Este verano nos vendieron como el más fantástico, de entre todos los fantásticos, al francés Thierry Henry. Fue una operación rápida y espectacular. Laporta quería vender al delantero galo como la nueva identidad blaugrana. Sólo hay que repasar la hemeroteca, escuchar la fonoteca y visionar la videoteca para comprobar cómo Laporta/Soriano nos vendían a la que iba a ser la nueva estrella del equipo. Al hombre capaz de eclipsar a Ronaldinho.
Se vendió tanta ilusión y tanta demagogia por parte de la directiva, bien secundada por la prensa adicta, que pareció que por fin se había sabido hacer un buen fichaje después de los frustrantes Albertini/Ezquerro o la "Gallina" Maxi.
La realidad del fichaje, en aquel momento, era eclipsar el mal final de campeonato y el "regalo liguero" al Real Madrid. Mientras los madridistas festejaban un título que no se creían, las portadas barcelonesas eran para el delantero del Arsenal, que un año antes se había negado a fichar por el Barcelona con palabras incluso de desprecio hacia los que en un futuro iban a ser sus compañeros.
Han transcurrido siete meses desde su fichaje por el Barça. Desde entonces, ha jugado poco, ha hecho poco, y únicamente ha brillado algo ante rivales menores. Brillar ante el Levante y ante el Murcia no es como para echar las campanas al vuelo.
Thierry Henry, por ahora, está siendo un fiasco. Cuando no está enfermo, le duele la espalda, y cuando no, tiene migraña (cuando hay que rodar anuncios siempre está bien).
El presidente destaca y valora su comportamiento. Txiki y Rijkaard, lo valoran, y toda la prensa que odia a Ronaldinho, lo está presentando como el jugador del futuro. Hace dos pases, mete un gol y da un gol, y ya lo presentan como la panacea del fútbol.
Anoche, sin ir más lejos, ante el Sevilla, donde debía dar la cara y hacer algo más que un jugador más, se limitó a "estar", amagar un par de jugaditas, y paren de contar. Un solo remate (y fuera) en toda la noche. Muy poco, demasiado poco, para un delantero que no lo olvidemos cobra ocho millones de euros por temporada.
Yo no digo que de aquí a final de temporada, Thierry Herry sea capaz de hacer dos o tres partidos buenos, pero será poco para lo mucho que se esperaba de él,... los que esperaban. Porque los que sabían de que iba el fútbol dudaban de su contratación y se formulaban una pregunta básica. Si Henry está tan bien fisicamente... ¿cómo es que nos lo han vendido?, ¿cómo es que lo ha dejado escapar el Arsenal?. Y es que los ingleses no hicieron nada para retenerlo. Trincaron los millones de euros y mimaron a Cesc Fábregas que era el valor del futuro.
Que Thierry Henry atesora clase, nadie lo pone en tela de juicio. También era un excelente jugador Overmans y ya vieron su resultado. Como nadie dudaba de la clase de Hagi y Prosinecki cuando Cruyff los fichó. Pero estaban más rotos que un roto.
Yo no sé cómo acabará la relación Henry-Barça-afición-. Pero lo que sí ya se puede adelantar es que, aún reponiéndose del todo -lo que dudo- y aún siendo capaz de ser el mejor Henry (que lo dudo todavía más), nunca hará olvidar a Ronaldinho, que ha sido la magia, la sonrisa y la felicidad del Barça durante estos años.
Es más, no creo que Thierry Henry supere en la historia barcelonista a Ludovic Giuly, uno de los jugadores franceses que más recordamos y que también se fue por la puerta trasera..