viernes, 5 de febrero de 2010

Oriol Regás, más que un socio

Un día, no hace mucho, bajando por el Passeig de Grácia, me encontré de cara con Oriol Regás. Hacia tiempo/años que no nos habíamos visto. Estuvimos hablando de aquellos años irrepetibles, cuya bandera de la modernidad y las libertades la enarbolaba Oriol Regás con todos sus proyectos. Mientras España era un gran candado, que nadie se atrevía a abrir, Oriol Regás escenificaba el único oasis existente en el país. Era el País de Oriol Regás. O, si lo prefieren, una parte de Europa en “la Barcelona de Regás”. Salvo excepciones, no conocíamos otro mundo liberal que el que nos ofrecía él, a través de cada uno de los lugares que iba abriendo. Bocaccio fue el gran icono de toda una serie de jóvenes profesionales liberales a los que un día, en el desaparecido Tele/eXpress, Joan de Sagarra, con acierto calificó y bautizó (con tanto laico y ateo de por medio) como la GaucheDivine . Y así se ha quedado para la historia.

-Estoy finalizando mis memorias. No quería pero al final he cedido.

-Si sólo cuentas el diez por ciento de lo qué has hecho, de lo que has visto, de lo que has vivido serán un impacto.

-Veremos.

-Con lo rica y extensa que es tu vida, no sé si podrás dar cabida a tus vivencias como barcelonista.

-Ya sabes que en un libro de memorias hay que sintetizar mucho. Los editores te piden que recortes por aquí y por allí.

-Pues ya que nos vemos, Oriol, a mí me gustaría un día quedar contigo y hablar fundamentalmente del Barça, no en vano perteneces a una familia blaugrana centenaria y en más de una ocasión distintos grupos intentaron que encabezaras una candidatura.

-Encantando de hablar del Barça. El gran héroe de mi vida es mi padre, y esa admiración me viene de niño, cuando finalizada la guerra civil y al regreso de la familia del extranjero, recuerdo aquellos partidos en Les Corts a los que acudía con mi padre y antes de los partidos se interpretaban marchas y canciones militares y mientras la mayoría de los espectadores alzaban el brazo cómo saludo al fascismo, recuerdo que mi padre era de los pocos, muy pocos, que nunca levantaba los brazos. Me parecía una heroicidad en aquellos momentos…

Me lo cuenta en pleno Passeig de Grácia, le digo:

-¿Qué te parece que te llame y nos vemos un día para hablar precisamente del Barça?

-Cuando quieras.

Oriol Regás, un personaje entrañable, sencillo y humilde como todos los grandes genios, y para mí siempre lo ha sido. Igual que hemos tenido a Gaudí en la arquitectura, a Pau Casals en la música, a Dalí y/o Miró en la pintura, Oriol Regás lo ha sido en la creatividad del ocio, de la vida lúdica, como hoy lo puede ser Ferrá Adriá a nivel gastronómico en el mundo. No sé qué hubiera sido de Barcelona, sin su presencia, los años sesenta y setenta. La diversión/la tolerancia/la libertad llevaban su identidad, su sello, su marca. Él hacia diariamente lo que llamaba su “vía crucis personal: Can Estevet, Tuset, Via Venetto, Bocaccio…”

Oriol Regás Pagés pertene a una dinastía de grandes creadores, fundamentales en la vida barcelonesa desde hace siglo y medio. Y todos barcelonistas desde que Han Gamper fundara el club. Su bisabuelo, Tito Regás, creó el primer restaurante de categoría en la ciudad, el “Can Culleretes” en la calle Quintana número 5, y desde hace años en manos de la familia Agut. Can Culleretes es parte de la gran historia de Barcelona. ¡Ay, si sus paredes hablaran…!.

Su abuelo, Miquel Regás i Ardevól, fue uno de los grandes creadores de la cocina barcelonesa y, sobre todo, el gran maestro de los banquetes. Fue responsable de todas las grandes celebraciones de la Exposición de 1929, preparando mesas para hasta tres mil comensales, con el Rey Alfonso XIII a la cabeza. Como más tarde lo haría con la República. No existía un gran banquete en la ciudad que no llevara el inconfundible sello del “noi de Can Culleretes”. Asimismo, fue propietario de otros grandes establecimientos, como el restaurante de la recién inaugurada Estación de Francia (donde el Barça de Romá Forns y Pep Samitier celebraron el primer campeonato de Liga que se disputó y ganó el Barça, en ese mismo año de la Expo), y dispuso también, entre otros, del Olimpia, el Café de las Rambla y el Español, todos de una gran solvencia en la ciudad.

