelonismo de los últimos años y también el triángulo con los intereses menos transparentes que han existido -y existen- en el panorama blaugrana. Hace unos meses, uno de los grandes santones del periodismo deportivo, José María García, formulaba una pregunta a la opinión pública: "¿De qué vive Laporta?". Y hace escasos días, otro gran conocedor del barcelonismo y del fútbol en general, Josep María Minguella decía en "El Mundo Deportivo" que le "huele mal" el fichaje del brasileño Henrique para añadir que lo que menos le gusta de esta etapa de Laporta es que las operaciones de fichajes no sean de club a club porque algunos de los jugadores no pertenecen a un equipo, sino a algún particular o a una empresa. "Esto se viene repitiendo: vamos a por jugadores que no pertenecen a un club sino a una empresa".

Es decir, la historia de Joan Laporta está todavía por publicar, en lo presidencial, en lo profesional e incluso en lo más íntimo, como se apuntaba hoy, entre ironías, en el espacio radiofónico de RAC 1. "Aún nos falta ver a Laporta en "¿Dónde estás corazón?". Todo llegará.

De la última escisión directiva poco hay que decir que no se sepa. Si acaso, que Roma no paga traidores y que como Ramón Besa escribe hoy en El País en su artículo "De Jan a Fidel" "la respuesta de los ocho directivos que ayer dimitieron es igualmente cuestionable por oportunista. Ningún miembro de la junta había condicionado su continuidad al resultado de la moción de censura y la mayoría incluso defendió la gestión del consejo antes de los comicios". Y el remate lo firma Sergi Pàmies en "La Vanguardia" quien sobre los salientes escribe: "A los que dimiten se les ha quedado cara de tontos: querían liderar la transición y se han quedado fuera".

Y es que los directivos que han dejado plantado al presidente, tampoco se pueden ir de puntillas porque la moral de la mayor parte de ellos es más que cuestionable. ¿Cuál fue la actitud de ellos cuando se abrió el primer cisma del laportismo con la marcha de Rosell, Bartomeu, Monés, Moix y Faus....?. Cerrar filas con el presidente cuando los que se fueron denunciaron, entre otras cosas, falta de transparencia, exceso de autoridad y el desvío del proyecto inicial que les unió en la formación de la candidatura triunfadora. Entonces, debido a sus ambiciones personales, dejaron solos y abandonados al grupo más representativo de la candidatura y la inicial directiva. Y fue más vergonzoso el caso de Ingla y Soriano que además habían llegado de la mano de Bartomeu, un barcelonista intachable y de una honestidad ejemplar. En aquella primera decisión de Laporta de quitar los galones de las secciones a Bartomeu se inició la sangría de la directiva y fue el principio de todos los males que posteriormente han sucedido en el club. Que entonces Soriano e Ingla callaran ante la injusta y reprobable actitud dictatorial de Laporta dijo muy poco en favor de estos ambiciosos personajes. Por eso que la dimisión de Ingla y Soriano, en esta kafkiana historia, tampoco es una mala noticia para un club sobrado de hipócritas/falsos/arribistas y ambiciosos con tantas o más caretas que el propio presidente, que ya es decir.

Una de las sorpresas (para algunos) que ha generado esta crisis es la marcha atrás a última hora del directivo Jaume Ferrer que había mostrado -al parecer- su solidaridad con los dimitidos y que finalmente ha decidido enrocarse junto al presidente, quizás abrigando su gran sueño de ser presidente; un sueño que difícilmente le será alcanzable jugando al delfinato de JL por mucho (todo) apoyo que tenga de la familia Pujol-Ferrusola que han vuelto a equivocarse a la hora de jugar sus cartas barcelonistas. Se equivocaron contra Núñez y se han vuelto a equivocar dando apoyo y sostén en estos momentos a Laporta y pensar que su patrocinado (Ferrer) puede ser el futuro.

En esta lucha de poder y ambiciones, se están quemando todos, incluso los nuevos técnicos del club. Uno, Luis Enrique, al pedir el otro día desde TV3 (la televisión que hoy preside la prima de su mujer, Rosa Cullell) paz, tranquilidad y estabilidad para llevar adelante su trabajo. Luis Enrique pedía en el fondo apoyo para Laporta, palabras que podía ahorrarse porque si ha aceptado el contrato ya sabía en el volcán que se metía en estos momentos. Y en cuanto a Josep Guardiola, que hoy goza -dicen- de un consenso entre algunos, también debió ahorrarse las palabras sobre Ronaldinho, Deco y Eto'o y la visita a Johan Cruyff como confirmación y beatificación de su nombramiento. Guardiola no ha fichado en el mejor momento pero ya que ha apostado por Laporta, es de esperar que se mantenga neutral en los próximos días si es que existe la neutralidad para alguien que ya ha dado este paso.

En suma, estamos ahora teóricamente a la espera del próximo movimiento de Laporta que según sus últimas palabras serán con ocasión de la próxima Asamblea que debe decidir su continuidad o no en la presidencia, si es que llega a esa fecha. Es decir, está en manos del Inserso como él calificó -e insultó- a la Asamblea en la época de Núñez en la que manifestó que hay que modificarla porque "este tipo de asambleas no sirven para nada".

