miércoles, 5 de junio de 2013

la comida.

El otro día, en un restaurate barcelonés, no lejos de la Diagonal, tres comensales, más que comer, hablaban y lo hacían de tal manera que no hacía falta prestar mucha atención para las "rajadas" con las apuestas, unánimes, de que no funcionará el  nuevo proyecto. O mejor dicho: del deseo de que no prospere y falle equipo. En vez de ex parecían más madridistas que don Florentino. Inaudito.
Algún día daré nombres y apellidos de los bocazas. De momento, reserva. O nevera. Pero el espectáculo era lamentable, de viejos tiempos, de tiempos pasados, tan pasados como ellos mismos. Y es que, en el fondo, lo que les preocupa, les irrita es que este ya SuperBarça pueda ser todavía más Súper. De momento, el primer gran golpe (NJ) no lo han digerido todavia. Ni lo digeriran. Ha sido demasido



































































































































Fue una comida sin comida. Mejor dicho: los platos se servían pero les interesaba más hablar/hablar/ o rajar/rajar que alimentarse bien, porque el restaurante era bueno. No buenísimo, porque la crisis no da para mucho, Querían hablar del reciente fichaje y de los pronósticos/deseos de futuro. Naturalmente, aunque se las dan de barcelonistas, lo son unicamente de interés. Si ellos están. Bueno, de los tres comensales, dos son nostálgicos del ayer. El tercero, es colaboracionista desde fuera.
Por lo que decían (casi gritaban) no ven con buenos ojos que el nuevo proyecto, con la incorporación de NJ, triunfe. Parecían más madridistas de don Florentino y de los ultra sur, que culés. Las rajadas no tenían desperdicio. Lamentable desperdicio.
Prefiero, por el momento, mantener nombres y apellidos dentro del congelador. Si hay que sacarlos, se sacan. No faltaría más. Pero el espectáculo verbal no era (es) propio de la zona que no les ajena. Pero la actitud, indeseable. Incluso para los tres, aunque uno fuera el menos acalarodada. Pero bendecía lo que allí se decia de los actuales y compartía también nubarrones.
Ojo, la tormenta no les caiga a ellos cualquier día.
!Ah! no sé quién pagó la comida. Uno no, que era el invitado. Los otros dos no creo que tiraran de tarjeta con cargo a terceros. No pueden.