lunes, 31 de marzo de 2008

Laporta, entre la política y el pozo.

Jan Laporta sólo tiene una salida: decir que se va. No tiene otra. Si quiere dedicarse a la política, lo menos traumático, lo más inteligente, lo menos dañino para su futuro, es intentar salir por la puerta menos pequeña del club. Todo lo que tenía que hacer en el Barça, ya lo ha hecho. Lleva años/muchos años, cargándose el club. Toda su trayectoria profesional ha girado en torno a la entidad blaugrana. No ha hecho otra cosa que servirse del Barça. Comenzó arrimándose a la candidatura de Ángel Fernández para darse a conocer. Formó parte del Grup d´Opinió para debilitar la imagen de Núñez. Ya que no consiguió su objetivo, fue uno de los artífices del Elefant Blau para derribar a Núñez. Participó en todas las tertulias habidas y por haber para seguir combatiendo a Núñez. No se sabía de qué trabajaba. Se sabía que era un abogado más, sin ninguna reputación profesional en la ciudad. El tiempo lo dedicaba única y exclusivamente a lograr un objetivo: llegar a ser un día presidente del FC Barcelona. Era su ambición, podía ser su salvación, y podía darle la notoriedad que necesitaba para sus asuntos particulares y en su sueño por ser un día Alcalde o Presidente de la Generalitat. Mejor President, porque la alcaldía, para un personaje de la ambición-sin-límites de JL, es poco.

Hoy leo dos artículos, de dos periodistas que acostumbro a leer, Dagoberto Escorcia en "La Vanguardia", y Ramón Besa, en "El País", y en ambos comentarios coincide una misma palabra: política. Dice Besa, en su buen artículo como siempre que "Laporta es más noticia como posible político en el futuro, que como presidente del Barcelona". Besa dice muchas más cosas en sus reflexiones que merecen ser leídas. ("Sentido del ridículo").

Al igual que Besa, hay que leer hoy a Dagoberto Escorcia en "La Vanguardia". Sólo el inicio de su comentario retrata la situación que vive el club: "Dejar todo como está es también una decisión. Pero probablemente esta sea la peor opción elegida por Joan Laporta, presidente del Barcelona. Es una decisión pasiva, diplomática, y quie intenta gobernar un club de fútbol como si fuera un partido político se equivoca en el concepto y en la esencia. El fútbol no es la política". ("Parálisis azulgrana").

La presidencia del FC Barcelona no ha sido nunca (ni lo será) un destino político. Los que quieran utilizar el club como plataforma política, se equivocan, y se equivocan en el Barça y en la política. Los socios eligen a sus representantes para que se preocupen del club. En lo deportivo, en lo económico y en lo social. Pero en primer lugar, en lo deportivo.

Sólo en una ocasión se aceptó una larga presidencia sin títulos, como fue la de Enric Llaudet, porque el socio comprendió que excepcionalmente la supervivencia del club estaba en peligro y era más importante sanear las cuentas que los goles, con todo el dolor de la afición que cuando va al campo, lo que quiere, por encima de todo, es ganar. Pero en aquellos años, los asociados querían (incluso los más forofos) acabar con la histórica deuda de la construcción del Camp Nou, por eso permitieron una larga estancia del presidente Llaudet porque sabían que, al final, arreglaría la situación. Como la arregló.

Pero Llaudet era un socio más. En realidad, yo creo que ha sido el Presidente-Socio, el más socio de los presidentes que ha tenido el club. Le venía de familia. Ya su padre (Josep Llaudet) salvó las finanzas del club en más de una ocasión. Gamper quiso que fuera presidente, pero él estaba para hacer barcelonismo, no para hacer presidencialismo. Fue, además, uno de los grandes impulsores del campo de la Industria, el primer campo serio/importante que ha tenido la entidad, antes de Les Corts.

Los socios del Barça cuando tienen que aguantar, aguantan; cuando tienen que apretarse el cinturón, se lo aprietan; cuando les piden derramas, refunfuñando, las hacen. Pero lo que nunca han permitido es a presidentes jugando a políticos, o a políticos que quieran ser presidentes. Hubo un presidente político, Suñol, pero lo fue transitoriamiente y anunciando su caducidad en el cargo el mismo día de su posesión. Pero Suñol (el presidente asesinado en la guerra) no lo quería ser. Le presionaron todos los socios, y todas las formaciones políticas, para que salvara al club de la difícil situación que se encontraba en los peores años de la historia de Catalunya, en tiempos bélicos.

Suñol fue al Barça en un acto de servicio, de patriotismo, no buscando una promoción personal. A Suñol le sobraba de todo. Tenía prestigio, tenía humanidad, tenía intelectualidad, tenía poder político, tenía poder periodístico, tenía poder fáctico, y entre sus negocios, tenía la empresa azucarera más importante de Catalunya, de España y de Europa.

Suñol, pues, fue un caso excepcional.

En los años sesenta hubo un personaje barcelonés que quería ser presidente del Barça para después dar el salto a la "política". Quería ser alcalde de Barcelona. Soñaba con ser el sustituto de Josep María de Porcioles. Pero antes necesitaba ser conocido. Promocionar su figura. Se inventó un Salón de Camping, pero eso y nada, era lo mismo. Le servía para que le hicieran entrevistas, le sacaran fotos y comenzara a codearse con los poderes públicos. Pero estaba obsesionado en ser presidente del FC Barcelona. Su nombre: Pedro Baret.

Baret era un tipo presumido/muy presumido. En aquellos años, le sobraba el dinero. La fortuna le llegó a través de su padre que la obtuvo de una manera poco transparente. Eran años que muchos se enriquecieron con el estraperlo, hasta con el racionamiento, y provocando suspensiones de pagos. La gente se arruinaba, pero ellos no.

Un día, en la puerta de Emporium, el cabaret más famoso de Barcelona, en la calle Muntaner antes de llegar a la Gran Vía, me encuentro un amigo, al volante de un espectacular (entonces) Porche plateado descapatoble, cargado de mujeres. Exactamente, ocho. Era las ocho mujeres más atractivas de un famoso Ballet extranjero. "¿Qué haces con toda esta "carga explosiva"?, le dije al amigo. "Voy a una fiesta. Me las ha pedido Pedro (Baret). Ha montado una fiesta, en la que hay también algún periodista, y faltaban mujeres...."

Baret se dedicó durante unos años a montar fiestas para los noctámbulos, y montar pisos para los diurnos. Tenía su ejército de prensa, y tenía su ejécito de "morenos", los barcelonistas más radicales que se propusieron llevar a Baret a la presidencia. Pero no pudo. Intervinieron algunas familias barcelonistas y junto a Samaranch y Porta (sí, Porta) lograron frenar la ambiciosa carrera de Baret a la presidencia. Entre todas las fuerzas sociales lograron convencer a Narcís de Carreras para encabezar una candidatura de unión, en la que también iba a entrar Baret.