Ya ven cómo se cuenta la historia. Casi todos en la calle y el pájaro dentro. Vivir para ver.

miércoles, 9 de julio de 2008

Que hable Núñez.

Han tenido que transcurrir varios años para que algunos/muchos hayan descubierto al verdadero Laporta. Al Laporta auténtico/sin maquillaje/sin careta. Al Laporta real y no aquel que en un momento de euforia fue catalogado de "Kennedy catalán". Un falso espejismo. El Laporta verdadero era (es) aquel que fue expulsado del colegio de los maristas de Sant Joan. El Laporta que se pasaba horas y horas en la terraza de una cafetería de la calle Villarroel, esquina Buenos Aires. El Laporta que no se sabía muy bien de qué y de quién vivía. El Laporta que enredó a unos cuantos para que se sumaran a la plataforma del Elefant Blau y acabaran con el reinado de Josep Lluís Núñez. Eso sí, siempre de la mano de su inseparable Johan Cruyff, el holandés que más ha exprimido las arcas del club. El ex futbolista y ex entrenador mejor pagado en la historia del club. Vivió del montalismo, traicionó a Ferrán Ariño, apoyó la candidatura de Núñez, se convirtió en el abanderado del Grupo de Opinión, dejó en la estacada a Sixte Cambra para convertirse -de nuevo- en la apuesta electoral de Núñez, hasta que sus ansias de poder, su ambición sin límites, su falta de escrúpulos a la hora de cargarse un equipo para dar entrada a toda su familia, acabó como el rosario de la aurora, para terminar haciendo las paces con el Gaspart ya presidente. Intentó regresar con la candidatura de Bassat, hasta que le vieron venir y acabó uniéndose incondicionalmente a Joan Laporta, pensando que con su amigo de turno iba a hacer y deshacerse a su antojo en el Barça. Con lo que no contaba Cruyff era que Sandro Rosell iba a ser y ejercer de vicepresidente deportivo y que iba a poner a raya al holandés. "El presidente quiere que te escuche, yo te escucho, y punto. Pero la responsabilidad es mía y no es tuya".

Ahí, comenzaron los primeros problemas. Cuando Rosell se negó en redondo al fichaje de la Tripe A (Ayala, Albelda y Aimar). El entonces vice deportivo estaba dispuesto a hacer una excepción: fichar al defensa Ayala. El único. Pero el Valencia no quiso y si quería era pagando el oro y el moro. Ahí comenzó el distanciamiento de Cruyff hacia Rosell y paralelamente el de Laporta con Rosell, aunque en aquel momento no se atrevía a enfrentarse a Rosell porque le necesitaba y mucho. Primero, porque la presencia de Rosell era una garantía deportiva, una garantía comercial y tenía las llaves de las puertas de los principales mandamases del planeta fútbol y deportivo. Dónde no llegaba Laporta, que entonces no llegaba a ningún sitio, llegaba Rosell que fue quien le fue presentando uno a uno a todos.

El teórico agradecimiento de Laporta a Rosell se convirtió, de la noche a la mañana, en envidia, en celos. En celos de hombre que es -dicen- lo que peor puede suceder a una persona. Laporta, además, pésimamente aconsejado por sí mismo, por Cruyff, por algunos directivos y por algún ambicioso vicepresidente que hoy aspira a suceder a Laporta, fueron distanciando/distanciando las relaciones entre el exitoso vicepresidente deportivo y el ya trastocado presidente. A todo ello, se añadió la falta de democracia y transparecencia en el seno de la directiva, en el cisma que armó en las secciones, unas secciones que nada le importaban, ni le siguen importando aunque se hayan convertido en un pozo sin fondo.

Paralelamente a los acontecimientos, el ego, la vanidad, la chulería, la propotencia de JL iba en aumento, hasta que Sandro Rosell y un grupo de directivos (Bartomeu, el doctor Monés, Moix, Faus), los más coherentes con el proyecto inicial decidieron cesar.

Antes habían sucedido otras muchas más cosas. Entre ellas, el empeño de Laporta por no aclarar la situación económica real heredada de Gaspart; el incremento de personal y gastos que se estaban originando en una etapa de austeridad. Todo ésto no les gustaba a los dimisionarios y por eso se marcharon.

Laporta cometió un grave error: hacer caso a los que se quedaban y dejar marchar a los que se fueron. Un brutal error. Además, entre los disidentes, no habían aspiraciones sucesorias. Sandro Rosell no aspiraba a nada más que a hacer bien su cometido y que el Barça funcionara. Su sueño no era ser presidente del Barça. Su sueño era servir al Barça.

Ésto nunca lo supo ver a Laporta que prefirió la no sinceridad de los que le adulaban a la sinceridad de los que no tenían más miras y pretensiones que los éxitos del club, del Barça. Laporta, o no lo quiso ver, o no le interesó verlo, porque de esta manera, sin la presencia de los únicos directivos que llamaban las cosas por su nombre, se sentiría más libre para hacer y deshacer a su antojo, sin que nadie le tosiera.

Desde la marcha de aquel grupo inicial nadie/nadie/nadie ha sido capaz de levantar la voz en las juntas directivas, todos han dicho amen/amen/amen a todas las decisiones y caprichos presidenciales. Han permitido la desgobernabilidad del club. Han permitido (y hasta fomentado) el caprichismo del vestuario. Desde entonces, todo ha sido un caos, tapado por los éxitos deportivos iniciales.

