sábado, 21 de noviembre de 2009

La crónica de Diego Valor (9/XI)

Estamos en la cuenta atrás de las elecciones barcelonistas. No se sabe todavía con exactitud cuantas candidaturas se presentaran. A medida que transcurren los días muchos aspirantes están poniendo freno a sus aspiraciones/ambiciones. La respuesta es bien fácil: participar en unas elecciones es caro, muy caro, salvo para los directivos actuales que se ven beneficiados de todas las prerrogativas que concede la ley del deporte, entre otros privilegios, el no avalar. Sin embargo, los que están bajo este paraguas, los tutelados por Laporta (Sala Martin y Godall) y los no amparados (Jaume Ferrer) están divididos por no decir enfrentados en sus respectivos egos y todo por culpa de la política –nunca mejor dicho- que ha llevado a efecto el presidente Laporta obsesionado desde que fue elegido en no dejar crecer a nadie para ser él amo y señor de la vida blaugrana.


En éstos momentos, a seis/siete meses de la convocatoria a las urnas, sólo un candidato parece tener las cosas claras: Sandro Rosell. El resto de posibles candidatos, están en un mar de dudas. Incluido el presidente Laporta que quiere seguir controlando el club a través de un interpuesto (Sala y/o Godall) pero por mucho que sonría sabe que en estos instantes su ex vicepresidente deportivo y autor real del cambio deportivo del club, Sandro Rosell, goza del fervor popular de los socios barcelonistas que lo ven como el candidato más cualificado desde el punto de vista deportivo y económico y con una clara vocación de servir al club y no servirse de él, como sucede en la mayor parte de los nombres que actualmente se manejan.

¿Cuántas candidaturas se presentarán? En éstos instantes se especulan con cuatro y no se descarta con una quinta que pudiera encabezar, nuevamente, Josep María Minguella. Las otras cuatro, de cumplirse, estarían encabezadas por el “delfín” de Laporta (Sala Martin y/o Godall), la de uno de los vicepresidente espiados (Jaume Ferrer), la de Sandro Rosell (la única en firme) y otra que podría encabezar –o respaldar- Ferrán Soriano.

Estos son los nombres que en estos momentos se barajan y ningún otro. Descartado Lluís Bassat por confesión pública, no parece probable que Jaume Llauradó, Jordi Majó ni Jordi Medina opten de nuevo a presentarse…aunque tampoco se descarta que puedan formar parte (o apoyar) alguna de las que actualmente se barajan, aunque en ningún caso sería la representada por Laporta por considerarla la más politizada de todas y consideran como la mayor parte de socios blaugrana que el Barça no debe ser utilizado como una plataforma política como ha hecho el actual presidente y como pretenden seguir haciendo Sala Martin y/o Godall tan politizados(o más) como el actual presidente.

Laporta patrocina una candidatura por dos razones primordiales. En primer lugar, para seguir “controlando” la entidad y de ésta manera no se conozca la realidad interior del club (los números y gastos verdaderos). En segundo lugar porque conocidas sus ambiciones políticas sabe lo importante que es seguir gozando del privilegio del palco que le concede una imagen mediática de gran resonancia. Sabe que si el elegido es un patrocinado suyo, podrá seguir moviéndose a sus anchas por el palco de las vanidades y de esta manera seguir haciendo crecer su imagen pública política. De no ser el elegido, uno de sus patrocinados, se le complicarían las cosas, especialmente si el elegido por los socios es Sandro Rosell que podría alejarle de ese beneficio personal y podría auditar públicamente las cuentas como no hizo precisamente Laporta con Gaspart que llegaron a un pacto de intereses comunes.

Xavier Sala Martin y Alfons Godall tienen muy poco que hacer, o por no decir nada, en los futuros comicios. La mayor parte de barcelonistas saben que Sala Martin es socio de nuevo cuño (cinco o seis años) y que no le gusta el fútbol. Le gusta el mundo que rodea el fútbol y sus posibilidades como plataforma pública. Pero no es una persona de fútbol y esto es un peso muy grande. Lo mismo que le sucedió a Bassat que aún gustándole más el fútbol los socios sabían que no pisaba fuerte en este mundo. Bassat, además, cometió el error de introducir políticos en su candidatura (Roca Junyent) y caras populares (Judit Mascó) lo que le distanció más del votante a medida que se aproximaba la fecha de las elecciones. Al margen de que en esas fechas, la masa barcelonista suspiraba por un cambio radical y no por un cambio moderado y disfrazado. Y a pesar de gozar de un gran apoyo de los medios de comunicación, muy a su servicio, no logró triunfar.

