sábado, 22 de marzo de 2008

La dignidad.

Quiero decir una cosa, me duele, me duelo mucho, como pocos imaginan, tener que utilizar este medio para criticar/censurar cuestiones relacionadas con el Fútbol Club Barcelona. Pocos, muy pocos saben, lo que representa el FCB en mi vida. De toda la vida. Nací/corrí/jugué en una manzana donde años antes había tenido el Barça su primer campo, el de la Industria, entre las calles de Villarroel, Urgell, Londres, París. En mi mismo edificio, vivía uno de los grandes extremos que ha dado el club, Viñals. Y a escasos metros de dónde nació mi vocación deportiva, nació Josep Samitier y vivió Ricardo Zamora. Además, en esa zona, había uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el "Hostal del Gallo", que regentaba doña Tomasa, la hija de Can Costa de la Barceloneta, y su hijo (Freixas) fue una de las promesas del Barça mientras jugó al fútbol, antes de dejarlo en edad temprana.

El Hostal del Gallo era, culinariamente hablando, como Casa Costa pero en pequeño, con el mismo género y la misma calidad que el de la Barceloneta, pero más acogedor, más íntimo, donde era posible la privacidad. Ahí cenaban con cierta frecuencia Kubala, Hanke, Villaverde, Biosca, César...Y fue en ese restaurante donde las familias Kubala y Di Stéfano se reunieron a comer recien llegado el argentino a Barcelona y al FC Barcelona. Doña Tomasa preparaba las mejores paellas y zarzuelas de la ciudad.

Esa zona ha sido siempre una parte de la historia del barcelonismo (y también del españolismo, que ya explicaré en otra oportunidad). A pocos metros de esa casa donde estaba el antiguo campo de la Industria, se encontraba el Bar Ven y Ven, una de las peñas barcelonistas más populosas y apasionadas, y entre sus socios estaba un culé sin visión, que si la memoria no me falla, fue el primer barcelonista-ciego que acudía cada domingo a animar al Barça con su pequeño receptor de radio para seguir las incidencias del Barça a través de su locutor preferido, Miguel Angel Valdivieso, que fue el gran narrador del barcelonismo (después de Gerardo Esteban, Enrique Fernández y Joan Viñas y antes de la llegada de Joaquím María Puyal a las ondas del "fútbol en catalán").

He vivido, pues, barcelonismo/barcelonismo, y si me permiten pecar de inmodesto, conozco bien, muy bien, toda la historia del FC Barcelona. No la historia publicada, mucha de ella mal copiada, sino la historia verdadera, incluso la no publicada, que es la sabrosa. Durante años he tenido oportunidad de hablar con muchos de los grandes protagonistas del club, desde su nacimiento a hoy, y me han explicado/confesado lo que hasta ahora no ha sido publicable, pero que un día dejará de ser secreto de sumario. Entre otras razones, para explicar la historia, la auténtica historia de la entidad, desconocida para la gran mayoría, en muchos casos incluso por el propio club, cuyos "archiveros" se han dedicado más a cortar y pegar, a fotocopiar de hemerotecas, a ordenar algunos valiosos documentos y archivar los libros publicados, muchos de ellos, plagados de errores pero que al copiar de uno a otro han persistido (persisten) los errores y las equivocaciones.

¿A qué viene a ésto?, Viene a cuento porque el Barça, desde su existencia, se ha movido en la censura (de todo tipo) y en la crítica y autocrítica, y así se ha hecho grande, tan grande que es el primero de todos, aunque los resultados no siempre hayan acompañado.

En el Barça no ha funcionado el silencio, el secretismo, la autocomplacencia, y cuando la ha habido ha vivido sus peores años, sus peores épocas.

Ahora, desgraciadamente, vivimos una etapa de tinieblas interiores, de conversaciones a media voz, de penumbras, de insultos y descalificaciones contra aquellos que osan decir o escribir tímidas críticas. Desde el exterior de las oficinas del Camp Nou se oyen los gritos, las maldiciones, las rajadas del presidente y algunos de sus directivos contra aquellos que no hablan o escriben al dictado de su dictador principal.

Sabemos que han habido (hay) presiones sobre la puta prensa, cuando la prensa no dice ni el diez por ciento de lo que sabe. Si lo dijera sufriría un boicot por parte de quienes dirigen el la entidad y retirarían todas las promociones del mercado.

Estamos viviendo los peores años del barcelonismo en cuanto a sus relaciones con aquellos locutores/presentadores/periodistas que sólo dicen "algo", como quien no dice nada. Hay temor y terror a la tiranía laportiana, lo que me parece, además de rechazable, repugnante, que una entidad como la del FC Barcelona, promovedora de libertades desde su existencia, esté viviendo bajo una brújula de aires casi prosoviéticos, con tal de que la verdad quede oculta y sólo se hable y se señale a otros culpables que sirvan para desviar la atención de todos. No les importa a estos nostálgicos de la censura, regresar a los años en que no existía libertad de prensa, para de esta manera hacer y deshacer a su antojo, sin que nadie pueda decir nada.

Han matado a Ronaldinho y Rijkaard va camino del patíbulo. No les importa cómo los estan matando porque ellos han contribuído a ello. Lo único que les preocupa es que las muertes no les salpique a ellos. Es la única preocupación. Nos volverán a anunciar, como el año pasado, la llegada de cuatro fantásticos más, y todos contentos y a callar. Y mientras tanto, los responsables, los auténticos culpables de la marcha del club, seguirán en el palco sonriendo hipócritamente diciendo, como ha dicho JL después del Valencia-Barcelona: "Hemos caído con dignidad".

Todo es digno para la indignidad.