- Del noi de Can Culleretes”, del abuelo, aprendí el amor y la pasión por la cocina, por el arte de guisar y montar una buena mesa. De alguna manera él me inculcó esa vocación que significó mi traslado a Toulouse para acudir a la Escuela de Hostelería, entonces una de las primeras de Europa..

El padre de Oriol, Miquel Regás Castells, que nació en el entresuelo de Can Culleretes, no le dio por ese mundo del arte culinario. Fue un notable abogado (Carlos Sentís fue pasante en su despacho), un notorio articulista de los principales diarios y semanarios y, sobre todo, un excepcional comediógrafo, además del más importante promotor teatral. Es difícil entender la vida teatral barcelonesa de los años cuarenta y cincuenta sin la obra de Xavier Regás. Tanto como autor (“Célia, la noia del carrer Aribau”, “El marit ve de visita”, “Un pobre diablo” o “Ha guanyat el Barça”, ésta en colaboración con el gran caricaturista humorístico Valentí Castany) fueron algunos de sus grandes éxitos populares. Pero, además, como excelente traductor y adaptador estrenó en aquellas décadas grandes obras de autores extranjeros (como “Tobruk” estrenada, como muchas de ellas en el Romea) y sorteando en muchas ocasiones la censura gracias a su habilidad como promotor y sus conocimientos jurídicos. Y por si ello fuera poco, fue el gran introductor de las más importantes compañías teatrales españolas y extranjeras en Barcelona.

En los años setenta, cuando ya la fuerza de Oriol Regás era inmensa, gracias al poder de convocatoria de Bocaccio y sus múltiples salas de éxito –y libertad- en la Costa Brava (Revolution, Paladium, Madox…), su padre, Xavier recibía un homenaje multitudinario por parte de toda la intelectualidad catalana, actores y actrices. Un acto emotivo que presentó un gran periodista (y gran culé) con el que tuve la fortuna de colaborar, Josep María Lladó, un personaje que a sus setenta y pico de años, puro en ristre, era todavía un maestro del baile en las discotecas de la juventud. Lladó, periodista de vocación y republicano de convicción, escribió varias biografías de los grandes ídolos del barcelonismo.

Pero vayamos con el protagonista, con Oriol Regás, con el que quedé una tarde de la pasada semana en su tranquilo hogar, en la parte alta de la ciudad, y compartiendo vecindad con un extraordinario escritor, Eduardo Mendoza.

Oriol me recibe en compañía de su mujer, Isabel Vilallonga y de la inseparable guardiana (y amiga) del hogar: “Pancha”, una perra que no se moverá de los pies del amo durante toda la tarde. Oriol es un apasionado de los perros:

-He llegado a tener veinticinco. Y cuando teníamos casa en Llofriu llegamos a tener una vaca. Una de mis frustraciones es no haber sido veterinario. Me encantan los animales y especialmente los perros por esa fidelidad que nos tienen y esa mirada enternecedora.

-Tú estás entre los socios más antiguos del Barça, sin embargo, según una versión de tu padre en vida, os correspondería un número mucho más antiguo. Decía tu padre que al finalizar la guerra no le dieron el número de carnet que le correspondía…

-Bueno, eso ya es inamovible. Y tampoco importa mucho. Para mí lo importante es sentir los colores como algo muy propio y haber disfrutado con el equipo, como yo he tenido oportunidad de disfrutar desde muy crío.

-Y recordarás tus primeros ídolos…

-Recuerdo –me dice- la primera alineación que quedó grabada en mi memoria: Miró, en la puerta; Zabala y Benito en la defensa; Raich, Rosalench y Balmanya en el centro del campo; y en la delantera Sospedra, Escolá, Mariano Martín, César y Bravo.

-Buena memoria…

-Éste equipo siempre ha estado presente en mí, porque las cosas de cuando eres niño te quedan más grabadas. Aún recuerdo que estando en una peluquería con mi padre, me dieron la mano dos jugadores del Barça, Mariano Martin y Curta y de la ilusión no me podía limpiar las manos.

-¿Y el mayor ídolo?

