viernes, 21 de mayo de 2010

Elecciones sucias y ambiciones personales.

Hace tres meses, Albert Perrín anunció que las elecciones a la presidencia del Fútbol Club Bsarcelona no serían limpias. Acertó. El presidente Laporta, es decir el protector de Jaume Ferrer es el primero que lo está haciendo con su intervencionismo en la campaña electoral. Por vez primera en la historia del club, un presidente saliente para impedir que salga elegido el que quieren los socios pero no quiere el. ¿Y por qué no quiere? Por algo será.

Pero Laporta parece que no se va a quedar sólo. El "golpista", como bautizó Perrín a un vicepresidente que hoy aparece detrás -y delante- de otro precandidato ambicioso, parece que también quieren intervenir en ese juego sucio, con tal de que no prospere el que le que les cierra el paso a sus ambiciones personales, es decir SR.

Ya sabemos que JL es un tramposo, que lo ha sido toda su vida, que no dejó vivir ni respirar a Núñez hasta lograr cargárselo, a pesar de haber sido reelegido presidente una vez más. Era tal el odio de JL y su grupo a Núñez que fue una vergüenza lo que hicieron con uno de los presidentes que más patrimonio ha proporcionado al club. Es decir: mayor riqueza ha dado a los socios barcelonistas.

Ahora, a la ambición desmedida que siempre ha hecho gala JL y los suyos, se han sumado, quitándose las caretas las pareja Ingla/Soriano que ya dieron un "pelotazo" en su vida, cuando los clusters y que ahora aspiran a un nuevo.

Lo que me gustaría saber es si la compañía aérea Spanair, financiada en parte con dinero público, participa también en esta campaña cada vez menos transparente y cada vez más sucia. Digo que me gustaría conocer hasta qué punto interviene Spanair en la campaña electoral dado que su presidente señor Soriano parece más volcado a las elecciones que a la compañía que le paga y, por lo que sabemos, le paga muy bien.

¿Puede llegar a levantar vuelo una compañía aérea con números rojos con un presidente más dedicado a las elecciones del Barça que a Spanair? Y si en un estado normal (sin crisis) ya sería preocupante, lo es más en estos tiempos que corren donde un presidente debería estar volcado y obsesionado cómo enderezar el rumbo de su empresa.

No es de extrañar que algunos se pregunten porqué no triunfan algunas empresas y porque el paro sigue sin disminuir...