Narcís de Carreras, todo un señor, todo un caballero, intentó la unidad barcelonista, pero le fue imposible. Y lo fue porque Baret, y los que le apoyaban, quería que fracasara aquella junta para entonces Baret tener el camino limpio hacia unas elecciones que todo el mundo estaba convencido ganaría. Era el personaje más popular de la ciudad. Jugaba la baza de Helenio Herrera que después de tantos años de fracasos deportivos, era el técnico más recordado por todos cada vez que el Barça perdía.

Baret dinamitó aquella junta y consiguió ir a las elecciones. Montal hijo era el oponente, pero existía el convencimiento de que Baret iba a ser el futuro presidente. La foto de Baret era más atractiva que la de Montal.

Recuerdo un día, en su despacho de Passeig de Grácia esquina Aragón, que ocupaba toda la planta. Un despacho impresionante. Él no hacía nada, pero tenía el mejor de Barcelona. Habíamos quedado citados para una entrevista. "¿Qué quieres beber?", me dijo. Era la una del mediodía. "Un vermut". !Vaya la que se lió!. Resulta que en su cámara de bebidas, había de todo, menos vermouth negro. Llamó al mayordormo: "El señor quiere un vermout negro, y aquí no hay". "Se lo terminaron ayer, y no me ha dado tiempo a reponerlo", respondió mansamente el mayordomo, excusándose del fallo. Yo, que hacía una hora había dicho que me era igual, que me pusieran una coca-cola, o un whiski, o un vino...no había forma. "Es la última vez que pasa. Eres un inútil Después hablaremos...", le sentenció el aspirante a presidente a su mayordomo,

Con aquella escena, más todo lo que sabía del candidato, y como yo no aceptaba sobres, algo frecuente en la prensa de la época, me fuí. Igualmente hice un reportaje sobre su candidatura a las elecciones, explicando lo explicable, y silenciando lo silenciable. El mismo día que se publicó una doble página sobre el candidato, me llama Pablo Porta para vernos en "Don Pancho", una cafetería-punto de reunión, en Travessera-Aribau. Me dice: "Te lo digo con cariño porque te aprecio: no juegues la carta Baret, porque Baret no será nunca presidente del FC Barcelona. Éste quiere ser presidente para resolver sus asuntos personales y después quiere ser Alcalde de Barcelona". Esa rotundidad de don Pablo me dejó helado. Es evidente que yo no jugaba ninguna carta, acudía a entrevistar a Baret por petición de mi "jefe", que siempre he tenido la seguridad que era de los tocados-por-la-varita de Baret. Como no era de los nocturnos, supongo que fue de los agraciados con el "nuevo comedor" para su hogar.

Resumiendo. Llegaron las elecciones entre Montal y Baret en Montjuic. Sólo se oían gritos de "Baret, presidente, Baret, presidente". Comenzaron las votaciones. Junto a Pablo Porta, que presidía la mesa, el delegado gubernativo que controlaba la urna. Se iban cantando las papeletas. Iba repartido el juego. Yo estaba detrás de la gran mesa y me dió la sensación que en algunas cartulinas que venía el nombre de Baret, se cantaba el de Montal. Varias veces tuve la misma percepción. Finalizado el escrutinio, se dió el nombre de Agustí Montal como nuevo presidente del FC Barcelona.

Don Nicolau Casaus, que apoyaba a Baret, reclamó a la mesa, y le dijo a Pablo Porta si era posible recontar las papeletas en aquel momento. "Pablo: yo creo que tiene que haber algún error. Las cuentas no nos salen". Porta, que ya había mandado precintar la urna, le contestó: "Se las acaba de llevar el delegado al Gobierno Civil....."

Agustí Montal abandonó Montjuic entre las protestas, y Baret, bajo palio. Pero Montal era el nuevo presidente del FC Barcelona.

¿Qué había sucedido?. Lo que me anticipó días antes Porta: "Baret no será nunca presidente del FC Barcelona".

Afortunadamente, en el transcurrir del tiempo, fue una suerte (una "cacicada milagrosa") que Pedro Baret no accediera a la presidencia del club. Dada su historia posterior (y anterior) no sé qué hubiera sido de las finanzas y el patrimonio del FC Barcelona. Lo que estoy seguro es que no hubiera llegado a ser Alcalde de Barcelona y el Barcelona, probablemente evitó una nueva crisis. Quizá, la más importante de su historia. Baret ya había dilapidado su gran fortuna personal.

Salvando las distancias, el Barça es un sueño imposible para aquellos que pretenden utilizarlo como trampolín político. Los barcelonistas no perdonan. Y cuando ven que quien dirige la entidad está más preocupado por sus ambiciones personales (y políticas), la historia no puede acabar bien.

A Laporta, el FC Barcelona, ya no le interesa. Le interesa su próximo paso. El problema es que el camino elegido ha sido el erróneo. Se puede engañar a uno, a mil, pero no se puede pasar la vida engañando a todos, y lo mejor que podría hacer es dejar paso a un nuevo ciclo, pero a un ciclo que empiece por su persona.

En el pozo no está solo Ronaldinho. En el pozo está también quien ha contribuido a meterlo, que no es otro que el máximo responsable de la situación y de la entidad.

sábado, 29 de marzo de 2008

Rexach: ahora hablo yo.

Vaya por delante que siempre he sentido un cariño especial por Rexach. Y lo sigo apreciando mucho, aunque por lo que vaya a decir, no lo parezca. Me he peleado, en su época de jugador, con entrenadores, técnicos, directivos y hasta con aficionados, por defenderle, cuando la mayoría le acusaba de tener la sangre de horchata. De cuando decían que era un "picha fría" y un "cagón". Eso sí, de una técnica excepcional y de una gran potencia en el disparo, pero demasiado miedoso. No era del todo cierto, pero algo sí. Uno de sus entrenadores, Roque Olsen, me llegó a prohibir la entrada en los vestuarios (entonces se entraba) por defender a Rexach y a Martí Filosia. Le criticaba que fuera tan conservador y no se atreviera a poner a los jóvenes del Condal. Me dijo de todo. Olsen, que había sido un gran extremo del Real Madrid, como entrenador, era lo más cercano a un militar chusquero.