Sala i Martin, que hasta ser directivo del Barça no se le conoce otra escenario deportivo que el palco del Barcelona, acaba de polemizar con Gabriel Masfurroll sobre la cuantía del coste de las investigaciones efectuadas por la empresa de detectives Método-3 sobre diversos compañeros de junta. En vez de enfrentarse a su amigo y socio, el actual director general Joan Oliver y a su amigo el presidente Laporta por la utilización de éstos métodos fascistas, ha optado durante todos éstos meses por el silencio, dando por bueno los métodos utilizados algo impropio de unas personas que se las dan de demócratas. Por otra parte, ha tenido el cinismo de decir que algunos medios apoyan a determinados candidatos, cuando se trata de un personaje que tiene tribunas periodísticas y goza del privilegio de ser protagonista de tertulias radiofónicas en las que puede decir lo que le venga en gana.

En cuanto a Alfons Godall en el supuesto que fuera él quien encabezara la candidatura continuista y Sala Martin ocupara el número dos por estrategia electoral, escasísimas son sus posibilidades de éxito porque es de todos conocido que se trataría de un títere movilizado a su antojo por su inseparable amigo Laporta con el que ya participó en la fundación del fracasado proyecto político independentista del PI (con Ángel Colom y Pilar Rahola).

De todos es sabido que el mayor mérito de Godall (un personaje sin carisma alguno) es haber sido compañero de pupitre del presidente en su época escolar. Un currículum demasiado escaso cómo para pretender ser elegido presidente.

Respecto a Jaume Ferrer y Ferrán Soriano las circunstancias y las posibilidades son distintas. Jaume Ferrer nada tiene que hacer por mucho que parte de la familia Pujol le apoye. En estos seis años como directivo no se le conoce ninguna obra y menos todavía una actitud que le honre como hubiera sido presentar la dimisión irrevocable en el mismo momento que tuvo conocimiento de que el director general Joan Oliver, con el beneplácito del presidente, era objeto de una investigación por parte de una empresa de detectives. Si en ese momento no fue capaz de plantar cara y denunciar públicamente (y en los juzgados) de unos hechos tan graves, poco se puede esperar de él. Vivir siempre aferrado a la silla de un palco, por muy del Barça que sea, no es argumento suficiente cómo para aspirar un día a ser presidente. Todo lo contrario.

En cuanto a Ferran Soriano no se sabe todavía si encabezara una candidatura o dará apoyo a otra encabezada por los también ex directivos Albert Vicens y/o Marc Ingla. Parece improbable que recién aterrizado en Spanair goce del tiempo necesario para dedicárselo al Barça y no a la compañía aérea necesitada de todos los esfuerzos para salir de la situación en la que se encuentra. Pero Soriano, de una forma u otra, ya ha manifestado que participará en las elecciones y su apoyo será secundado por algunos medios de comunicación, entre ellos uno de los más importantes que es rara la semana que no le da cabida en sus páginas por el motivo que sea, beneficiado por el hecho de que uno de sus hombres ha sido subdirector del diario más tradicional y su mejor valedor a lo largo de todos estos años, primero en el Barça y después en Spanair del que ahora es alto funcionario.

Si Laporta por un lado, Ferrer por otro y Soriano por otro, optan por formar candidaturas independientes, no tienen ninguna posibilidad de éxito. Entre ellos quedará dividido el voto con lo cuál beneficiaran al candidato que ya es favorito. Si por el contrario, deciden unirse, lo que parece improbable con Laporta y podría ser realidad entre Ferrer y Soriano (o el candidato que éste patrocinase, Vicens o Ingla) las posibilidades tampoco aumentarían.

Así, pues, asistimos a unas elecciones con una serie de pretendientes divididos y enfrentados entre ellos (Laporta/Ferrer/Soriano) ante un candidato -Sandro Rosell- que trabaja en silencio, fortaleciendo una candidatura de gran experiencia nacional e
internacional que sólo tiene como objetivo seguir potenciando la parte deportiva de la entidad, despolitizar el club y corregir radicalmente la organización interna del club muy dada a unos gastos injustificables y a los caprichos presidenciales que han predominado a lo largo de estos años.