-El gran ídolo de mi padre fue Samitier, pero yo no lo ví jugar. Para mí los primeros ídolos fueron aquellos que te he citado y recuerdo especialmente los remates fortísimos de Escolá que me impresionaban. Pero mí gran ídolo, como el de toda una gran generación, llegó más tarde. Fue Kubala. Era extraordinario. Lo que hacía con el balón no se lo habíamos visto hacer a nadie antes de su llegada. Fue un ídolo extraordinario que movilizó a toda Barcelona y a toda Catalunya. La pasión por Kubala era inenarrable. No había otra persona que movilizara a todo el mundo como él.

-Y del equipo de “Les Cinc Copes” aún te debes acordar y bien…

-Fue una etapa extraordinaria. Ahora tenemos también un conjunto excepcional. A mí no me gusta nunca comparar las generaciones. Aquel equipo fue formidable, como lo es este. Los tiempos cambian y todo evoluciona pero nunca se sabe que hubiera hecho una persona de ayer en hoy y viceversa de hoy en el ayer. Es imposible las comparaciones. Yo lo que puedo decir es que he tenido la suerte de vivir grandes épocas del Barça y siempre he disfrutado con el Barça incluso en los momentos que los resultados no han acompañado. Porque el Barça es todo un sentimiento y hay que estar con el equipo en los buenos y en los malos momentos.

-En cierta ocasión, en una crisis que sufrió la entidad a finales de los años ochenta, poco antes de fichar Cruyff como entrenador, hubo una movilización bastante fuerte para que encabezaras una candidatura a la presidencia del Barça y no quisiste. Creo que era el año 1988…

-Nunca me he visto ni de candidato ni de presidente, y menos si el movimiento surgía de amigos. Yo creo que los presidentes deben cumplir sus plazos, y cuando hay elecciones dejar a los socios que elijan libremente.



-Por eso renunciaste a una posible candidatura…

-Sí, y me alegro de no haber tenido nunca esa tentación.

- Después hablaremos de las elecciones y de los candidatos. De todos los jugadores que has visto jugar en estos más de sesenta años, ¿te atreverías a dar tu once ideal

-¡Uy!, es muy difícil, casi imposible.

-Portero…

-Parece que no hay dudas: Antoni Ramallets. Parece que ha sido el mejor de todos.

-Además salió del Europa –le digo- equipo que bien conoces…

-Sí, porque de pequeño, en los infantiles yo jugué en el Europa. Por cierto, ya que hablamos de porteros, me gustaría incluir, aunque no puedo, a un portero barcelonista, Estrems, con el que estudié en los Salesianos de Mataró y es uno de los pocos buenos recuerdos que guardo de aquellos años de internado. Entonces estaba de moda llevarte a un internado durante parte del verano. Algo horrible. Yo, al margen de algunos compañeros como Estrems, sólo me acuerdo de aquellos tres años de internado de “Can Miracle”, una pastelería que todavía existe y me volvía loco. Era lo mejor.

-Sigamos con el once ideal. Qué defensas elegirías…

-Los que más me han impactado son Curta y Biosca, después los buenos momentos de Koeman, y de ahora, Carles Puyol que me parece un ejemplo de voluntad de hierro, de amor propio, de constancia. Creo que es un ejemplo de entrega donde mirarse los más jóvenes. También me acuerdo de Juanito Segarra, un gran jugador todo lucha

-En el centro del campo…

-Me parecen fenomenales Xavi e Iniesta, extraordinarios. Sobre todo el control que Xavi tiene de los partidos y cómo va marcando los tiempos y los pases. Y me pareció extraordinaria la personalidad de Guardiola como jugador y ahora como entrenador, de los que no nacen cada día. Pero tampoco me olvido de Luisito Suárez que fue extraordinario. Creo que su marcha la pagamos durante mucho tiempo. Después, más tarde, me encantaba el juego y la elegancia de Marcial, otro extraordinario jugador. Y me gustaba mucho, aunque era muy criticado, Martí Filosía, un jugador de Palafrugell, extraordinario, al que quizás le faltó suerte en la continuidad.

Le comento que yo he sido un gran admirador de Martí Filosía con el que además compartí amistad. Su padre era el anticuario del pueblo, y con el pintor Modest Cuixart, gran barcelonista, al que visité en su casa-taller poco tiempo antes de su muerte siempre hablábamos del único jugador que había logrado llevar al Camp Nou al escritor Josep Pla cuando ya hacía muchos años que se había inaugurado. Josep Vergés, su editor y a la vez de las revistas Destino y Vida Deportiva, que también era de la zona, cuando debutó con el primer equipo del Barça le dijo a Pla “Hoy, no te escapas. Juega el noi de Palafrugell y disfrutaremos, aunque lo silben..”