Después, en los años años setenta, los llamados años-dorados de Cruyff y Rexach, pero que sólo fueron capaces de ganar una sóla Liga, se decía que el Barça, en campo contrario, jugaba con "nueve jugadores". Y es cierto. Cruyff, después del primer año, fuera del Camp Nou, se dedicaba a lanzar los saques de esquina. Y Rexach a lanzar las faltas lejos del área. Pero el área no lo pisaban ni el uno, ni el otro. Tenían terror/pánico a las defensas contrarias. Durante cuatro años, esa fue la historia. En casa, claro, no podían hacer lo mismo, pero tampoco se excedían. Preferían dar pases o centrar, y que se metieran otros. Los defensas de antes no eran como los de ahora. Sólo empezar el partido enseñaban el número de pie que calzaban y les preguntaban por la novia, la mujer o la madre. "A ésta hora, qué estaran haciendo....". Les decían, a ellos, y a todos los delanteros de clase que los veían un poco miedosos.

Me contaba un día el gran Angel Mur (padre) cómo a veces, en los descansos de los partidos, les preparaba café a algunos jugadores para que entraran en calor. No por el frío, sino por las heladas que les producían según que defensas contrarios. "Coño: tómate ésto, y espabila". Al café, don Angel, les echaba unas gotas de coñac, o de anis. Vaya, un carajillo. "¿Qué es ésto?", le preguntaban sólo probarlo. "Calla, bebe, y échale cojones".

¿Y por qué digo ésto?. Lo digo, porque me acabo de leer, en un abrir y cerrar de ojos, el libro que ha escrito junto a Bernat Soler "Ara parlo jo". Se lee fácilmente. Rexach se moja poco. Menos de lo que esperaba. Cuenta poco de lo mucho que ha vivido. Le pasa factura (algo) a Johan Cruyff, y también le intenta pasar factura a Josep María Casanovas. Y punto.

Conozco a Rexach hace cuarenta años. Desde su época juvenil. Cuando era una maravilla verle jugar. A él, a Lluís Pujol, y, sobre todo, a Narcís Martí Filosía, que creo que ha sido el mejor jugador que ha dado la cantera catalana desde que tengo uso de razón. Martí Filosía era tan bueno (o mejor) que Rexach, pero no era diplomático. Iba por libre. Era hijo de un anticuario de Palafrugell y el Barça lo fichó de juvenil, después de haber debutado con el Espanyol en un amistoso contra el San Lorenzo de Almagro. Martí quiso ir al Barça, y por eso no fichó por el Espanyol, ni por el Madrid que lo pretendía.

Un día les hablaré de él. Saco su nombre ahora porque me exraña que en "Ara parlo jo", Rexach prácticamente ni lo cite, cuando durante varios años eran carne y uña. Dentro y fuera del campo. Incluso, si la memoria no me falla, creo que sus primeras ganancias en el fútbol las invirtieron en unos apartamentos en Calonge, en Torre Valentina, con Josep María Minguella.

Martí Filosía no aparece en su vida. ¿Por qué?. Incluso habla en el libro de una tienda de deportes que montó en la calle Muntaner "con su hermano". Con su hermano, y con Martí Filosía que aparecía en los rótulos.

Me extraña también que ignore a Lluís Pujol, el tercer mosquetero, de aquel triángulo mágico que con el Condal (entonces el segundo equipo del Barça) hacía maravillas en Segunda División. Jugaban después del primer equipo y se quedaban setenta mil personas a verlos jugar. Tenía más gancho aquel Condal de Rexach-Pujol-Martí Filosía que el primer equipo. Habían otros grandes jugadores, como Feliú, el hermano de la cantante Núria Feliú, que murió en plena juventud. Por cierto: recuerdo que en el partido de homenaje que se le tributó a Feliu en Sant Andreu después de su muerte, uno de los primeros que se apuntó a jugar el partido, sin haberlo conocido, fue Bernd Schuster, del que Rexach habla en su libro porque compartieron habitación y dice que ya tenía un carácter un poco raro. Bien. Lo que no cuenta Rexach es que Schuster, cuando el secuestro de Quini, fue uno de los pocos jugadores de la plantilla que se negó a jugar en solidaridad con el asturiano. Y que Gaspart y HH lo engañaron diciendo que tenían una cinta grabada por el secuestrado en que pedía a sus compañeros que jugasen por él. Era mentira. La cinta no existía. Fue un engaño para que el alemán jugara, porque si él no lo hacía, probablemente otros jugadores acabarían solidarizándose con él.

De éstas cosas, nada se dice en libro.

Pero regreso a aquellos inseparables Rexach-Martí Filosía-Pujol. Esperaba que Rexach explicara la marcha de Lluís Pujol del FC Barcelona, cuando éste era entrenador del segundo equipo y Carles el segundo de Cruyff. Queda en el olvido. A Pujol le impusieron a un jugador holandés llamado Dany Müller, que de futbolista su mejor virtud era ser novio de Chantal, una de las hijas de Cruyff. "El maestro" quería que el Barcelona Atlético de Pujol jugara como queria Cruyff y no Pujol, siendo éste el entrenador, y que en la alineación siempre debía ser un fijo e inamovible el novio de su hija. Hasta que un día a Pujol se le hincharon los huevos y dijo: "hasta aquí, hemos llegado". Plantó a Cruyff, plantó a su amigo de juventud Rexach, y plantó al Barça. Se fue al paro. Ahí, Rexach no fue valiente, y menos solidario. Y de ésto, en "Ara parlo jo", ni media palabra.

Cuando uno escribe un libro, y con un título como el suyo "Ara parlo jo", es para contar cosas. No sólo las cosas que a uno le interesa contar. Por ejemplo, todo lo que cuenta de Cruyff es cierto, y deja a "el profeta" con el culo al aire. Eso está bien. Porque Cruyff es el mayor mito que ha inventado parte de la prensa. Como jugador en sus cinco años no hizo nada, algo que entre líneas deja entrever Rexach. Le hace responsable, junto a Michels, de la caída de Sotil y de cargarse a un equipo campeón, como así fue. Pero no cuenta, por ejemplo, muchas de las cosas que sucedieron aquellos años de Cruyff y él como jugadores. Entre ellos, su famoso romance con Bárbara Rey cuando la ex presentadora/vedette se sintió engañada por el jugador al prometerle "amor eterno"....poco antes de casarse, ante la sorpresa de la artista que desconocía que tenía novia.

De su etapa de segundo de Cruyff, no habla de lo que pasó y cómo se vivieron las ligas conquistadas. Ahí tenía que mojarse. Desde la primera, la ganada "limpiamente", cuando todo el mundo esperaba que el título se ganara en Cádiz (veintidos millones de la época pagó TV3 para retransmitir en directo aquel partido) y fue un "carnaval" gaditano, con una derrota por cuatro-cero y una gran decepción de la afición. Después se obtuvo el título.

No habla de las vivencias de aquellas tres últimas jornadas (las dos de Tenerife y la del Deportivo-Valencia) en que se conquistaron los títulos de Liga, lo que hubiera estado bien que narrara.