Ésta es, a día de hoy, la situación electoral del Barcelona. Un panorama que parece tener ya un ganador, no sólo por méritos propios, sino por los errores, torpezas, dispendios y ambiciones de sus posibles rivales. Tener un ejército de periodistas/locutores al servicio de uno, no garantiza el éxito final. Más bien todo lo contrario.

viernes, 6 de noviembre de 2009

¿Quién paga las Flavias?

Si Guillermo Sautier Casaseca viviera seguro que se inspiraría en el romance Flavia Massoli-Joan Laporta para escribir uno de sus célebres culebrones que mantuvieron en vilo a las españolas (catalanas incluidas) pegadas a los receptores de radio. No alcanzaría el éxito, por ejemplo, del culebrón más largo de la historia (el norteamericano “Guiding light”, más de setenta años de historia) pero si podría alcanzar a otro culebrón pasional, “Sexo en Nueva York”.

Aquí hemos tenido nuestro propio culebrón. El vivido y protagonizado por el presidente Joan Laporta y la brasileña Flavia Massoli, hecho ahora público en el programa “¿Dónde estás corazón?” (DEC) por la utilizada ex empleada del Hotel Arts cuyo romance clandestino con el presidente ha durado algo más de cuatro años, con todo tipo de infidelidades por parte de JL. Infidelidad con la hasta hace no mucho su esposa oficial y madre de sus hijos, Constanza Echevarría. E Infidelidad después hacia la propia brasileña hasta conocer otras, como una árabe.

A mí, que el presidente blaugrana tenga tanta rapidez con la labia como bravura con su propia braqueta, me importa un pepino. Es una cuestión personal. Cada uno hace con su virilidad erótica lo que quiere. Lo que me importa es quién paga las flavias de turno. Si lo hace el propio presidente de su bolsillo o lo pagan –una vez más- los pobres socios barcelonistas con sus esfuerzos y en muchos casos hasta con lágrimas.

Esta es la cuestión.

Porque Laporta se llevó a la Massoli del Hotel Arts a un empleo estable en el departamento de Relaciones y Protocolo del CF Barcelona, con sueldo a cargo del Barça y protocolo (que se sepa) en exclusiva preisdencial.

¿Quién ha estado pagando la “fiesta” a lo largo de estos cuatro años…?

Con un director general (Joan Oliver) tan aficionado a los dossiers, a las investigaciones detectivescas, me parece raro y hasta extraño (?) que no mandara a los de Método-3 a investigar las andanzas del presidente, mucho más sabrosas que la de los vicepresidentes. O que éstos no encargaran, también a Método-3 (Marita, te estarás hinchando a costa del Barça según las minutas difundidas por Masfurroll) una investigación sobre los usos y abusos del presidente.

Pero aún están a tiempo todos de acudir a los detectives (y de paso a los auditores de cuentas del club) para confeccionar un dossier tan sólo con lo confesado por la propia brasileña la otra noche en el plató de Lara.

Flavia comentó que ha pasado del cielo al infierno. Que la abandonó y la dejó en la calle. Y que le amenazó si acudía al programa televisivo: “Serás famosa pero una desgraciada”. Flavia dijo que le había anulado como persona. “Me ha arruinado. Me han cerrado todas las puertas”. Y anunció que regresaba a Brasil. “Me voy a mi país por miedo”

Manifestó que “Es un conquistador nato. Un seductor…hasta que lo conoces bien”. Y explicó que “tiene un montón de chicas que van detrás de él” y entre ellas citó a las “españolísimas” Terelu Campos y Viky Martin Berrocal que se lo disputaron una noche a la salida de “Mira quién baila”.

Relató algunas interioridades, entre ellas, cómo en ocasiones él abandonaba el piso que compartían disfrazado para no ser reconocido. “Intentaba disfrazarse con sombreros y gafas para pasar inadvertido”. Confesó también que en una ocasión le acompañó una prima del presidente (Marta Segú la responsable de la Fundación) hasta una clínica de fertilización.

