martes, 29 de enero de 2008

Laporta necesita a Mourinho.

José Mourinho será el próximo entrenador del Barça. Laporta y Jorge Mendes ya lo han pactado, y Jaume Roures ya ha dado la primicia. La operación interesa a todos, pero especialmente a los tres citados. Laporta, porque entra en la recta final de su mandato y necesita más que nunca títulos. Los necesita no pensando como culé (que ya poco le importa), sino en clave política. Laporta quiere ser el futuro presidente de la Generalitat. Para este recorrido necesita un esfuerzo final. Salir por la puerta grande del Barça y en olor de multitudes. Eso sólo lo puede conseguir con títulos de importancia. Y con Frank Rijkaard eso ya no es posible.

Necesita un entrenador con ambición. Con la misma ambición que él. Y después de darle vueltas/vueltas/y vueltas, no queda otro remedio que fichar al portugués Mourinho, que además es el que le ha recomendado insistentemente uno de los hombres con más poder hoy en el Barça: Jorge Mendes, el intermediario que ha sustituido en los últimos años a Josep María Minguella en el concierto europeo.

Hoy, en el fútbol europeo, casi todo pasa por las manos de Mendes, y éste le habría recomendado el entrenador portugués a Laporta como un "seguro de títulos" a corto plazo. Además, el agente FIFA, le habría asegurado al presidente azulgrana que haría lo imposible por lograr que Cristiano Ronaldo (también en la cuadra del agente) se enfrentara al Manchester United para lograr el traspaso.

Con esta operación, Laporta/Mendes/Mourinho/Cristiano Ronaldo estaría del todo de acuerdo Jaume Roures, el actual propietario de los derechos televisivos del Barça a través de su productora Mediapro. Para que éstos derechos obtengan la máxima rentabilidad, Roures necesita un Barça fuerte/potente/líder. Y el ex asesor de Cruyff (pero sin embargo amigo, o más que amigo) le habría dicho a Laporta que agradezca los servicios prestados a Rijkaard y que no se meta en nuevos experimentos, como podría ser la hipotética contratación de Van Basten, después del fiasco de Koeman en el Valencia. Que vaya a lo seguro, y lo seguro, como ya le había anticipado Mendes, es Mourinho.

No hay otro.

Así que todos aquellos que censuraron/criticaron/insultaron/maldicieron/odiaron/ningunearon y putearon a Mourinho ya pueden cambiar de canción y aprovechando que los carnavales están aquí, echar mano de cualquier careta para disimular y pasar desapercibidos ante el futuro que se avecina con Mourinho de "ordeno y mando" en el banquillo...y en la directiva. Porque después de haber trabajado con Abramovich, ya se lo conoce todo en el fútbol.

¿Quién va a toser a Mourinho en el Barça...? ¿Txiki? ¿Ingla? ¿Soriano?. No me hagan reir. Ni una vez fichado, el propio Laporta.

Mourinho se las sabe todas en el fútbol. Lo ha mamado desde la cuna. Su abuelo fue el presidente del Vitoria Sétubal. Su padre fue un formidable portero portugués. Y él comenzó su aprendizaje con el inglés Bobnby Robson. Juntos aterrizaron en el Barça de Núñez para cubrir la transición entre Cruyff y Van Gaal. Lo cierto es que hicieron una buena labor. Pero en aquellos momentos todos los éxitos se atribuyeron a Robson porque Mourinho había llegado como segundo y sobre todo como intérprete del inglés. Y buena parte de la prensa, e incluso parte de la oposición que movilizaba Laporta (hoy algunos directivos) le consideraban "el chico Martini". Nadie creía en él. Lo consideraban, con toda la mala leche del mundo, "el amigo del abuelo (Robson)".

Aquel Barça de Robson/Mourinho lo cierto es que realizó una gran campaña y que sólo la doble derrota ante el descendido Hércules de Alicante le privó de conquistar la Liga. Pero se vieron partidos apoteósicos. Especialmente un Barça-Atlético de Copa, en la noche frustrante de Pantic que después de marcar cuatro goles (algo que no ha hecho ningún otro jugador en el Camp Nou) caía derrotado su equipo (5-4), con la patética imagen de un Vitor Baía desplomado en el césped, impotente, llorando a lágrima viva, tras el infortunio de su noche.

Aquel Barça de Robson/Mourinho fue un Barça "aportuguesado", con la presencia de Figo y los fichajes de Vitor Baía/Fernando Couto/ y el nigeriano-portugués Amunike. Y la guinda, fue el fichaje de Ronaldo, descubierto por Robson en Holanda.

Sin embargo, de nada sirvió aquel trabajo desarrollado por Robson-Mourinho porque Núñez (con el respaldo de la prensa deportiva y no deportiva) tenía fichado a Louis Van Gaal. Y a la campaña siguiente, Robson fue envíado a un despacho como teórico director deportivo internacional. El mando, el único mando, todo el mando fue para Van Gaal....hasta que el inglés, después de un año de tomar el sol en Sitges, se marchó. Y Mourinho, que ya era listo, aunque algunos le tomaran por tonto, prefirió quedarse con Van Gaal a seguir al Robson. Del abuelo inglés ya lo había aprendido todo. Ahora le faltaba la experiencia de trabajar junto a Van Gaal, el técnico de moda en Europa, con fama de duro, pero con menos mala leche que Cruyff.

Una vez cubierto todo el ciclo de aprendizaje, Jose Mourinho decidió volar solo. Ir por libre. Y dejar atrás la etiqueta que le habían colocado de ayudante/de amigo/de intérprete/de segundo. "Ahora vais a ver quién es Mourinho". Dicho y hecho.

Su trayectoria desde que decidió entrenar ha sido irresistible. Hizo del Porto el mejor equipo portugués (dos ligas) y europeo (campeón de la UEFA y de la Champions), y después dió el salto a Inglaterra y junto con Abramovich arrancó al Chelsea de la miseria para convertirlo en uno de los grandes europeos. Dos ligas consecutivas. Le falló la Copa de Europa.

Mourinho pasó a ser el entrenador más de moda. El nuevo Helenio Herrera de la era moderna. El entrenador más elogiado/envidiado/ y odiado de Europa. Todos los ojos han girado en torno a su figura estos últimos años.

Ahora, Mourinho está libre. O estaba. Porque a estas alturas, si nada lo remedia, Laporta-Roures-Mendes ya han pactado su aterrizaje en el Barça. Para Laporta, además, es un excelente paraguas si como se presume puede haber ausencia de títulos. Para un club como el Barça conquistar la Copa y nada, es casi lo mismo. Todo lo que no sea la Liga y la Champions, no cuenta. Y para Roures lo mismo. Los derechos necesitan de auténticos equipos campeones, y la Copa no entra en el concierto internacional.

Así, pues, que todos aquellos barcelonistas que han maldecido a Mourinho durante años, incluída la casi total directiva del Barça,vayan poniendo buena cara al tiempo que se avecina. Mourinho tiene todos/todos/todos los números para sustituir a Rijkaard.

Al profeta, entre Laporta y Roures, le han convencido.