Cuenta, eso sí, como muchas de las alineaciones del equipo Cruyff y él las decidían con una moneda a cara y cruz, lo que no dice nada a favor ni de Cruyff ni de él. Y cuenta que fue un error dejar a Laudrup en la grada en la final de la Copa de Europa en Atenas. No dice, sin embargo, si en esa final la no alineación del danés fue también como consecuencia de la moneda o por los celos que Cruyff tenía de Laudrup.

Lo que yo puedo añadir de esa final de Atenas es que cuando a Fabio Capello, entonces entrenador del Milán, le dijeron que no jugaba Laudrup, varió la táctica. "Chicos -les dijo a sus jugadores en el vestuario- hoy vamos a jugar al ataque. El Barça, sin Laudrup en el ataque, no es nadie". Dicho y hecho. Cuatro a cero.

Me falta en el libro de Rexach muchas cosas de su etapa de jugador y de su etapa como segundo de Cruyff. Por ejemplo, del desmadre de las concentraciones de pretemporada, que algunas de ellas, como las de Papendal, eran peor que las Ramblas. No explica qué sucedió en una de esas concentraciones que acabó con denuncias de violaciones y con Alexanco cinco días en prisión. Creo que tenía que decir algo.

Dice Rexach que Romario ha sido el mejor jugador que ha visto, pero podría contar porqué el brasileño llegó con tres años de retraso. El entonces secretario técnico del Barça, Ramón Martínez (que duró un año con Cruyff) ofreció su fichaje por poco dinero, y Cruyff no lo quiso argumentando que de los futbolistas que actuaban en Holanda nadie le tenía que decir nada. "Romario mete goles allí, pero aquí no". Años después, se fichaba.

Y habría sido interesante que Rexach, además de hablar de su participación en la contratación de Figo, y de los fichajes de Zidane y Blanc, haya escrito por qué se ficharon a jugadores como Hagi, Romerito, Prosinecki, y la delantera que descendió al Espanyol a Segunda División, Escaich y Korneiev. Todo ésto, y mucho más, habría sido interesante conocer su versión.

"Ara parlo jo" tiene muchas lagunas. Demasiadas. Sólo le pasa factura a Cruyff, de su etapa de entrenador, y poca. De la época de jugador que vivieron intensamente nada aporta.

En cuanto a su "otra factura", la de Josep María Casanovas, de que es quién manda en el Barça y de que le vetó para su regreso al banquillo del Barça, es una cosa de ellos, y que de ser cierto, que no tengo porqué dudar, el culpable y/o responsable fue en todo caso el presidente, Joan Gaspart, por bajarse los pantalones.

Esperaba más del libro. Y lo digo con pena porque le aprecio - y mucho- a Carles Rexach, entre otras cosas, porque hemos crecido en el mismo período, e incluso nos tomábamos alguna cerveza en el "Frankfurt Pedralbes", su territorio, cerca de su casa, y cerca del Cuartel del Bruc, en cuyo cuartel, por cierto, nació Norma Duval, por ser hija de militar.

No dudo que el libro se venderá. ¿Quién no conoce a Rexach?. Sería un perfecto "homenot" de Josep Pla. Pero Rexach ha querido pasar por un turmix de ciento cincuenta y ocho página cuarenta y cuatro años de vivencias. Pocas páginas, y menos contenido y valentía, para lo mucho que ha vivido (que no "vividor", como ayer despreciativamente le trataban en la contrataportada de "Sport").

Al "Ara parlo jo ", a la hora de escribirlo, al protagonista le ha faltado tomarse algún café de aquellos que preparaba Angel Mur padre. Era una oportunidad de oro para terminar de una vez con el mito Cruyff. Pero Rexach no ha querido darle el toque final. De hacerlo, la sombra alargada de su ex compañero, ex jefe y amigo, no consentiría que fuera el comentarista-técnico de los partidos que retransmite TV3.

jueves, 27 de marzo de 2008

Ronaldinho, ¿juguete roto?

Todavía no he leído íntegro el libro "Ara parlo yo" (Ahora hablo yo) que ha escrito Carles Rexach sobre su larga vida barcelonista. Pero entre las páginas leídas, salen a relucir los nombres de dos ex compañeros suyos. Uno vivo (Sotil) y otro muerto (Benítez) de los que no hace mucho les hablé al referirme a la vida bohemia de algunos futbolistas. Rexach explica el impacto que supuso la muerte de aquel extraordinario ídolo uruguayo que fue Julio César Benítez y rechaza la versión oficial que se dió en su muerte: por ingerir unos mejillones en mal estado. Así lo dijo el club, y así lo publicó la prensa, la radio y la televisión de la época. Benítez murió con el hígado destrozado de tanto beber. Acudió a entrenar un viernes (el domingo jugaban ante el Real Madrid) pero ya no pudo entrenar. No tenía fuerzas para hacerlo. Yo estaba aquel día allí. Entonces, a los entrenamientos, íbamos cuatro y el gato. Esa mañana, todos sus compañeros los vieron fatal. Menos un directivo que allí estaba y me reservo su nombre. "Va, no es nada. Es lo de siempre". El médico del club le dió una inyección de no sé qué...y al poco rato lo trasladaban urgentemente al Hospital de la Cruz Roja. De allí, ya no salió. Al día siguiente, sábado, fallecía. No explicaron los servicios médicos qué tipo de inyección le habían aplicado, ni la directiva quiso aclarar nunca su muerte.

Benítez era el gran ídolo, como lo es ahora Ronaldinho, pero sin títulos. Benítez pilló los peores años del barcelonismo (los sesenta) más preocupado el club por solventar el agujero económico que había generado la construcción del Camp Nou, que por potenciar el equipo. Fue, además, la peor década arbitral en la historia del club. Con algunos arbitrajes que, como escribe Rexach, eran peores que el protagonizado por Guruceta. Como un tal Pascual Tejerina, del que un día les hablaré, que en Córdoba le robó una liga al Barça al señalarle un inexistente penalty que transformó un fino interior llamado Fermín, no sancionando antes otras penas máximas favorables al Barça. Pero de ésto, ya hablaremos otro día.

Pero regresemos al tema.

Rexach, en su libro (escrito todo con la prudencia y flema que le caracteriza), se refiere también a la injusticia que supuso el sacrificio del peruano Sotil en beneficio de Neeskens. Rexach se limita a decir que se hizo por "impulso" de Michels y Cruyff y que con aquella decisión se comenzó a romper un equipo campeón. Como así fue. Y ha sucedido en otras ocasiones, y probablemente está sucediendo -de otra manera- ahora. Rexach explica eso pero no entra en detalles de lo que esa decisión (dejarle sin jugar) supuso para el Cholo. Sencillamente, que se echó a la nocturnidad y sobre todo a la bebida. Cerraba cada noche "Las Vegas", en la calle de Aribau.