Dijo que antes de la moción de censura fue presionada y hasta amenazada para que no participara en un programa de televisión. Y descubrió que el “nido de amor” lo tenían a pocos metros de dónde vivían sus padres, es decir, en el Passeig de Sant Joan, el paseo más literario de Barcelona.

Me empreña que este gran barrio, en el que Antoni Gaudi desayunaba diariamente su vaso de leche con ensalada, que es fuente de inspiración para Josep María Castellet, Enrique Vila Matas, Javier Tomeu, Eduardo Mendoza, Joan de Sagarra, Josep María Benet i Jornet, Zafón o Marsé sea conocido a partir de ahora no como el gran paseo literario y artístico de Barcelona sino como el paseo donde tenía “el picadero” Joan Laporta.

Esto es lo que más me jode.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Toda la verdad de Joan Laporta

Con motivo de sus 1001 Sabatinas intempestivas, Gregorio Morán se refería a este oficio para viejos que es el periodismo y que goza del honor de compartir con las otras dos pes –putas y políticos- la triada profesional más antigua del mundo. ¿Acaso la Biblia no puede ser considerada la primera publicación informativa?. El Génesis debe interpretarse como un prodigio de información de agencia; no se puede contar mejor la creación del mundo en tan pocas palabras. Y Moisés, sin ir más lejos, ¿no ejerce de gran reportero cuando baja con las tablas de la ley? Y fíjense si seria bueno que la gente no le hizo maldito el caso, que es lo que les suele ocurrir a los reporteros estrella.

Y es que la gente cada vez cree más en las putas y menos en los periodistas y políticos. Y tienen sus motivos. Esta pe de plumífero está devaluada al máximo. Ni los alumnos de periodismo, en general, leen los periódicos. Prefieren You Tube. Incluso el “Sálvame” o el ¿Dónde estás corazón? (DEC). Los periodistas, como los políticos, incluso la otra pe no citada (policías) están quedando obsoletos. Sin embargo, las putas mantienen la tradición e, incluso, el prestigio.

Y es que el periodismo escrito, por culpa de otra pe, la de los propietarios, va camino de su extinción total. Y eso que como dice John Carlin “nunca ha habido una mejor época para periodismo escrito, y nunca ha habido una peor para ganarse la vida ejerciéndolo”.Y es que aquí, en Catalunya, y en España, ni queremos “Walter Cronkites”(el que fue periodista más creíble de los Estados Unidos), ni menos suspiramos por los tabloides ingleses o los “bild” alemanes. Aquí nos sentimos cómodos explicando una breve parte de la historia y el resto (lo más destacado) reservarlo para invites y cenáculos.

-Si yo te contara…

Pero no cuentan nada. Cuentan líneas para decir lo menos posible y rellenar papel. En el fondo suspiramos por la ley mordaza de Hugo Chávez. Por contar lo que fueron, no lo que son, Radio Caracas Televisión y Globovisión. Como aquí sucedió durante muchos años. Pero ahora, paradójicamente, vivimos una etapa del periodismo escrito que es más fácil hablar (mal) de la pe de los políticos que de la pe de los presidentes de clubs de fútbol. De algunos, naturalmente. Como de don Florentino y don Joan (nunca mejor dicho).

Escribir (mal) de Florentino es irte al paro. Y escribir (también mal) de Laporta es jugarte el futuro. De entrada, ya no te lo publican. Y encima, tus superiores, te abroncan y te amenazan.

-¿Qué quieres? ¿Dejarnos sin promociones?

Supongo que editores y directores cuando hablan de promociones sólo hablan de eso. De nada más. Y es que uno ya está de vuelta de todo y ha vivido de todo. Y es que de promociones unos y de sobres otros, de todo ha habido en la viña del señor. Aún recuerdo cuando el periodista Josep Martí Gómez le preguntó al recién estrenado gerente del Barça Armand Carabén si no le parecía una indecencia que el club pagase a varios periodistas y los vividores armaron una bronca fenomenal que obligó a Carabén a medio retractarse para decir aquello de “donde dije digo digo Diego”.

Espero que aquel estilo de enaltecer la profesión haya desaparecido, aunque sigo confiando más en la honestidad de las putas que en muchos de mis colegas.