A Laporta hoy le quedan unos cuantos fieles y otros que sólo les preocupa su ambición personal. Son una banda de derrotados. La única voz que sale en su defensa es la de Joan Gaspart, otro de los grandes farsantes del barcelonismo. Que Gaspart no esté callado, que a Gaspart no le cierren la boca, es otra de las verguenzas y desverguenzas del barcelonismo. Que además se dedique a dar lecciones de lo que se debe hacer o no hacer, es uno de los mayores escándalos que puede vivir el barcelonismo.

Aquí, con defectos y virtudes, el único ex presidente que tiene facultad y prestigio para opinar es Josep Lluís Núñez, cuyos servicios al frente de la presidencia han servido para enriquecer/enriquecer el patrimonio del club y dejar una herencia económica, comercial y patrimonial de la que han vivido y dilapidado sus sucesores.

Lo que el club necesita no es que hable Gaspart, lo que necesita el club es que Núñez se decida a hablar y lo haga extensamente. Tiene facultad, prestigio y honestidad para hacerlo y si lo hiciera ahora le rendiría de nuevo un gran servicio a la entidad. Es más: en este momento de desconcierto, de inestabilidad, de ingobernabilidad, sería bueno y saludable que un presidente que no utilizó coches de lujo con cargo al club, que no utilizó aviones privados para uso particulares, que se pagaba las comidas de su propio bolsillo, en definitiva un hombre que no hizo otra cosa que llenar la caja del club, se pronunciara en estos momentos de tinieblas y de aptitudes que recuerdan más al fascismo que al patriotismo.

lunes, 7 de julio de 2008

Alguien ha perdido, ¿eh, doña Marta?

Ya pueden algunos decir misa, otros cantar misa y otros repicar campanas, que la moción de censura ha dejado ganadores y perdedores. Como todo en la vida. Por mucho que lean/relean y digan los estatutos, la única legitimidad la tienen los socios y los socios se han pronunciado: No quieren a Laporta. Ya pueden enrocarse el presidente, el vice Soriano y toda la junta directiva, que la única lectura que tiene lo que ha sucedido empieza y acaba con la palabra dimisión. Todo lo que no sea retirarse como hizo Napoleón será un Waterloo todavía mayor.

Las urnas han hablado y lo han hecho claramente. Y no lo han hecho precisamente como las ha leído a primerísima hora de la mañana Jordi Basté. Me he quedado estupefacto al oírle decir que la moción ha tenido tres perdedores: Laporta, Sandro y Giralt. Me he quedado helado. O sea que para el señor Basté, Sandro Rosell y Oriol Giralt son también perdedores. Que me lo explique que aunque soy un poco tonto, mi tontez (que yo sepa) no llega hasta ese extremo de digerir lo que mis oídos han oído sólo comenzar los llamados lunes al sol. El señor Basté, que tiene la responsabilidad de tener un micro en las manos y una audiencia en el día, no puede soltar lo que ha soltado y quedarse tan ancho. ¿Me puede decir en qué y porqué han perdido Rosell y Giralt...?. Y para Basté, naturalmente, no ha perdido Soriano, al que no incluido en el paquete y al que ha entrevistado casi cuatro horas después. ¿Ha querido acaso el señor Basté enviarnos un mensaje a los oyentes que él apuesta por Soriano y se posiciona contra otros...?

A lo que íbamos. Diga lo que diga el radiofonista, la moción ha tenido una lista/listísima de perdedores. El primero/primerísimo, Joan Laporta. El segundo/segundísimo, Ferran Soriano. El tercero/tercerísimo Johan Cruyff. Y tras estos tres estrellados, la junta directiva en pleno que desde que dimitieron los otros directivos, cerraron filas con el presidente. Y si cerraron filas con el gran estrellado (JL) la complicidad les convierte también en perdedores reales.

Pero hay más/más perdedores. Por ejemplo, Xavier Sala Martin, el amiguísimo, que en vez de mostrarse neutral como requiere la responsabilidad que ocupa (presidente de la Comisión Económica) ha tomado parte en la contienda alineándose descaradamente con su amigo el presi y amenazando también con el voto del miedo y anunciado que si prosperaba la moción él participaría en la ralentización (paralización) de la comisión gestora que teóricamente le tocaba presidir pero que ya ha reunido todos los méritos del mundo para que los socios hagan un manifiesto pidiendo su cese inmediato.

Pero aún hay más perdedores, como algunos de los miembros que redactaron los Estatutos del club. Primero, por la inutilidad de los mismos, y segundo porque algunos de sus actores jurídicos (Requejo, Oranich...) en vez de mostrarse neutrales en el proceso también han querido participar para alinearse con el presidente. Una vergüenza sin precedentes.

Y entre los perdedores, está doña Marta, la que usted y yo nos imaginamos, porque desde el primer día que se anunció la moción de censura intentó que no prosperara. "Dejarles los dos años que les quedan", dijo enfurecida, algo que me extraña porque hasta ese lamentable día tenía la máxima consideración sobre la dama pero después de su interferencia (que afortunadamente no prosperó) ha variado mi opinión, no así la de su marido que sigue siendo la misma/mismísima que el primer día que le conocí.

