Acabo de leer "La Vanguardia". Como de costumbre. Necesito leerla. Es una referencia. Incluso desde el desacuerdo. Como hoy. El primer desacuerdo, el Semáforo. Rojo a Dusko Ivanovic, entrenador de baloncesto del Barça. Se lo merece. Pero más méritos ha hecho Joan Laporta para que le adjudicaran el rojo. Pero no. Esta vez tampoco. En casi cinco años de presidencia, rara ha sido la ocasión en que le han puesto ese color.
Si en el baloncesto hay un responsable/culpable, no es otro que el presidente. Los que fueron ayer al Palau, y se encontraron (casi sorpresivamente) con Laporta en el palco, no le aplaudieron. Todo lo contrario. Le abroncaron, pañuelos al aire. Era señal de algo. Que en baloncesto, peor de lo que lo ha hecho, imposible. Destruyó un equipo campeón, el de Pesic, y ha destruido todo: técnicos/jugadores/empleados/directivos. Bartomeu fue su primera víctima, por no rendirse a sus pies y decirle a todo amén. Lo cesó de esa responsabilidad en una vergonzosa y bochornosa noche. Después, puso a Jaume Ferrer al frente de una sección que no ha hecho otra cosa que gastar/gastar/gastar millones de euros para deshacer más el equipo. Más tarde, para promocionar a Ferrer con vistas al futuro, ha puesto a un indocumentado, Cubells, al que acabo de ver en el Telenoticies, ofreciendo una imagen patética/desoladora. ¿Estos directivos tenemos...?.
Así se entiende que JL presida como le viene en gana, y por eso me ha molestado, e incluso irritado, que los semáforos se los carguen los muertos (hoy,le ha tocado a Ivanovic), y los vivos (JL) salgan de rosas.
Para mayor inri, me voy a la sección de deportes y me encuentro con un Análisis del momento barcelonista, firmado por Jordi Juan y que bajo el título de "Señales de vida en Can Barça", es todavía más desmoralizante y/o deprimente. Dice el articulista que "la sorpresa ha sido que la junta de Laporta ha reaccionado con rapidez, contundencia y justiticia para poner de patitas en la calle a un entrenador que ya llevaba demasiado tiempo en entredicho entre los aficionados al baloncesto azulgrana. Bravo. Esto es noticia. Existe vida en Can Barça".
¿De verdad, existe vida en Can Barça?. Lo podía haber cesado mucho antes. En esa misma página, Juan Antonio Casanova, que de baloncesto sabe más que Laporta/Jordi Juan y el que suscribe, explica que el equipo ha perdido 14 de sus 37 partidos (proporcion a todas luces excesivas) y se ha quedado fuera a la primera en las tres competiciones por eliminación (Lliga Catalana, Supercopa y Copa del Rey). "Pero aún peor que eso -añade Casanova- era la desconfianza que despertaba su juego, tan irregular, tan errático en el ataque, que daba la sensación de que seguía en pretemporada".
¿Había que cesarlo ahora, veinticuatro horas después de hacer "piña" con el equipo, entrenador incluído...?.
Yo creo que lo que ha hecho JL no significa que hay señales de vida en Can Barça. En fútbol, Samuel Eto'o se ha presentado cuatro días después de jugar con Camerun y aún es hora de que el presidente reaccione/diga algo. ¿O es que sólo hay "señales de vida", tarde y mal, en baloncesto...? Porque este mismo presidente, que no merece un semáforo rojo, y se le da un nuevo balón de oxígene en ese artículo, es el mismo que dejó marchar libremente a Juan Carlos Navarro, que ha sido incapaz de recuperar a Marc Gasol, y que no ha sabido negociar el fichaje de Rudy Fernández en el inicio de temporada. Tres acciones negativas que demuestran la incapacidad total de un presidente que sólo tiene labia y nada más.
Pero sigo con Jordi Juan. Dice en su artículo que "La temporada pasada, Laporta dejó hacer a Rijkaard. De esta manera, el buen entrenador holandés perdió todo el crédito que había acumulado con un final de temporada de infausto recuerdo. La cortina de humo de código de conducta no ha tapado nada y este nuevo curso se está viendo una repetición del anterior. Laporta ha seguido dejando hacer a Txiki y este ha seguido dejando hacer a Rijkaard".
Es decir: que la política de este presidente es "dejar hacer", sin tomar nunca una decisión, y ésto es para sentirse satisfecho. Dice Jordi Juan que "Ahora ya no hay tiempo de cambiar nada". ¿En baloncesto sí y en fútbol no?.
Y termina diciendo que "los culés pueden sentirse un poco más optimistas tras la decisión de ayer. El Barça necesita al Laporta de sus orígenes, a un presidente en plena forma, que actúe y no contemporice. Que lo de Ivanovic no sea sólo producto de una rabieta y que obedezca a un cambio de rumbo".
Mire Jordi Juan: los culés ya no pueden sentirse optimistas con un presidente como éste. Y el Barcelona no necesita al Laporta de sus orígenes, porque ese no existe, fue la ilusión de un cambio, la necesidad de un cambio. Desde que llegó, sólo ha actuado para mal, a golpes de rabietas/a golpe de egoismo/ a golpe de prepotencia/ a golpe de chulería.
Este no es, desde luego, el JL que votaron los que le dieron el triunfo ansiosos de un cambio. Hoy, aquel cambio, necesita un nuevo cambio. Aunque se empeñen en salvarle continuamente de los semáforos rojos. Para eso están los empleados y ejecutivos: para que se los asignen.
En el Barça, desgraciadamente, NO hay señales de vida, por mucho que se empeñen algunos periodistas.