La pregunta siempre ha sido la misma: ¿fue exclusivamente Sotil el responsable de su cambio de vida o fue aquella decisión de quitarle injustamente la titularidad para fichar al holandés Neeskens (amigo y ex compañero de Cruyff)....?.

Nunca se sabrá. Lo que se sabe es que el líder de aquel equipo (Cruyff), el entrenador(Michels) y el presidente (Montal) empezaron a desmontar un equipo campeón. Primero fue Sotil, después la marcha de Juan Carlos, y más tarde el traspaso del formidable Marcial. Es decir: las noches y la bebida ganó un cliente (Sotil) y los socios perdieron un equipo que ya nunca más fue el mismo, por los caprichos de Cruyff, la tolerancia de Michels y la pasividad de Montal.

Sotil fue el pim, pam, pum de todos. Nadie quiso levantar la mirada (y menos la voz) más allá del peruano. Cuando hay derrotas (de lo que sea) siempre es necesario un cabeza de turco. El Barça ya no era el del primer año de Cruyff, las culpas íban dirigidas al ausente. Ya "iba bien" la nueva y trasnochadora vida del Cholo.

Juguetes rotos han habido, los hay y los habrá. Manolo Summers, el padre de David el cantante de Hombres G, hizo una espléndida película sobre ese tema. Summers relataba las vidas, entre otros, del torero Nicanor Villalta, del boxeador Paulino Uzcudum, y del futbolista Guillermo Gorostiza, "la bala roja", uno de los mejores extremos zurdos que ha dado el fútbol español, que murió alcoholizado tras ser el gran ídolo del Athletic de Bilbao y después del Valencia. Ganó seis Ligas y 5 Copas de España, y ya bebía más de lo debido en su época de gloria.

La bebida y la nocturnidad ha estado muy ligada al éxito y la gloria, no sólo entre los futbolistas, sino entre los artistas, los escritores, los periodistas, los deportistas, los directivos, los presidentes. No se ha escrito demasiado del tema y, sobre todo, no se ha explicado si siempre los "juguetes rotos" ha sido exclusividad o no de los protagonistas. Yo he conocido como a un boxeador, uno de los mejores que ha habido en el mundo, el cubano Angel Robinson García, quince días antes de un gran combate, los que lo llevaban lo hacían detener para meterlo en la cárcel y sacarlo dos días antes de la pelea para que estuviera en forma. Después del combate, lo primero que hacían era llevarle unas putas al hotel y los días siguientes dejarle que trasnochara y bebiera lo que quisiera. Robinson, que durante un tiempo boxeó en el desaparecido Price barcelonés, fue uno de los ídolos de aquella "gauche divine" (Senillosa, Bofill, Regás....) gran aficionada al boxeo.

O no se ha escrito todavía con toda claridad cómo se fabricó a un gran ídolo nacional, José Manuel Ibar Urtain, cómo se repartieron los muchísimos millones que producían sus combates (televisados en directo a precio de oro)....y como el pobre Urtain, deprimido, acabó con su vida arrojándose de un décimo piso. ¿Fue Urtaín el único culpable y responsable de su muerte.....?

De todo ésto, les hablaré.

Hoy únicamente pretendo que se haga una reflexión sobre las horas que está viviendo (y padeciendo) Ronaldinho. Cómo todos le tiran a matar. El penúltimo oportunista, el entrenador Luis Fernández que, ahora, en las horas bajas del brasileño, dice en un libro como en su época del Paris Saint-Germain, el jovencísimo Ronnie se dedicaba a escaparse a las discotecas y a subirse mujeres a la habitación. ¿Por qué no lo decía cuando Ronaldinho estaba en la cresta de la ola...?. Me parece triste, como lamentable que TV3 se haya hecho eco en estos momentos.

Esta misma semana, anteayer, mientras a alguno se les llena la boca hablando siempre de solidaridad, de justicia, de apoyos al jugador, ese mismo personaje estuvo de juerga toda la noche, con su nueva acompañante. Ya sé que no es el mismo caso los que tienen la obligación de cuidarse para competir, que los que se sientan en un palco, pero la moralidad (la doble moral) es la misma. O peor.

No quisiera por nada del mundo que Ronaldinho acabara como un juguete roto. Pero entre todos, o entre muchos, le están empujando a convertirse en ello. Está más solo que nunca. Su desengaño es tan grande que la única compañía que en estos momentos encuentra es a lo que generalmente invita la noche.

¿Es él, sólo él, el único culpable?. Hay otros, en el propio Barça, con camisa blanca y corbata, tan responsables (o más) de la soledad y el desquicio que está viviendo Ronaldinho, a este paso, si nadie lo remedia, camino de ser un nuevo juguete roto.

martes, 25 de marzo de 2008

Ronaldinho, peor que un delincuente.

No quería escribir de Ronaldinho. Quería hacerlo sobre la cantera del FC Barcelona. Pero será mañana. O pasado. Desgraciadamente, la actualidad, me hace seguir/insistir sobre el ídolo de la afición barcelonísta. Sobre el futbolista que durante más de cuatro años ha hecho felices a millones de niños catalanes/españoles/brasileños y de todo el universo. Alegría por verle jugar. Alegría porque hacía (hace) lo que nadie es capaz de hacer en un rectángulo de juego. Y alegría por esa sonrisa cómplice, contagiosa, que emanaba felicidad a raudales.

No voy a ser yo quién salga en defensa del Ronaldinho de día, y del Ronaldinho de noche. Debe ser él mismo quien lo haga, y si no lo hace él, nadie más lo hará. La intoxicación informativa, la maldad informativa, ha podido más que sus debilitados defensores, si es que los tiene, salvo los casos de Cristina Cubero, Juanjo Castillo y cuatro más. Pero están ya agotados de pregonar en el desierto. Nadie les hace caso. No quieren hacerles caso, porque interesa un Ronaldinho tocado/derribado/hundido.

Si alguien tenía que haber hecho algo por regenerar la figura del gaúcho era (es) el club. Empezando por el presidente. Pero es el primero que ha dejado caer al ídolo. Hace más de un año que provocó su caída. Desde que el protegido e intocable jugador de los mandamases (Joan Laporta/Alejandro Echevarría) lanzara aquél obús contra su compañero Ronaldinho y contra el entrenador Rijkaard. Desde aquel día se abrió la veda sobre el brasileño. El jefe de prensa, y sus súbditos, no hicieron nada, absolutamente nada, por frenar aquella bomba dirigida a minar, a sepultar al gran ídolo de la afición.

