miércoles, 28 de julio de 2010

Sala Martin, lamentable. Muy lamentable.

Escuché a Xavier Sala i Martin, primero en RAC 1 y después en Catalunya Rádio, justificando lo injustificable: intentar decir que las cuentas de su etapa y la de Laporta eran las buenas. Nervioso/muy nervioso intentaba decir que los números de Faus no son reales. Se inventó historias increíbles que sólo pueden convencer a los idiotas y a los imbéciles. Lo que no entiendo es que estas emisoras lo entrevistaran personas no cualificadas, no preparadas, lo que permitía la lucidez que no tuvo. Todo lo contrario. Me dio pena/pena/pena Sala Martin. Me hubiera gustado escuchar a Sala Martin ante el actual vicepresidente económico, Javier Faus, o ante un analista del prestigio de Manel Pérez que, por cierto ayer firmaba un artículo en "La Vanguardia" que merece su reprodución "Apenas un mes le ha aguantado a Laporta su autobalance de la gestión económica en el Barça. El tiempo que ha tardado la auditora del club en presentar el informe del último ejercicio. La nueva junta de Rosell se ha limitado a contabilizar las salvedades e incertidumbres, alguna de las cuales se arrastraba ya del año anterior, detectadas por Deloitte, la firma que Laporta trajo al club para revisar sus cuentas. Con ese prudente gesto, del negro se ha pasado al rojo. Un enorme mar rojo.
Aunque la contabilidad dista mucho de ser una ciencia exacta, el informe dibuja un retrato inquietante. Rasgos de nepotismo, el viejo vicio de comprar activos (terrenos) con dinero ajeno a un precio muy superior a su valor de tasación (¿cuál era el objetivo real de la operación?), opacidad, como la de firmar contratos sin garantías, y capricho irresponsable, al negarse a reconocer como pérdidas las indemnizaciones pagadas por orden judicial. Métodos de quien se ha sentido amo sin límites más que gestor fiscalizado por los socios.
Es posible que Laporta se reconforte pensando que cuando llegó al club, en el 2003, ordenó revisar las cuentas y acabó imputando muchas más pérdidas, 164 millones. Pero la diferencia es que el gruego eran provisiones y dotaciones que el club recuperó en parte más tarde (y que él se acabó apuntando como beneficios en años siguientes) y no ponían en duda la realidad de las operaciones, mientras que ahora casi casi todo está perdido y muchas cosas son sospechosas. Si sus siete años al frente del club son como Deloitte dice que ha sido el último, nos espera un dramático culebrón a cuenta del método Laporta".

Lo dicho: que Sala Martín se hubiera enfrentado a Manel Pérez, o al propio Javier Faus, o, incluso a uno de los tertulianos que estuvo presente en el programa de "Tu dirás" en RAC 1, David Bernabeu que sin ser un especialista en economía finalizada la entrevista hizo una serie de reflexiones y preguntas que hubiera puesto contra la pared a todo un economista del "prestigio" de Sala Martin que además se atrevió a dice que "la gente no es tonta" e incluso citó a Núñez para decir que como el ex presidente decía "al socio no le puede engañar".

Pues sí, señor Sala Martin: usted, como el señor Laporta, como el señor Oliver son capaces de engañarles una y mil veces.

Lamentablemente, Sala Martin me dió pena, mucha pena. Sus argumentos ya no se sostienen ni entre los más tontos. Y usted pretende ser el listo en el reino de los tontos. Lamentable. ¿Por que no habló, señor Sala Martin, de la cantidad de gente que se va del club con una millonada por contratos, indemnizaciones y/o liquidaciones injustificables. ¿Por qué no explica esos muchos casos que para ellos sí ha habido dinero mientras para el resto las arcas estaba vacías/vacías?.

Su paso por el Barça es una de las páginas más tristes de su vida. Tan triste/triste que muchos méritos tendrá que contraer en los próximos años para recobrar una parte de la credibilidad que para algunos tuvo. Para aquellos que defienden, como usted, el peor de los capitalismos.

Repito: lamentable.