Estos son algunos de los grandes perdedores de la moción de censura, además de los lama-de-turno que debieron pasar la peor noche de sus vidas, lo que ya es suficiente amargura cuando -además- están en vísperas (antes o después) de ver salir a su señorito por la puerta falsa del Camp Nou.

Es decir, dentro de poco, o de no mucho, Gaspart ya no habrá sido el único presidente en salir por la puerta pequeña en la historia del club. Pronto/pronto tendrá un colega con el que entretenerse para hablar de sus cosas, quizá a seiscientos kilómetros, bajo el paraguas de Angel María Villar que lo recoge todo.

Acabo. La moción de censura, al igual que tiene unos claros derrotados, tiene unos manifiestos ganadores. El primero, el más importante, el más destacado, el socio y abogado Oriol Giralt que ha demostrado cómo con una voluntad de hierro, una constancia encomiable, con algunos freixas y castellvis en la retaguardia, algunas casaus de turno, con el valor del capitán Trueno, han podido abrir los ojos y abrir los oídos a miles de barcelonistas que unidos como un sólo ejército han conseguido lo que muchos/muchísimos incrédulos no querían creer: que su intocable presidente era tocado y derribado.

Y una pregunta final: ¿qué habría sucedido ayer de comparecer Sandro Rosell después de la Eurocopa y no antes y si Josep Lluís Núñez dice lo que dijo horas antes?. Pues como decía aquel legendario ídolo de la radio cuando no había televisión "del finado fernández, nunca más se supo".

sábado, 5 de julio de 2008

Si Gamper levantara la cabeza...

Esta moción de censura parece una tragedia. La que presentó Laporta a Núñez, no. Entonces era constructiva. Era una herramienta democrática. Esta, la de Oriol Giralt que han respaldado nueve mil socios barcelonistas, está endemoniada. Es un atentado a la dignidad. O "está desproporcionada", como dice Marc Ingla. La de Laporta a Núñez, a los cuatro meses de ser reelegido no estaba entonces desproporcionada. A Cruyff entonces le pareció de maravilla. "Es un instrumento democrático" dijo. Ahora dice todo lo contrario.

Este presidente está desquiciado. Esta junta directiva está desquiciada. Y el presidente de la Comisión Económica, el vanidoso Xavier Sala Martin, además de desquiaciado, miente más que habla. Pero, ¿qué tesoro hay en la cúpula del club para que todos/todos/todos, del presidente al chaquetas tengan miedo/pánico a perder la moción de censura?. ¿Qué secreto se guarda en el interior...?

Ayer, el otro, el vice económico, Ferrán Soriano, presentó los números del club. Mejor dicho: "sus números". Se tendrían que ver y analizar número a número, factura a factura y contrato a contrato. ¿Entraban en esas cuentas el avión privado utilizado por el presidente para uso particular...? ¿Entraban en esas cuentas las tarjetas visas-oro? ¿Entraban en esas cuentas las comilonas 5 estrellas del "Drolma" día sí y día también...?. Etcétera.

No me creo nada de lo que dicen y menos de lo que dicen que hacen. Un presidente que se dedica a meter miedo en el cuerpo de los socios, es un presidente poco transparente y nada libre. Un presidente de la Comisión Económica que se dedica también a meter miedo a los asociados y a decirles que el club se paralizará, no me merece la más mínima confianza.

De entrada, hay que decirles a estos embaucadores que en más de cien años de vida, el Barça no se ha paralizado nunca/nunca/nunca. Ni cuando el cierre del campo de Les Corts en la primera dictadura, ni con el exilio obligado del fundador Gamper, ni con la guerra incivil. Nunca/nunca/pero es que nunca se ha paralizado. Ni Gaspart logró la parálisis del club, que ya es decir.

Para todos éstos que intentan meter el miedo en el cuerpo (desde Jl al "chaquetas", pasando por todos los lama de la directiva) hay que recordarles, por si la memoria histórica les falla que incluso en una etapa provisional, la que va desde la dimisión de Miró-Sans a la llegada a LLaudet, un presidente en funciones (Antonio Juliá de Capmany) traspasó a Luisito Suárez al Inter, en un traspaso que batió todos los récords: 25 millones de pesetas de la época. Una bestialidad. Juliá de Capmany (todo un caballero) no hizo otra cosa que reunirse con los entonces candidatos (LLaudet y Fuset) y comunicarles las oferta que tenía sobre la mesa. Con el consenso de ambos, Juliá de Capmany llevó a cabo la mayor operación económica de la historia proporcionalmente a su época.

Es decir, eso que Xavier Sala Martin dice que de prosperar la moción de censura el club se paralizaría y él como presidente de la futura Comisión Gestora así lo ratificaría, le invalida. O sea, lo que casi medio siglo atrás fue incapaz de hacer una presidencia provisional es capaz de no hacerlo, cincuenta años después, el señor Sala Martin. ¿En qué incompetentes manos está la presidencia de la Comisión Económica del club con una declaración como esta...?. De entrada, si la moción de censura prosperara (cosa que no creo con el miedo titánico que han metido a la masa social) lo primero que habría hacer es inhabilitar a XSM como presidente de la misma. Ésto sería lo primero que se tendría que hacer.