No había ninguna vendetta por en medio. Era todo (es) una cuestión de celos. Ronaldinho había crecido tanto/tanto que había eclipsado a todos, empezando por Laporta y pasando por Cruyff. Para el barcelonismo no existía otro referente que el brasileño. Un brasileño que, además, había llegado por la puerta falsa, es decir, en contra la voluntad del presidente y de "el maestro". Y eso nunca ha sido perdonado. Y se utilizó a Eto'o primero, y a un ejército de periodistas después, para acabar con la estrella de Ronaldinho.

Escribe hoy, Carles Sans, gran culé, en las páginas del diario "El Mundo" que "La transparencia que prometió Joan Laporta cuando se alzó a la Presidencia del club debería aparece ahora que los socios y aficionados nos estamos preguntando qué se esconde, por ejemplo, tras el "caso Ronaldinho". Y el actor, miembro de El Tricicle, añade: "Es evidente que las lesiones son el argumento menos creíble de todos cuantos corren por ahí. La lástima es que todo son especulaciones, constantes rumores, que nadie confirma ni desmiente y que no hacen más que emborronar la imagen de un gran equipo que anda perdido, desmotivado, lejos de aquel Barcelona que tanto nos hizo disfrutar".

En una palabra: Carles Sans pide lo que prometió JL en la oposición, en la campaña electoral y sólo salir elegido: transparencia.

Pero JL no quiere claridad. Es un personaje acostumbrado a las barricadas de su etapa en la oposición, y prefiere que sean otros los que se muevan, los que hablen, los que escriban. Basta con escuchar las radios nocturnas, seguir las tertulias y leer según que diario. He oído de todo. He leído de todo. Desde que llega borracho a los entrenamientos, hasta que se droga. De todo eso, para arriba. Hoy, sin ir mas lejos, sólo hay que coger el diario "Sport" y leer a algunos de sus articulistas. Y ayer. Y anteayer. Y mañana. Todo al servicio de la causa.

He llegado a la conclusión que es mejor ser los Albertos/Javier de la Rosa/Roldán, cualquier tipo de delincuente, sea chorizo, violador o criminal, e incluso terrorista, que ser en estos momentos Ronaldinho de Assís. Hay más cuidado, más respeto, más medir y cuidar las palabras con cualquiera de los citados (y otros muchos más) que con el hombre que ha entusiasmado a las masas barcelonistas (y no barcelonistas) durante estos años.

Aquí no se trata de si Ronaldinho es el mayor culpable o no, que para mí es tan o menos responsable que Rijkard/Txiki Begiristain/Ingla/Soriano/Laporta y toda la junta directiva. Nadie ha movido un dedo por su rehabilitación como deportista. Han seguido, paso a paso, como caía del pedestal, sin hacer nada/absolutamente nada por evitarlo. Lo que te lleva a la conclusión de que eran partidarios de su caída.

Y en este baile de disfraces, a quién más hispócrita, a quién más falso, a quién más celoso, a quién más vomitivo, han participado (participan) todo un coro que dicen ser periodistas que jamás se habrían atrevido a decir del peor de los delincuentes lo que han dicho, dicen y seguirán diciendo de Ronaldinho.

No deja de ser chocante que en este país que defendemos el derecho al honor y a la inocencia, mientras no se demuestre lo contrario, e incluso a la rehabilitación de los terroristas, un futbolista no pueda acogerse a ninguno de esos derechos y regresemos al túnel del tiempo cuando alguién era sentenciado sin juicio alguno.

Me parece realmente bochornoso, y me parece realmente vergonzoso que toda una directiva como la del FC Barcelona consienta -y hasta alimente- este juicio sumarísimo sobre uno de sus futbolistas, sin que medien pruebas y togas por en medio.

Es el peor escándalo vivido en el Barça probablemente a lo largo de toda su historia. Jamás, en más de cien años de historia, ningún presidente, ninguna junta directiva, habrían permitido llegar las cosas hasta el extremo que han llegado.

Ya sólo falta que, remontándonos como hace algo más de un siglo, asistamos a una plaza pública para ver ejecutar públicamente a Ronaldinho, al parecer, el mayor peligro social que ha dado Catalunya y España en toda su historia.

Lamentable.

lunes, 24 de marzo de 2008

Criminalizar a Ronaldinho.

Da asco, verdadero asco, ver/leer/oir/escuchar como se está destrozando, sin miramientos, al hasta ayer gran ídolo del barcelonismo, Ronaldinho Gaúcho. Probablemente, desde la retirada de Kubala (hace casi medio siglo), el más grande de los jugadores extranjeros que han vestido la camisola blaugrana. Cruyff, en el Barça (no digo en el Ajax) no le ha llegado nunca ni a la suela de los zapatos al gaúcho. Cruyff, en cinco años como jugador azulgrana, fue el timo de la estampita. Ganó una liga, perdió otras cuatro ligas, y ganó en su despedida una Copa. Un fraude. Y en campo contrario, un doble fraude. Era lo mismo que jugara o no. Se paseaba, sin pegar golpe, por todos esos campos de la España-futbolística. A mí, no me lo tienen que explicar. Lo he visto y lo he vivido en directo. Mientras el resto se partía los cuernos, el señorito iba a los estadios como un turista más. Que hablen sus compañeros, que hablen los periodistas, que hablen los aficionados, que hablen los directivos (con Montal a la cabeza) de lo que hacía, de lo que hizo el holandés en cuatro temporadas y media, de las cinco que estuvo.

En sus primeros encuentros con el Barça, la mayor parte de defensas contrarios escurrían el bulto para no marcarle, sobre todo en el Camp Nou. Desde que se ganó la Liga-de-Cruyff, matemáticamente en Gijón ante el Sporting (en una memorable tarde de Marcial, autor de tres goles), el holandés desapareció. Y aquellos defensas que en los primeros meses preferían no ser los encargados de marcarle, a partir de aquella histórica, se prestaban a ser los elegidos para marcarle. Era un chollo. Especialmente en campo contrario, donde renunciaba a pisar el área desde el minuto cero.

En aquellos años setenta, Cruyff, que monopolizó todo, menos el trabajo, ya cobraba casi treinta veces más que el futbolista que más cobraba. Y además, anuncios, spots...Era una máquina de recaudar, no de jugar. De vez en cuando algún que otro gol en el Camp Nou, y dos pasecitos, y paren de contar. Y buscar siempre culpables. Menos él, claro.

Ahora, con gran cinismo, acaba de lanzar una nueva pulla al brasileño: "Querer es poder". Es decir, lo que él no se aplicaba en activo, se lo exige a los demás. Bueno, a los demás no, a Ronaldinho, del que tiene una gran envidia desde que lo ficharon. Y todo porqué a él no se le ocurrió el fichaje. Pero, ¿cómo se le va a ocurrir el hallazgo de un futbolista si se pasa el año jugando al Golf...?. Sólo sigue al Barça, al Ajax, y a la selección holandesa. De ahí no lo sacas. Ve menos partidos y jugadores que Txiki Begiristain, que ya es decir.

