martes, 30 de marzo de 2010

Los Dioses de Sostres

Salvador Sostres es el mayor contador de mentiras y falsedades que ha fichado el diario "El Mundo" en los últimos años. El nuevo amigo columnista de Pedro J. Ramírez es una suma de mentiras, falsedades y calumnias con que el "El Mundo" nos obsequia ultimamente con cierta asiduidad. Fichar a Sostres, es fichar la mentira y algún día tendré respuesta al paso dado por el director madrileño, con raíces maternales catalanas.

Soy un defensor del periodismo libre en mayúsculas. El periodista debe ser, tiene que ser libre. Y soy partidario de utilizar el camino más corto y directo para decir las cosas. Llamar al pan pan y al vino vino, lo que desgraciadamente no abunda en un periodismo lleno de intereses. Pero de lo que no soy partidario es de la mentira absoluta, la falsedad absoluta, la hipocresía absoluta. Es decir: lo que representa Salvador Sostres, el gran amigo de Joan Laporta, el gran amigo de Xavier Sala Martin, el gran amigo de Maciá Alavedra y el nuevo amigo de Pedro J. Raírez.

El artículo que escribió el pasado domingo (28-3-2010) sobre Johan Cruyff, al que trata de "Dios" es uno de los escritos más repugnantes, más vomitivos que he leído en los últimos años. No por elevar hasta los cielos a su Dios-Cruyff sino por el cúmulo de falsedades y de ofensas sobre el barcelonismo. Decir que "Antes de que él llegara, el Barça era un club gris y mediocre, perdedor que fichaba cracks con la arrogancia del constructor nuevo rico e ignorante, pero que no supuso ninguna aportación a la historia del fútbol" ya retrata al autor. O decir que "el jugador más importante de toda la historia del Fútbol Club Barcelona, él, que nos enseñó a ganar y a estar orgullosos de nosotros" es para dejar de seguir leyendo. Y añadir que "Decir que Cruyff genera división en la familia culé es de un gran cinismo. Ocurre que la oscura teleraña nuñista aún alimenta el odio por mor de su enloquecido resentimiento quiere devolvernos a su reino de las tinieblas. Nadie desde el bueno gusto y la inteligencia puede despreciar a Cruyff ni desdeñar el vuelco histórico que le dio al club. Pero, de la ignominia de los más truculentos actores que sumieron el club en aquella cochambrosa cueva, cualquier fechoría es esperable. Cualquier bajeza, cualquier indecencia"
Y termina con estas palabras: "Hoy de Núñez ya nadie se acuerda, con su palmarés ridículo y su modelo de club provinciano, absurdo y casposo. La luz de Cruyff ilumina en cambio nuestro fútbol de cada día. Aró esta tierra y sembró prodigios".

Mira, Sostres: la mayor hipocresía, la mayor bajeza, la mayor basura que ha dado esta tierra es tu pluma. Tu asquerosa pluma. Una pluma exclusivamente al servicio de lo peor del laportismo, ahora, en extraña convivencia con Pedro J. Ramírez, ayer repudiado y hoy tu nuevo Dios. Casi a la misma altura que Laporta y Cruyff.