En cuanto a Laporta, que ve fantasmas por todas las partes, menos en sus armarios que es donde debe mirar, ha lanzado otro órdago a la afición metiéndoles también el miedo en el cuerpo, hay que decir que sin su presencia en la presidencia, no pasa nada. Más bien, todo lo contrario. Que el club seguirá tan vivo -o más- que siempre y con una higiene culinaria y de otros aspectos que mejoraran notablemente.

Ya no voy a hablar de aviones privados a cuenta de los carnets de los socios, ni del despilfarro económico a la hora de fichar, sin aclararnos nunca qué comisiones se pagan y a quién se pagan, sólo en viajes y en comidas, el club rebajaría notablemente sus gastos. Aún recuerdo cómo el denostado Núñez (denostado por los elefantes laportianos) pagaba los caprichos, incluso la mayor parte de las comidas, de su propio bolsillo. Tan sólo las oficiales/muy oficiales iban con cargo al club, pero el resto de las comidas (la gran mayoría) iban con cargo a su cuenta personal y de eso podrían hablar resturantes como el siempre recordado Guria (centro gastronómico de la "gauche divine"), la tasca-restaurante Azpiolea, propiedad de un ex gran pelotari, e incluso el Gorria, por citar algunos de los más frecuentados por el presidente Núñez y cuyas facturas, si no las pagaba en el acto, iban a su oficina particular de la calle Urgell.

Es decir, todo lo contrario de lo que sucede ahora. ¿Qué les cuesta a los socios barcelonistas el caro/carísimo "Drolma" del Majestic todo para que el cocinero, además de cobrar, se dedique a elogiar semana sí y semana también a Laporta y arremeter contra todo lo que no es o huela a la actual directiva, Cruyff incluído....?

Si Hans Gamper levantara la cabeza y viera todo este panorama, a buen seguro que regresaba rapidamente a la tumba. Pensar que Gamper y todos aquellos heroicos fundadores recorrían todos los rincones de la ciudad para recaudar fondos para construir una entidad, incluído el lotero Valdés que puso una hucha en su administración de las Ramblas para que dejaran "calderilla" para el Barça, o como otros prohombres se rescaban el bolsillo para construir el campo de la Industria primero y de Las Corts después, con Josep Llaudet a la cabeza, el padre del desaparecido ex presidente Enric Llaudet, se tirarían de los pelos al ver como los actuales gestores son insaciables en el gasto...

No quiero acabar esta improvisada crónica sin decir que, pase lo que pase, la inestabilidad no existirá en el Barça como no lo ha existido en toda su historia. Durante muchos años de la historia del club, las presidencias duraban un año/un sólo año, y nada sucedía. Y algunos presidentes cesaban y regresaban, sin ir más lejos, el propio fundador Hans Gamper que ocupó la presidencia en cinco ocasiones en períodos cortísimos cada una de ellas, hasta que la primera dictura le obligó a exiliarse a raíz de los sucesos del campo de Les Corts. O Gaspar Rosés, otro de los grandes presidentes del club, que fue presidente del club en tres ocasiones en períodos cortos. Y nunca/nunca/nunca pasó nada. Hay presidentes que estuvieron tan sólo un mes (Josep Anton de Albert, vinculado a La España Industrial) que fue impuesto por el régimen franquista pero en un acto de honestidad se reveló diciendo que no podía seguir en la presidencia porque era....españolista.

Franco, finalizada la guerra, impuso sus presidentes y sus directivas, y el club no se paralizó en ningún momento. Ni tan siquiera en los horrores de la guerra incivil.

Para los que argumentan que la presidencia de Núñez fue eterna, hay que decirles que los socios, al contrario de lo que sucedía antaño, así lo quisieron. Porque Núñez convocó elecciones pero en ocasiones ni se presentaban rivales. La culpa, más que de él, fue de la falta de alternancia, incapaces de presentarse a las urnas y cuando lo hicieron fueron derrotados. Lo que no es justificable es argumentar por parte de Laporta y cía que cuando presentaron la primera mociòn de la historia dijeran que era porque Núñez llevaba muchos años en el cargo. No es de recibo y no lo es porque fue presentada cuatro meses después de las elecciones. Aquella moción de censura y no ésta si que no tenía razón de ser, por mucho que lo defiendan los "espadaler" de turno e incluso los "pep munnés" de hoy. Por cierto, he escuchado éstos últimos días al actor Munné arremetiendo con el peor de los estilos a todos aquellos que defienden el sí a la moción. Lo escuché en Rac en una polémica tertulia con Juanjo Castillo y el ex vicepresidente Castells. Me pareció lamentable. No la tertulia de LLimós. La intervención de Munné, un ex jugador del fútbol base barcelonista (como futbolista, uno más, del montón) y como actor, otro más, también del montón. Nunca, jamás, llegará a la altura de otros excepcionales actores que también brillaron como barcelonistas, desde Pau Garsaball a Alberto Closas, pasando por Enric Borras, Paco Martínez Soria o Rafael Bardem el padre de Pilar Bardem (una extraordinaria barcelonista) y abuelo de Javier Bardem. Todos ellos barcelonistas, como el más genial de los dramaturgos catalanes, Adriá Gual, que incluso fue directivo del club, todos ellos con una visión más amplia, profunda y generosa que lo que intenta representar Pepe Munné cuyo único mérito es ser laportista. Y nada más. Como actor, cero. Como director, cerocerísimo y que estos días se ha soltado la melena también para meter miedo, dando a entender que si se pierde la moción, viene el lobo.