-Yo tengo una gran admiración por toda aquella zona. Durante muchos años tenía casa en Calella de Palafrugell, y una vez hubo una manifestación de palafrugenses ante mi casa a causa de un articulo que publiqué en Tele/eXpress en el que decía que muchos homosexuales de allí se suicidaban…!La que se armó!. Pero yo he sentido un cariño especial por toda aquella zona. Aquella casa me la tuve que vender a raíz del fracaso del Tropical Gavá, que fue un duro golpe del que todavía no me olvido. Sufrí una fuerte depresión. Estuve ocho meses en casa. Cuando se está en esa situación sólo ves la muerte y el suicidio. Es horrible. Es lo peor que hay en la vida. Para salir de esa situación necesitas mucha ayuda y tienes que luchar mucho..

Le digo que todos los grandes genios han tenido tropiezos, adversidades en la vida. Ahí está el ejemplo de Antoni Gaudí cuando con Güell quisieron construir la primera gran urbanización de Barcelona en el Parc Güell y resultó un fracaso estrepitoso. Fue una ruina. Pero esto no quita la capacidad genial de Gaudí gracias al que Barcelona sigue recibiendo la mayor parte del turismo (especialmente invernal) para ver su obra.

-Hablábamos Oriol de tu once ideal, del mejor que has visto, con los jugadores que has visto actuar. Nos faltan los delanteros…

-Formar un quinteto no es fácil porque hemos tenido excepcionales futbolistas. Pero una delantera la podrían formar Messi, Kubala, Cruyff, Luis Suárez y Ronaldinho. Aunque para mí también tendrían entrada Escolá, Basora, César, Laudrup y sobre todo Evaristo. Me gustaba mucho. Evaristo nos hizo vivir grandes momentos, con aquellos remates y aquellos golazos. Lo que sucede es que las nuevas generaciones no los conocen y es difícil retratarlos hoy, y más después de estos grandes años que está viviendo el equipo. Y Messi es el ejemplo más actual. Me parece un jugador excepcional. Ronaldinho fue el jugador que devolvió la ilusión, que galvanizó esta nueva época

-Tú que conoces como nadie la noche, has debido ver y vivir muchas situaciones con jugadores de tu Barça como protagonistas…

-No creas. Es cierto que he vivido la noche, a causa de mis negocios, pero menos de lo que la gente cree. Yo siempre he pensado que para que un negocio de noche funcione, hay que funcionar durante el día. Y yo durante el día he tenido que estar activo, porque tenía otras responsabilidades que no eran únicamente las de Bocaccio primero y Up & Down después.

Oriol Regás, como he dicho, el alma de la libertad de la Barcelona nocturna y gran parte de la Costa Brava, con establecimientos de gran éxito en Lloret de Mar, en Palamós, en Platja d´Aro…Todos fueron un éxito, aunque tiene un especial cariño por “Jardines Arboleda” una sala de fiestas de Palamós donde comenzaron su gran carrera Antonio Gades y Cristina Hoyos a los que contrató por tres años y constituyeron un gran éxito. También se acuerda de un bar de la misma localidad, “Mónica”.

-También recuerdo el encierro de los intelectuales en Montserrat como protesta por el proceso de Burgos en el que hubo varias condenas de muerte y tu llevaste a los encerrados un menú que preparaste tu mismo en Vía Venetto, otra de tus grandes creaciones. El menú consistía en pepitos de solomillo, caviar, champán y otras delicias…-Y no me permitieron entrarlo. Lo había preparado con todo el cariño del mundo. Pero antes de que se lo quedara la policía me lo llevé todo y lo entregué al Cotolengo y no sabes cómo se pusieron las monjas…

-Regresemos al Barça, ¿qué opinas de Laporta?

-Prefiero no opinar. No me gusta nada, nada, que se mezcle política y deporte.

-Pero el Barça muchos dicen que es política…

-Los que lo dicen no entienden todavía al Barça. El Barça es algo más. Es evidentemente más que un club, que ha cumplido con sus obligaciones en distintas épocas; sobre todo, en aquellos años de grandes vacíos institucionales y representativos.

-Y cuándo se habla de modelo institucional o modelo deportivo…

-Yo creo que el único modelo del Barça es el propio Barça, con todas sus grandes virtudes y todos sus defectos. Si estuviera aquí, entre nosotros, Manolo Vázquez Montalbán lo explicaría mucho mejor. Pero los barcelonistas no queremos, en años de libertades y democracia, que se mezclen política y deporte.

