lunes, 7 de julio de 2008

Alguien ha perdido, ¿eh, doña Marta?

Ya pueden algunos decir misa, otros cantar misa y otros repicar campanas, que la moción de censura ha dejado ganadores y perdedores. Como todo en la vida. Por mucho que lean/relean y digan los estatutos, la única legitimidad la tienen los socios y los socios se han pronunciado: No quieren a Laporta. Ya pueden enrocarse el presidente, el vice Soriano y toda la junta directiva, que la única lectura que tiene lo que ha sucedido empieza y acaba con la palabra dimisión. Todo lo que no sea retirarse como hizo Napoleón será un Waterloo todavía mayor.

Las urnas han hablado y lo han hecho claramente. Y no lo han hecho precisamente como las ha leído a primerísima hora de la mañana Jordi Basté. Me he quedado estupefacto al oírle decir que la moción ha tenido tres perdedores: Laporta, Sandro y Giralt. Me he quedado helado. O sea que para el señor Basté, Sandro Rosell y Oriol Giralt son también perdedores. Que me lo explique que aunque soy un poco tonto, mi tontez (que yo sepa) no llega hasta ese extremo de digerir lo que mis oídos han oído sólo comenzar los llamados lunes al sol. El señor Basté, que tiene la responsabilidad de tener un micro en las manos y una audiencia en el día, no puede soltar lo que ha soltado y quedarse tan ancho. ¿Me puede decir en qué y porqué han perdido Rosell y Giralt...?. Y para Basté, naturalmente, no ha perdido Soriano, al que no incluido en el paquete y al que ha entrevistado casi cuatro horas después. ¿Ha querido acaso el señor Basté enviarnos un mensaje a los oyentes que él apuesta por Soriano y se posiciona contra otros...?

A lo que íbamos. Diga lo que diga el radiofonista, la moción ha tenido una lista/listísima de perdedores. El primero/primerísimo, Joan Laporta. El segundo/segundísimo, Ferran Soriano. El tercero/tercerísimo Johan Cruyff. Y tras estos tres estrellados, la junta directiva en pleno que desde que dimitieron los otros directivos, cerraron filas con el presidente. Y si cerraron filas con el gran estrellado (JL) la complicidad les convierte también en perdedores reales.

Pero hay más/más perdedores. Por ejemplo, Xavier Sala Martin, el amiguísimo, que en vez de mostrarse neutral como requiere la responsabilidad que ocupa (presidente de la Comisión Económica) ha tomado parte en la contienda alineándose descaradamente con su amigo el presi y amenazando también con el voto del miedo y anunciado que si prosperaba la moción él participaría en la ralentización (paralización) de la comisión gestora que teóricamente le tocaba presidir pero que ya ha reunido todos los méritos del mundo para que los socios hagan un manifiesto pidiendo su cese inmediato.

Pero aún hay más perdedores, como algunos de los miembros que redactaron los Estatutos del club. Primero, por la inutilidad de los mismos, y segundo porque algunos de sus actores jurídicos (Requejo, Oranich...) en vez de mostrarse neutrales en el proceso también han querido participar para alinearse con el presidente. Una vergüenza sin precedentes.

Y entre los perdedores, está doña Marta, la que usted y yo nos imaginamos, porque desde el primer día que se anunció la moción de censura intentó que no prosperara. "Dejarles los dos años que les quedan", dijo enfurecida, algo que me extraña porque hasta ese lamentable día tenía la máxima consideración sobre la dama pero después de su interferencia (que afortunadamente no prosperó) ha variado mi opinión, no así la de su marido que sigue siendo la misma/mismísima que el primer día que le conocí.

Estos son algunos de los grandes perdedores de la moción de censura, además de los lama-de-turno que debieron pasar la peor noche de sus vidas, lo que ya es suficiente amargura cuando -además- están en vísperas (antes o después) de ver salir a su señorito por la puerta falsa del Camp Nou.

Es decir, dentro de poco, o de no mucho, Gaspart ya no habrá sido el único presidente en salir por la puerta pequeña en la historia del club. Pronto/pronto tendrá un colega con el que entretenerse para hablar de sus cosas, quizá a seiscientos kilómetros, bajo el paraguas de Angel María Villar que lo recoge todo.

Acabo. La moción de censura, al igual que tiene unos claros derrotados, tiene unos manifiestos ganadores. El primero, el más importante, el más destacado, el socio y abogado Oriol Giralt que ha demostrado cómo con una voluntad de hierro, una constancia encomiable, con algunos freixas y castellvis en la retaguardia, algunas casaus de turno, con el valor del capitán Trueno, han podido abrir los ojos y abrir los oídos a miles de barcelonistas que unidos como un sólo ejército han conseguido lo que muchos/muchísimos incrédulos no querían creer: que su intocable presidente era tocado y derribado.

Y una pregunta final: ¿qué habría sucedido ayer de comparecer Sandro Rosell después de la Eurocopa y no antes y si Josep Lluís Núñez dice lo que dijo horas antes?. Pues como decía aquel legendario ídolo de la radio cuando no había televisión "del finado fernández, nunca más se supo".