Pero dejemos a Pep Munné, que no ha sido nada como futbolista y menos como actor y aún lo emcumbraremos.

Los laportas y salas martin que pretenden meter miedo a los socios con la moción de censura, hay que decirles que vayan con el miedo y el cuento a otra parte. Y que sería un gran día para el barcelonismo que personajes como éstos, capaces incluso de derramar lágrimas para teatralizar todavía más la situación, que prosperara la moción de censura. Pero me temo/me temo (ojalá me equivoque) que la mentira/la vanidad/la chulería seguirá por un tiempo más en la cúspide del barcelonismo.

Y acabo. Si los oficialistas que en el acto del Majestic (!cómo no!) se reunieron en torno a Laporta fueron catalogados como representantes de la "sociedad civil catalana", apaga y vámonos. Si los Joel Juan, los Munné, los Montal, las Marga Oranich, los Xavier Sala Martin, los Ferran Requejo, los directivos actuales y los lame de turno, son la sociedad civil catalana, ya me meo. Así, como suena.

!Ay, si Gamper levantara la cabeza y viera a estos impostores....!

jueves, 3 de julio de 2008

Si gana Laporta, gana la política.

Ferran Requejo, catedrático de ciencia política en la UPF y socio del Barça, escribió ayer un artículo en "La Vanguardia" en la que anunciaba que irá a votar y lo hará en contra de la moción de censura. Me parece muy bien. Cada persona es libre de votar lo que su pensamiento (u otras razones) le indican. No es su posición lo que me extraña. Lo que me llama la atención es el escrito. Lo que dice y, sobre todo, lo que no dice. Me sorprende que una persona como él, representando lo que representa, no tenga argumentos válidos/consistentes para convencer a los lectores. Su artículo puede suscribirlo el más forofo de los directivos barcelonistas. De ahí, pues, mi decepción. Que todo un catedrático de ciencia política sea capaz de escribir lo que ha escrito dice muy poco a su favor. Tan poco, que ahora se comprende como fue capaz de participar (junto a otros juristas) en la redacción de los estatutos del FC Barcelona criticados por muchos, manipulados por otros y ambiguos para todos.

En su artículo "Barça: una moción desacertada", los razonamientos y argumentos que ofrece son tan pobres/pobres/pobres que cualquier socio barcelonista que lo haya leído (y seguro que lo han leido al tratarse de una tribuna de LV) y tuviera dudas las habrá despejado totalmente y a buen seguro que si va a votar lo hará afirmativamente.

Creo que personas del rango de Ferran Requejo escribiendo este tipo de artículos (u otros) le hacen un flaco favor al Barça, al deporte y a su propia condición de catedrático. Creo que este tipo de personas, que representan lo que representan, lo mejor que deberían hacer es abstenerse públicamente para no manipular a la opinión pública. Como socio, que voten lo que quieran. Pero si se expresan públicamente (que no deberían hacerlo) que aporten argumentos incontestables no como el que nos ocupa que es rebatible en todas sus líneas.

Yo creo que Requejo se ha equivocado. No sé si intencionadamente o no, pero se ha equivocado. De la misma manera que se equivocaba -y gravemente- Xavier Sala Martín cuando después del triunfo de la selección española en la Eurocopa cuestionaba la catalanidad de jugadores como Xavi y Puyol a la vez que presentaba a Oleguer como el gran símbolo del Barça.

Personas como Ferran Requejo y Xavier Sala Martín hacen daño/mucho daño al Barça porque en el fondo no hacen otra cosa que politizar lo que no debería estar politizado. Hoy, con la reinstauración de la Generalitat, no tiene sentido estos postulados. Más bien todo lo contrario.

Lo que le sobra al Barça-de-hoy es politización. Y defender a Joan Laporta es defender que la política siga viva y presente en la presidencia del FC Barcelona. Los socios barcelonistas cuando hace cinco años eligieron la candidatura encabezada por JL no votaban política, no votaban a un político, votaban a un presidente y a una junta directiva de una entidad, aunque ésta sea "més que un club".

El domingo seis de julio hay una cita en las urnas para votar una moción de censura que se le ha puesto, no por razones exclusivamente deportivas como algunos intentan hacer ver (entre ellos el aludido catedrático) sino por la forma de gestionar -y no gestionar- de un presidente como Laporta que desde que fue elegido no ha hecho más que politizar todos sus actos para olvidarse por lo que fue elegido, para presidir y gestionar lo mejor posible el club.

Los Ferran Requejo, los Xavier Sala Martin, las Pilar Rahola, los Fermí Puig, ya pueden decir misa (cada uno con sus supuestos intereses en la misa laportiana) que con sus postulados están dañando gravemente al Barça intentando manipular a la afición barcelonista.

Aunque tontos los hay, cada vez los hay menos que se dejan guiar/ engañar/embaucar por este tipo de "padrino" del nuevo barcelonismo que ven con excelentes ojos como Laporta, desde la presidencia del Barça, puede un día dar el salto a la política para convertirse en presidente de la Generalitat. Entonces, toda ésta corte, se sentirá satisfecha, feliz y probablemente recompensada. El Barça les habrá servido como puente exclusivo de sus ambiciones políticas.