Cruyff, en su penúltimo ataque al brasileño, ha venido a decir que el gaúcho se borra de los partidos no importantes. Y lo dice quien se "escondió" en la final del Mundial de Alemania que ganaron los alemanes y la perdió Cruyff. Y cuatro años más tarde, en el Mundial de Argentina, no es que se escondiera, es que ya se borró de entrada. Argumentó molestias imaginarias y prefirió quitarse del medio porque intuía que la "naranja mecánica" no iba a ganar, como así fue.

Este predicador, ahora de diarios, es el que viene dando lecciones a todos y señalando desde hace cinco años a Ronaldinho como el gran culpable del Barça. En los primeros años, ignorándole, y ahora sumándose a los partidarios de esa hoguera pública que han preparado para el brasileño.

Ahí está, en las últimas horas, la pregunta más que intencionada a Rijkaard preguntándole si el jugador, después de su cumpleaños (28), había llegado en "plenas condiciones" al entrenamiento. Pregunta con más mala baba, imposible. Y respuesta menos diplomática, jamás la he escuchado: "Hoy, sí.".

Rijkaard, que a pesar de todo le tenemos una cierta simpatía, es un ser repudiable cuando se deja comer "el coco" por su presidente, por sus directivos, por su secretario técnico o por Cruyff. Sacas a Rijkaard de ese "círculo" y es otra persona. Un círculo, además, que le tiene preparada la cama y que le han dicho de todo por sentirse atraído por una mujer discreta de dentro del club. Les han hecho la vida imposible, más a ella que a él, los mismos que le abrazan cuando gana o cada vez que putea al brasileño.

Rijkaard, probablemente, acordándose de esos tipos que le han amargado una luna de miel en la semiclandestinidad, ha rectificado su mensaje sobre Ronnie veinticuatro horas más tarde, para salir ahora en su defensa. Pero ya era tarde, porque las frases quedan, no se las lleva el viento. Como queda la frase que acaba de lanzar Txiki Begiristain: "Ronnie nos tiene que convencer". Convencer, ¿de qué?. Si acaso, el que nos tiene que convencer de lo que ha hecho durante casi cinco años en el club, es usted, señor Txiki Begiristain, que además de ser el secretario técnico más caro del fútbol catalán/español/europeo, no ha hecho nada desde que está en el Barça. Viajar y viajar, comer y comer, y en las horas libres (que son todas) jugar al golf. ¿Y usted tiene la cara de decir que Ronnie nos tiene que convencer...?

Ronaldinho, si acaso, lo que tendrá que hacer es hablar. Salir al paso de todo lo que se dice en el interior y en el exterior del club. Hablar y explicarse. Decir que hay de verdad en lo que se dice y que hay de mentira en lo que también se dice con la voz más baja.

Salir al paso y descriminalizarse convocando una rueda de prensa general, o dándole una exclusiva a Cristina Cubero para contarlo todo/todo. Se ha convertido en una periodista-mártir en su defensa. Casi la única que le queda.

Termino. Y lo quiero hacer (por su valentía) con una frase escrita por Emilio Pérez de Rozas en la última del diario "Sport": "Parece claro que se irá Ronaldinho, cristalino que no seguirá Rijkaard, ¿por qué debería de continuar Laporta? ¿Por contrato?. También la estrella y el "mister" tiene contrato en vigor y desaparecerán, fijo. ¿Por qué unos han agotado el crédito y el presidente, que llegó en utilitario y ya vuela en jet, debe continuar?.

Yo únicamente le añadiría a mi admirado Emilio Pérez de Rozas, que el presidente, así es, vuela en jet, pero también privado, y no se sabe todavía quién paga esos caprichos millonarios. Lo he preguntado al club y nadie responde. Ni el jefe de prensa, ni el jefe de protocolo, ni el presidente, ni la directiva, ni el defensor del socio, ni el presidente de colores (la última, de cebra) de la Comisión Económica del FCB.

Todos hablan de Ronaldinho, juegue o no juegue, esté lesionado o no, se borre o no, pero de los aviones privados del presidente, nadie dice ni pío.

sábado, 22 de marzo de 2008

La dignidad.

Quiero decir una cosa, me duele, me duelo mucho, como pocos imaginan, tener que utilizar este medio para criticar/censurar cuestiones relacionadas con el Fútbol Club Barcelona. Pocos, muy pocos saben, lo que representa el FCB en mi vida. De toda la vida. Nací/corrí/jugué en una manzana donde años antes había tenido el Barça su primer campo, el de la Industria, entre las calles de Villarroel, Urgell, Londres, París. En mi mismo edificio, vivía uno de los grandes extremos que ha dado el club, Viñals. Y a escasos metros de dónde nació mi vocación deportiva, nació Josep Samitier y vivió Ricardo Zamora. Además, en esa zona, había uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el "Hostal del Gallo", que regentaba doña Tomasa, la hija de Can Costa de la Barceloneta, y su hijo (Freixas) fue una de las promesas del Barça mientras jugó al fútbol, antes de dejarlo en edad temprana.

El Hostal del Gallo era, culinariamente hablando, como Casa Costa pero en pequeño, con el mismo género y la misma calidad que el de la Barceloneta, pero más acogedor, más íntimo, donde era posible la privacidad. Ahí cenaban con cierta frecuencia Kubala, Hanke, Villaverde, Biosca, César...Y fue en ese restaurante donde las familias Kubala y Di Stéfano se reunieron a comer recien llegado el argentino a Barcelona y al FC Barcelona. Doña Tomasa preparaba las mejores paellas y zarzuelas de la ciudad.

Esa zona ha sido siempre una parte de la historia del barcelonismo (y también del españolismo, que ya explicaré en otra oportunidad). A pocos metros de esa casa donde estaba el antiguo campo de la Industria, se encontraba el Bar Ven y Ven, una de las peñas barcelonistas más populosas y apasionadas, y entre sus socios estaba un culé sin visión, que si la memoria no me falla, fue el primer barcelonista-ciego que acudía cada domingo a animar al Barça con su pequeño receptor de radio para seguir las incidencias del Barça a través de su locutor preferido, Miguel Angel Valdivieso, que fue el gran narrador del barcelonismo (después de Gerardo Esteban, Enrique Fernández y Joan Viñas y antes de la llegada de Joaquím María Puyal a las ondas del "fútbol en catalán").