¿Y a qué coño viene todo esto?, se preguntará usted, querido superviviente lector. Viene a cuento de lo que se dice, se habla, se comenta (todo off the record) sobre las andanzas del presi Laporta. Si sólo el uno por ciento es fiable, es como para ponerse a temblar. No se preocupen amigos lectores supervivientes que en la letra impresa, la voz radiada y en las imágenes televisivas se contará. Aquí Laporta ha encontrado un ejército pretoriano de comunicadores dispuestos a contar sólo la cara amable del presidente. El presidente en “pijama”, como acaba de retratar una de sus amantes, eso no interesa a nadie. No vaya a enfadarse el presi más prepotente/más chulesco/ y con más suerte que he conocido en la historia del club. Y eso que he conocido a varios, unos como presidentes y otros como ex, pero como JL ningún otro ejemplar. Ni de lejos. Eso sí, con una chamba como nadie. Porque del Barça deportivo que diseñó a su llegada al Barça real que hemos visto en esta casi década prodigiosa hay un abismo. No olvidemos que su sueño inicial, con el asesoramiento inapreciable de Cruyff, Txiki y el periodista desaparecido de la escena, era un Barça cimentado en la Triple A (Albelda, Ayala y Aimar) con la recuperación de Roger García y la carente credibilidad en los canteranos Valdés, Puyol y Xavi Hernández a los que querían ver lejos del Camp Nou. Pero la suerte, o la leche de JL, fue que su vicepresidente deportivo (Sandro Rosell) amenazó con cesar antes de tomar asiento.

-¿Y con éstos queréis devolver la ilusión al campo y las gradas?, les dijo mientras se sacaba de la chistera a los Ronaldinhos, Decos y defendía a los indefendibles canteranos.

Después de la suerte de SR tuvo la fortuna del invento de Josep Guardiola, tampoco demasiado bien visto inicialmente ni por el presidente, ni por el secretario técnico, ni por Soriano, todos ellos partidarios de cualquiera antes que el de Santpedor. Pero con la moción de censura sobre la mesa y la amenaza de socios de echar a toda la directiva superviviente, Evarist Murtra logró convencer en un momento de acojonamiento al presi y enchufarle a Pep Guardiola con el que ya contaba Murtra en la candidatura de Bassat y del que se había reído públicamente Xavier Sala i Martín censurando su inexperiencia.

Ese Xavier Sala i Martín que con Alfons Godall se disputan el honor de ser elegidos cabeza de cartel de la candidatura que patrocina un Laporta que, como los buenos dictadores, no quiere abandonar la presidencia sin elegir a su delfín. Y para él, sus herederos son los dos, preferentemente el “chaquetas” aunque quizá tendrá que ceder al compañero de pupitre de los maristas de Sant Joan. Es decir, unos delfines, tan o más politizados que él. Godall ya estuvo en el PI (partido para la Independencia), junto a Laporta, Pilar Rahola y Ángel Colom. Fue un fracaso total. Y lo fue porque entonces no contaban con un trampolín mediático como es el palco del Camp Nou y la presidencia (politizada) del Barça.

Por eso, porque sabe de la influencia mediática del Barça, Laporta se resiste a dejar el control de la entidad. De entrada, si está uno de sus amigos podrá seguir paseándose por el palco y captar la atención de las cámaras de televisión para mantener su popularidad con vistas a su proyecto político. Si está otro, al que no pueda manejar, su porvenir es más incierto porque encima corre el peligro de que le hagan lo que él fue incapaz de hacer con Gaspart: levantar las alfombras.

Por eso Laporta quiere atar y dejar bien atada la presidencia del club.

Yo, desde luego, no votaré a quien Laporta me quiera (im) poner. Es decir, ni a Alfons Godall porque ello significaría politizar todavía más el club de lo que ya está politizado, y menos todavía a Xavier Sala i Martín que además de tener como objetivo prioritario colaborar con Laporta para alcanzar un día la presidencia de la Generalitat además no le importa un carajo el fútbol.

Pero no se preocupen. Hay toda una legión de “pes”, principalmente periodistas, dispuestos a apoyarle hasta el final. Y es que muchos de ellos piensan que ni tendrían que haber elecciones. Ya lo escribió el articulista Bru de Sala: “Laporta y Cruyff tendrían que elegir al futuro presidente del Barça”. Y se quedó tan ancho.