-¿Y a quién votarás?

-Me gusta Sandro Rosell. Me parece un tipo sano, creativo, imaginativo y emprendedor, por todo lo que yo sé. Y si es capaz de separar deporte y política, tendrá el apoyo mayoritario. Además…

-¿Qué?

-Creo que es una persona que abre puertas y ventanas, y un candidato si llega a ser presidente del Barça que tenga esta mentalidad es bueno, muy bueno, para la entidad.

Termino. La conversación sería interminable. Me hubiera gustado hablar de su etapa de extraordinario deportista y aventurero. De cuando en 1958, junto a seis intrépidos navegantes realizaron la travesía Hong-Kong Barcelona en una embarcación que constaba de tres velas y unas medidas de dieciocho metros de largo por cinco de ancho. Estuvieron nueve meses navegando por todos aquellos mares, los de Singapur, Ranguin, Madras, Bombay, Karachi, el Canal de Suez, Atenas hasta llegar a Nápoles, Marsella y Barcelona. “Una locura, máxime teniendo en cuenta que quien nos llevaba, José María Tey hacía un mes que se había sacado el carnet de capitán”. Aquella proeza, la del “Junco Rubia”, fue portada de casi todos los diarios europeos. Vivieron, padecieron y sufrieron todo lo inimaginable. Y por si ésta aventura no fuera suficiente, tres años después, se embarcaron en otra excepcional aventura conocida como “Operación Impala”, cinco barceloneses, con cinco “Montesas-Impala” y recorrieron África de sur a norte, casi veinte mil kilómetros. Un avión les trasladó hasta Ciudad de El Cabo, donde alquilaron un jeep para llevar toda la alimentación y repuestos y desde ahí hasta el norte casi durante casi tres meses jugándose una y otra vez la vida, tanto ante la aparición de animales salvajes como de tribus entonces incontroladas.

Por todo ello, y por mucho más, he dicho que si el Barça es más que un club, Oriol Regás es más que un socio. Por todo lo que ha hecho y ha dado, y en los momentos que lo ha hecho. No hemos hablado de muchas de sus otras realizaciones que se iniciaron prácticamente con Can Estevet y la inolvidable Mariona Sunyer. De lo que representó Bocaccio dónde logró que se mezclaran los hijos de los ganadores y los hijos de los perdedores de la guerra. De aquellas tertulias, en el propio Bocaccio a las que asistían todos los que ya llevaban camino de ser los más grandes creativos (editores, decoradores, arquitectos, cineastas) del país y de fuera del país. Aquellas charlas y debates interminables entre Gabriel García Mázquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortazar, Manolo Vázquez Montalbán, los tres hermanos Goytisolo, Terenci Moix Juan Marsé quien, por cierto dijo: “Lo mejor de Bocaccio era que las mujeres de los arquitectos y de la gente importante iba a ligar con los escritores…” Y los mejores pintores, y escultores, entre ellos su hermano mayor Xavier Regás autor de la decoración del local (y del Bocaccio de Madrid que fue otro exitazo), de Vía Venetto, de Groc y de más de cien proyectos. Y no hemos hablado de su productora Lola Films donde comenzaron grandes directores, Gonzalo Suárez entre ellos, y se conocieron Víctor Manuel y Ana Belén. Ni de las musas del mundo de Regás, desde el primer icono, Teresa Gimpera, a la primera gogó que pisó una pista en Barcelona y en España (Smith Libreto). Y de sus mujeres reales, de lo que para el Up & Down significó Dolly Fontana, a su actual mujer, Isabel Vilallonga –“una mujer excepcional”, me dice cuando ella no está presente.

Ni de lo que su espíritu ha representado para la Costa Brava, ni sus amistades con grandes genios, como Salvador Dalí al que ya conoció en la Cadaqués en la que actualmente tiene su casa de verano. Del pintor guarda un valioso dibujo con una dedicatoria no menos valiosa: “A l´unic catalá que funciona”. Y además culé/culé con un apellido, el de los Regás, que abarca cien años de la historia del club, el suyo

-¿Y cómo terminan tus memorias?

-“El día que morí por primera vez”, en recuerdo de aquella vez que me dieron por muerto, todavía no sé porqué y que llegó a publicar “La Vanguardia” digital. Ese es el final.