domingo, 25 de diciembre de 2011

Urdangarin

Estoy casi convencido, como muchos, de que Iñaki Urdangarin no está libre de pecados. Pero no comparto la idea de su sentencia condenatoria, antes de que la justicia se haya pronunciado. Dice el Rey que "la justicia es igual para todos". La frase no está matizada. "La justicia Deberia ser igual para todos". Podemos completar una larga lista de casos, comenzando por los Albertos, en que se ha demostrado que no es igual para todos.
Urdangarin ya ha sido juzgado públicamente. De su juicio público no escapa la Zarzuela. Creo que es un error. El rey no puede, o mejor dicho, no debe anticiparse a los acontecimientos. Aún creyéndole culpable, incluso teniendo datos y pruebas, no puede anticiparse a la ley. Es contribuir a la hoguera nacional. Es la única mecha que faltaba. Mayor error, imposible.
Al margen de las palabras reales, como barcelonista, tampoco estoy de acuerdo con aquellos que dicen que la camiseta de Urdangarin debería retirarse del Palau. ¿Por qué? ¿Cometió alguna fechoría Urdangarin como grandioso jugador barcelonista? Su único "delito" fue contribuir a la grandeza de un equipo de imposible olvido. Sus catorce años como azulgrana fueron impecables y sus 52 títulos conquistados, entre ellos seis copas de Europa y 10 ligas, avalan una trayectoria, además de indiscutible, admirable.
Desconozco el futuro que aguarda a Iñaki Urdangarin, pero desde el punto de vista deportivo, su camiseta número "7" debe seguir estando donde está. Lo uno nada tiene que ver con lo otro. Deportivamente, su trayectoria es un orgullo para los barcelonistas. El resto, si es imputado, depende de los jueces, no de los socios barcelonistas.
¿Y seguir como patrón de la Fundació? Es lo mismo. La Fundació no puede dar por válido lo que se cuenta. Incluso si el contador y/o apuntador es quién más respeto merece a la gran mayoría de la ciudadanía.
!Ah! Y no debe una televisión pública abrir, con su primer titular, las palabras referentes a Urdangarín como si lo más importante del país fuera este caso. ¿Es realmente lo más importante? Apaga y vámonos.