martes, 15 de julio de 2008

Sólo faltaba Estiarte.

No les voy a hablar de Laporta. Me aburre. Mucho/muchísimo. Y desde que tiene un director de imagen diciéndole lo que tiene que hacer, cómo debe vestir, cuándo debe sonreír, a qué peñas debes acudir, con quién debe abrazarse, con quién debe inclinarse, con qué periodistas y radiofonistas debe entrevistarse, todavía más. A aquel Laporta falso/chulo/hipócrita le está sucediendo otra Laporta más prefabricado. Probablemente, más falso que antes -ya es decir- pero con otra imagen. Aún le quedan algunos medios de comunicación. Un diario y medio. Una radio pública. Alguno de una radio privada y "la teva", la de la Cullell que quizás en gratitud de que le ha fichado a su pariente Luis Enrique, se ha vuelto más laportista que nunca. "La teva" ya era de JL, con Roures siempre moviendo esos hilos y con los demás a su servicio. Laporta se quedará antes sin un sólo socio que le apoye, que sin medios adictos. Con Roures y Cruyff en la sombra y no en la sombra tiene aún cuerda para rato. Por eso ya vuelve a sacar pecho. En sus últimas manifestaciones he leído una cierta crítica a los últimos directivos que se han ido. Es decir: ya no es sólo Sandro Rosell el único malo de la película. Ahora hay más, sobre todo Soriano e Ingla. Aunque el que le sigue quitando más el sueño es Rosell porque sabe que si el ex vice deportivo un día llega a la presidencia no hará lo que Laporta hizo con Gaspart: no levantar las alfombras. Las levantará y las expondrá en público. De ahí esa constante de Laporta de intentar invalidar siempre a su ex, por el miedo y hasta acojonamiento de que un día Rosell le pueda sustituir. Ese es el temor y ese es el problema del presidente. Por eso resiste/resiste en la poltrona aunque también como muy bien se escribía ayer en "La Vanguardia":" (...)da la impresión de que se queda porque no tiene adonde ir".

Laporta ahora busca el milagro. Y el milagro piensa que puede ser Estiarte, el waterpolista. Ya me dirán qué hace, que va a hacer el ex olímpico en el Barça. ¿Para qué se le ficha? ¿Para lavar la imagen del presidente?. Se equivoca Estiarte. Por muchos millones que le haya prometido, no sabe dónde se mete. ¿Hacer de salvavidas del presidente?. ¿Cómo? ¿Cuándo?¿Dónde?. Estiarte lo único que puede hacer es llevarse -uno más- la pasta de los socios, de los pobres socios a los que les cuesta sangre, sudor y lágrimas poder pagar cuota de socio, para que un presidente caprichoso se dedique a despilfarrar el ya poco dinero que queda.

¿Quién le ha recomendado a Laporta el fichaje de Estiarte? ¿Guardiola? ¿Urdangarín?. Con la pelota en la piscina hizo milagros, pero con Laporta no hay milagro que valga. Está más acabado que Montal. Por muchos asesores que tenga, no tiene nada qué hacer. El primer referendum no será la Asamblea del Inserso (como el presidente despóticamente la bautizó). Su primer referendum será cuando se abran las puertas del Camp Nou y se juegue el primer partido. Ahí te quiero ver. Ya veremos cuando comience la feria qué hacen el nuevo director de campaña, Estiarte, Rosa Cullell, Roures, Cruyff....y toda esta directiva que ha quedado que es todo menos directiva.

Qué pena que Manuel Trallero haya dimitido. Y es que en este país, cesan y dimiten los que no lo deben hacer y sin embargo siguen los que no tendrían que seguir. Que injusta es la vida. Hoy me he quedado ya sin Trallero, como hace años me quedé sin Sarah Malenton, la reportera más incisiva de la Casa Blanca, el azote de los presidentes norteamerianos.

Aquí, !qué asco!, los que valen la pena dimiten o se mueren, y los que tendrían que desaparecer del panorama siguen como si nada. Rodeados, eso sí, de asesores/aconsejadores/maquilladores. Pero la mona, aunque se vista de seda, mona se queda.