En Glasgow, lo he dicho, vimos/vivimos el Barça de las grandes tardes/noches. Y lo hizo porque volvieron al titular (juntos) Márquez/ Deco/Messi y Ronaldinho. Sólo faltaba, también desde el principio, Xavi. Para mí, ese Barça , con ese quinteto-indiscutible, es el grande, el real, el auténtico. El que nos ha hecho trempar. El otro Barça, el de los "músculos", el de los "rápidos", el de los "fantásticos", es otro Barça. El vulgar/el ineficaz. Una copia mala. El que le gusta a JL y sus huestes. El que nos ha hecho dormir, aburrir y cabrear estos meses.
El Barça-de-oro es el que se inventó Ronaldinho. El de la magia. No hay otro. Es el Barça que puede hacer olvidar al dream team. A veces, Rijkaard, parece que juegue más en favor del cruyffismo (el pasado) que al del ronaldinhismo. Si Rijkaard se olvida del ayer y se mete en el hoy, puede volver a hacer vibrar a la afición y pueden regresar los títulos. Para que ésto suceda, tienen que jugar los que deben hacerlo. El resto, a la cola. Para los cambios y recambios. Tiene que olvidarse de las malas lenguas-interiores. Y debe pasar/pasar de si un jugador trasnocha o no. De si mama o no. De si se encama o no.
Desde que tengo uso de razón casi todos los grandes genios del balón han tenido una doble vida. Y, salvo rara excepción, la mayor parte de ellos, han trasnochado, bebido y amado hasta altas horas de la madrugada. Han sido la versión real de la famosa canción de Sabina "...y nos dieron las diez, y las once, y las doce..."
En el Barça, en el Madrid, en el Manchester, en el Milan, por no citar a todos los grandes clubs.
He conocido ases escaparse de las concentraciones la misma víspera del partido. Los he visto bailar y cantar toda la noche. Me he encontrado con directivos-detectives buscando a sus jugadores por todas las casas de putas de Barcelona. He conocido jugadores a los que han tenido que meter (vestidos) bajo la ducha para hacerlos reaccionar y poder jugar. He visto a jugadores que se han tomado hasta tres carajillos, uno tras otro, a punto de saltar al campo de juego. Y los he conocido que aprovechaban el descanso de un encuentro para echarse una minisiesta y una nueva ducha.
Y ésto lo han visto/vivido compañeros, masajistas, entrenadores. ¡Ay, si los masajistas hablaran...!Pero como son listos, nunca han hablado.
Lo que hoy hacen algunos ases del Barça y nada, es lo mismo. Son casi santos, si los comparamos con otros de otros equipos, o con otros ases del pasado.
Lo que no he conocido nunca han sido directivos y presidentes tan simples (por no llamarles bobos) y/o presumidos como los de ahora. Un ejemplo. El actual vice deportivo (MI), en plena crisis del equipo, desapareció del mapa. En vez de ir a Sevilla, se fue a Canadá a esquiar. !Viva la responsabilidad!. En éste tiempo, el de crisis, ha estado en su estado natural, invisible. Ahora, que parece que ha vuelto la paz, y se divisa que vuelve a salir el Sol, ya lo tienen hoy, de entrevista en entrevista, de fotografía en fotografía. Diciendo una tontería tras otra. Presumiendo de gestor/directivo.
No les gusta el fútbol. Les gusta salir/aparentar/chulear. Les vuelve locos el palco, las fotos y las cámaras. Han nacido para ésto, y para tocar los huevos a los ases para que parezca que mandan.
En esta cadena de entrevistas-concedidas-solicitadas, no me ha extrañado que le pregunten por la escapada de Messi a Qatar. Ni por si hubo sanción para Deco por dar positivo en un control de alcoholismo. Lo esperaba. Lo que me extraña (es un decir) es que no le pregunten por qué el jugador que dinamitó el vestuario el pasado año, el señor Eto'o, llegó con tres días de retraso del Camerún.
Me sorprende que sigan existiendo periodistas que sólo pregunten lo que quieren los directivos que les pregunten. En el año 2007, me llama la atención.
El resto, que los ases salgan una noche hasta la salida del sol, me la trae sin cuidado. Esto ya lo hacían cuando eran beatificados por ganar dos Ligas y la Champions. Eran los mismos santos/o los mismos diablos.
Si entonces, alguno -Eto'o- (o algunos) no se carga el vestuario, tampoco se pierde aquella tercera liga. Y ligas-de-verdad-. No como las del profeta.