Votar, pues, el próximo día seis de julio contra la moción de censura es votar a favor de la política en el deporte. Si gana Laporta, gana la política. Es decir: votar contra lo que Josep Lluis Núñez luchó durante más de veinte año. Núñez tendría otros defectos (que los ha tenido), pero si dos virtudes han dejado huella en su paso por la presidencia han sido la honestidad y la despolitización del club.

martes, 1 de julio de 2008

No es un martes cualquiera.

Hoy, quería hablar de Luis Aragonés. Del seleccionador nacional. Pero también de aquel Luis, que yo siendo un chaval, ví jugar por vez primera en el Camp Nou luciendo la camisola del Real Oviedo. Un jovencísimo Luis, nacido en la cantera madridista (el Plus Ultra), pero que no pudo encontrar sitio en aquel Madrid de Di Stéfano. Lo mismo que le sucedió a otro grandioso interior, Villa, integrante de aquella majestuosa delantera zaragocista que alcanzó celebridad: la de Los cinco magníficos. Ni Luis ni Villa pudieron llegar al titular del Madrid. En aquellos tiempos también el Madrid dejó escapar a Chus Pereda, aunque éste llegó a jugar una temporada con bastante asiduidad. Incluso llegó a ser campeón de Europa. Pero también tuvo que emigrar, para suerte del Barça que lo fichó del Sevilla al que lo había traspasado el club blanco.

Pereda fue uno de los héroes de la Eurocopa del 64, la conocida por la del gol "de Marcelino" pero que aquella noche fue Pereda la gran estrella, aunque el NO-DO se lo medio escamoteó. Aquella delantera era de fábula: Amancio, Pereda, Marcelino, Luisito Suárez y Carlos Lapetra. El más flojo, siendo un excelente rematador era Marcelino. El genio Suárez (ya en el Inter de Milán). El talento, el zaragocista Carlos Lapetra (el primer extremo falso del fútbol español), mientras que Amancio y Pereda aportaban la clase incontrolada. Nunca sabían las defensas contrarias, por donde te íban a salir. Eran imprevisibles.

Aquella selección nacional era un portente de talento y de condición física. El seleccionador, Pepe Villalonga, fue el gran innovador de la preparación física en el fútbol español, junto al catalán Ernesto Pons, que revolucionaron los sistemas preparotios de los clubs. Aquella Selección que ganó la primera Copa de Europa de Naciones tenía un cierto paralelismo con la que acaba de lograr el éxito, cuarenta y cuatro años después. Era también una selección con "aire periférico", con Iríbar en el marco ("como Iríbar, no hay ninguno"), simpatizante abertzale en la clandestinidad, y con otros excepcionales jugadores como los barcelonistas Olivella y Fusté, el navarro-madridista Zoco (casado después con la cantante Mariz Ostiz) y tres grandes laterales, los atléticos Rivilla y Calleja y el zaragocista Reija. Un conjunto formidable.

A las puertas de aquella selección se quedó el jóven Luis Aragonés que ya era todo un talento del fútbol español. Con el balón en los pies, era un tormento para las defensas y para los porteros, y era todo un maestro en el lanzamiento de faltas.

Aquella tarde que yo le ví por vez primera, me dejó huella su juego. Aquel Oviedo era extraordinario, no sólo por Luis, que ya es decir. Jugaba también un argentino, Sánchez Lage, uno de los mejores extranjeros que han llegado a nuestro fútbol. Llegó con años y aún así fue una gran figura que acabó fichando por el Valencia. Aquella tarde en el Camp Nou, Luis Aragonés y Sánchez Lage hicieron maravillas en el estadio, y con ellos un también joven rematador que alcanzaría fama en nuestro fútbol, Ansola.

Tras aquel hat-trick de Luis en el Camp Nou, he seguido toda su trayectoria hasta hoy, hasta el éxito alcanzado en esta Eurocopa, pese a que estuvo más cerca de la renuncia (incluso la anunció) que de la continuidad. Pero siguió, aunque media España estaba en contra y la otra no estaba a favor. Su rotundo "no" a la incorporación de Raúl González, provocó que la casi totalidadad de los medios periodísticos se postularan contra el seleccionador y a favor del jugador. Incluso tuvo que pasar por la humillación de convocar una rueda de prensa, junto al siete madridista, para justificarse de porqué -"de momento"- no le incluía en la Selección. Contra más grande era la presión sobre Luis para que seleccionara a Raúl, más convencido estaba Luis en no llamarle. El seleccionador tenía muy claro su "grupo" y en ese grupo no estaba Raúl González (sí, en cambio, Raúl Tamado, al que una inoportuna lesión le apartó del grupo).

Pero de Luis Aragonés hay más días que longanizas para hablar (y mucho) de él. Como jugador/como entrenador/como seleccionador. De sus debilidades y sus fortalezamientos. Del Luis conocido, y del menos conocido.

