martes, 8 de febrero de 2011

el regreso

Tenía mono. Por eso regreso. Coincide con la renovación de Guardiola, renovación de la que me alegro. Por el Barça. Por Guardiola. Por Rosell. Por los socios. Y por Josep María Orobitg, un negociador atípico que sirve con fidelidad y lealtad a sus representados pero siendo también respetuoso y caballeroso con el Barça. Y eso que el club está en deuda con él. No de ahora. De tiempo atrás. Pero lo que le adeudan no ha sido obstáculo para intermediar con éxito entre el Barça y el técnico. Y es que Orobitg, una vez más, ha puesto por encima de sus intereses, los de Guardiola y los del Barça. Y ha dejado aparcado, de momento, los suyos.

Pero regresar a este modesto blog no está ligado a lo que es una buena noticia para todos. Ya tenía previsto regresar antes de producirse la noticia del día. La crisis de la Federación Catalana de Fútbol era (es) lo que me ha empujado a ponerme ante el ordenador. No me gusta cómo se estan desarrollando las cosas. Y no me gusta el intervencionismo/intervencionismo de Maldonado en toda esta crisis. No conforme con habernos metido con calzador a Tibau en la Generalitat, ahora pretende meternos al ex vicepresidente Andreu Subies en la presidencia de la Catalana. ¿Por qué? ¿Para qué?
Si Jordi Casals no puede repetir como presidente, tampoco Subies debe aspirar a sucederle. Es igual de responsable en el caos. La Federación no debe convertirse en la huerta particular de nadie. Los clubs deben reaccionar. Y no dejarse manipular por nada ni por nadie. Ni por la Generalitat que bastante trabajo tiene con arreglar sus problemas y los del deporte catalán. La Federación es otra historia. Merece un respeto y un cero de intervencionismo ajeno. Por eso mi rechazo a que alguien desde fuera quiera decidir quién debe ser el futuro presidente. Espero que sus intereses no prosperen por encima de los del fútbol catalán.