Pero hoy, que también quería hablar de la Cuatro y del Podemos, tampoco lo voy a hacer. Lo haré mañana. Quiero hablar de la Cuatro y del Podemos. Hoy, necesito hablar, antes de acabar, de este martes que no es un martes cualquiera. Un martes que se inició una hora antes de la doce de la noche, con el comienzo -y desarrollo- del programa "Los mejores años de nuestra vida", un espacio que acabaré dejando de escuchar. Me parece que, a este paso, no será únicamente Antoni Bassas quien abandone el dial de Catalunya Rádio. Me jodería mucho hacerlo, puesto que he sido un fiel consumidor desde que un día, hace más de veinticinco años, el emprendedor, arrollador y talentoso Lluis Prenafeta me dijo: "Voy a empujar para que Catalunya tenga una Radio y una Televisión como se merecen este país". Y vaya sí lo consiguió. Prenafeta ha sido el secretario general de la Generalitat con más poder que se ha conocido. Su poder hacía temblar, no Catalunya, sino Madrid. A los entonces poderosos Alfonso Guerra y José María Calviño y a toda la cúpula del PSC se le pusieron los cojones por corbata cuando se enteraron que detrás/detrás del proyecto de crear una radio y una televisión no estaba Pujol, sino que quien estaba era Lluis Prenafeta, un hombre de inquebrantables convencimientos y que si se le ponía una cosa entre ceja y ceja era temible. Y la radio fue una gran conquista y la tele del JR de Dallas en catalán, todo un ímpacto.

Mientras Prenafeta escuchó/vió/veló por la radio y la televisión pública, fue un éxito arrollador. De aquella Catalunya Rádio ya sólo queda Joaquim María Puyal, que es la única referencia que me mantendrá unido al dial nacionalista, hasta que también un día Puyal se marche. De momento, Antoni Bassas ya ha anunciado su marcha, con lo cuál me quedaré sin la tertulia de los martes, la de Lluis Foix, Pere Portabella y Francesc Sanuy, tres tertulianos próximos que desde hace años/muchos años he seguido. Hoy, en este martes, he querido probar la tertulia de RAC, pero ya anticipo que dificilmente volveré a sintonizar. Y no lo digo por José Antich, el director de La Vanguardia, que me parece (me ha parecido siempre) un excelente periodista. Si pongo en duda que pueda enchufarme a esta tertulia es por la presencia de Xavier Sala Martin, uno de los grandes manipularodes y vendedores de humo de este país. Escuchar a XSM, el chaquetas, para escucharle cuestionar la catalanidad de Xavi y Puyol (como ha hecho hoy) y proclamar a los cuatro vientos que el gran símbolo del Barça es Oleguer, es para decir apaga y vámonos. Si el RAC, el Grupo Godó, piensa que con personajes tan oportunistas como éstos (XSM) pierden la ocasión de sumar un oyente más que ha iniciado su éxodo de Catalunya Rádio, con la marcha de Bassas y que seguramente abandonará sus deportivas noches por las encerronas que practican a según qué invitado y el masaje que le brindan a otros. Y me joderá abandonar esas noches, especialmente la de los lunes porque me gusta escuchar -sobre todo- a Josep María Minguella, uno de los barcelonistas que mejor conoce la historia del club ya desde sus años mozos cuando vivía junto al campo de Les Corts y participó en los actor inaugurales del Camp Nou portando el estandarte de la Peña Eulogio Martínez. Me gusta escucharle, como me gusta el conocimiento y el rigor de Toni Freixa que ha aportado frescura y valentía a la tertulia. Pero no me gusta el presentador y por eso digo que finalmente cogeré el camino de Bassas.

Y acabo. He dejado para el final, en este martes que no es un día cualquiera, el regreso de Miguel Rico al periodista. Lo deseaba. Lo anhelaba. Lo necesitaba. Leer a Rico es como una inyección de vitalidad. Es el mejor desayuno que a uno le pueden ofrecer. Pero también tengo que decir que ha sido un despertar duro/durísimo. Yo quería a Miguel Rico en Sport, diario que está unido sentimentalmente a mi vida, no por lo que me ha dado, más bien lo contrario, sino porque pertenezco a su etapa soñada, a su época prefundacional y a su etapa fundacional y creo que para el diario la pluma (y el talento) de Miguel Rico ha sido fundamental en el desarrollo exitoso del diario, como lo ha sido la creatividad y comercialización de su editor y las genialidades del ayatolla. Pero las incompatibilidades han podido a la inteligencia y hoy, para leer a Miguel Rico, hay que acudir a la competencia. Cosa que en el fondo me duele y hasta me entristece, pese al también extraordinario cariño que tengo por "El Mundo Deportivo", el primer diario deportivo que leía cuando todavía era de formato sábana y que después fue indispensable en mi vida porque si quería leer algo que no fuera fútbol, sólo lo encontraba en aquel Mundo de "el jefe", de Juan José Castillo, el mejor periodista polideportivo que ha dado este país.

Hoy, en este martes que no es un día cualquiera, me encuentro con la tristeza de que en Sport ya no leeré a uno de sus fundadores y mejores escribientes, Miguel Rico y, por otra parte, con la alegría de ver recuperada su firma, su inteligente crítica, su gran talento "A la contra" de El Mundo Deportivo.

Me duele mucho/muchísimo decirlo (más sentirlo). Pero pierde "Sport" y gana "El Mundo Deportivo". Es lo que va de tener a Miguel Rico o no tenerlo. Y es que ricos no nacen cada día.