He vivido, pues, barcelonismo/barcelonismo, y si me permiten pecar de inmodesto, conozco bien, muy bien, toda la historia del FC Barcelona. No la historia publicada, mucha de ella mal copiada, sino la historia verdadera, incluso la no publicada, que es la sabrosa. Durante años he tenido oportunidad de hablar con muchos de los grandes protagonistas del club, desde su nacimiento a hoy, y me han explicado/confesado lo que hasta ahora no ha sido publicable, pero que un día dejará de ser secreto de sumario. Entre otras razones, para explicar la historia, la auténtica historia de la entidad, desconocida para la gran mayoría, en muchos casos incluso por el propio club, cuyos "archiveros" se han dedicado más a cortar y pegar, a fotocopiar de hemerotecas, a ordenar algunos valiosos documentos y archivar los libros publicados, muchos de ellos, plagados de errores pero que al copiar de uno a otro han persistido (persisten) los errores y las equivocaciones.

¿A qué viene a ésto?, Viene a cuento porque el Barça, desde su existencia, se ha movido en la censura (de todo tipo) y en la crítica y autocrítica, y así se ha hecho grande, tan grande que es el primero de todos, aunque los resultados no siempre hayan acompañado.

En el Barça no ha funcionado el silencio, el secretismo, la autocomplacencia, y cuando la ha habido ha vivido sus peores años, sus peores épocas.

Ahora, desgraciadamente, vivimos una etapa de tinieblas interiores, de conversaciones a media voz, de penumbras, de insultos y descalificaciones contra aquellos que osan decir o escribir tímidas críticas. Desde el exterior de las oficinas del Camp Nou se oyen los gritos, las maldiciones, las rajadas del presidente y algunos de sus directivos contra aquellos que no hablan o escriben al dictado de su dictador principal.

Sabemos que han habido (hay) presiones sobre la puta prensa, cuando la prensa no dice ni el diez por ciento de lo que sabe. Si lo dijera sufriría un boicot por parte de quienes dirigen el la entidad y retirarían todas las promociones del mercado.

Estamos viviendo los peores años del barcelonismo en cuanto a sus relaciones con aquellos locutores/presentadores/periodistas que sólo dicen "algo", como quien no dice nada. Hay temor y terror a la tiranía laportiana, lo que me parece, además de rechazable, repugnante, que una entidad como la del FC Barcelona, promovedora de libertades desde su existencia, esté viviendo bajo una brújula de aires casi prosoviéticos, con tal de que la verdad quede oculta y sólo se hable y se señale a otros culpables que sirvan para desviar la atención de todos. No les importa a estos nostálgicos de la censura, regresar a los años en que no existía libertad de prensa, para de esta manera hacer y deshacer a su antojo, sin que nadie pueda decir nada.

Han matado a Ronaldinho y Rijkaard va camino del patíbulo. No les importa cómo los estan matando porque ellos han contribuído a ello. Lo único que les preocupa es que las muertes no les salpique a ellos. Es la única preocupación. Nos volverán a anunciar, como el año pasado, la llegada de cuatro fantásticos más, y todos contentos y a callar. Y mientras tanto, los responsables, los auténticos culpables de la marcha del club, seguirán en el palco sonriendo hipócritamente diciendo, como ha dicho JL después del Valencia-Barcelona: "Hemos caído con dignidad".

Todo es digno para la indignidad.

viernes, 21 de marzo de 2008

Un club con "líder".

Un título menos. Una decepción más. A este Barça ya le gana hasta el Valencia, que es lo último de lo último. Es más honroso caer ante el Getafe, el Racing, el Almería o el Recreativo que ante el peor equipo de la Liga, aunque no sea el colista. En "Mestalla" ha ganado (y goleado) todo hijo de vecino. Hasta el Real Madrid le metió cinco y el propio Barça tres, que ya es decir.

Hace unos días, esta especie de presidente/trilero que nos toca soportar (o si lo prefieren, este Gaspart-2) entró en el vestuario del primer equipo para, en una de sus habituales bajadas de pantalón, ofrecer una prima extra a sus jugadores por pasar a la final. La prima, naturalmente, no ha servido para nada. Sólo para poner en ridículo al ofertante y también para poner en evidencia a una plantilla que no tuvo los huevos suficientes para decirle: "A nosotros no se nos compra con más dinero. Si algo nos queda, es dignidad".

Es una vergüenza/desgracia, que ante este nuevo rico que es JL, la plantilla no tuviera lo que hay que tener, para sacarle los colores a este nuevo comprador-de-voluntades. Pero, lo dicho, la dignidad brilla por su ausencia.

Mal, muy mal, debe estar Carles Puyol para no poner en ese momento los puntos sobre las íes y decirle al visitador cuatro cosas que hay que decir cuando alguien (en plena tormenta, con la que está cayendo) se presente con esas costumbres sicilianas. Porque ese intento (la prima), además de una nueva torpeza de JL, encerraba veneno, otra tampa más: dejar a los jugadores como peseteros. Como así fue. Pocas horas después, el ejército-de-titiriteros que tiene el dueño de la finca (JL) trataban de mercenarios a los jugadores. No tuvieron reflejos Puyol ni sus compañeros, y, ahora, a las muchas leyendas que les caen encima (ninguna buena), tendrán que soportar el sambenito de peseteros y mercenarios, como ha hecho ya, el principal botafumeiro-del-actual-régimen-barcelonista, cuyo nombre y apellido es de sobras conocido.

Pero volvamos, por un momento, al terreno de juego, a ese césped que, en opinión de Txiki Begiristain, carece de líder. Es evidente que este equipo, sin Ronaldinho, sin Deco, sin Messi y sin Márquez, es un equipo vulgar, carente de liderazgo. Este cuarteto ha sido el que ha hecho grande al equipo. Con estos cuatro, en forma, con ganas, eran hasta buenos Eto'o, Valdés, Oleguer....Muertos/matados el brasileño, el portugués y el mejicano, se ha demostrado que este conjunto es uno más, de los del montón de arriba, pero nada más. Sin ellos, el equipo ni tiene magia, ni tiene encanto, ni tiene carácter, ni tiene nada....La defensa y el portero, son un coladero. Zambrotta y Abidal, por mucho que nos hayan vendido, no le llegan a la suela de las botas a Belletti y Sylvinho. El italiano ni ataca ni defiende. Y el francés ya dijimos que era una nueva versión de Zenden, pero en alto y negro. Hizo más y mejores centros Sylvinho en quince minutos, que el frances mientras estuvo sobre el campo.

Y la defensa, con Puyol y Milito, con Milito y Puyol, con Thuram y sin Thuram, pero sin Márquez, ni es defensa, ni es nada. Sin el mejicano, hasta Milito es diferente.

Pero sigamos. El centro del campo, sin Deco, es como una pasarela de moda por donde desfilan todos los contrarios que quieren, aunque esté Touré Yaya. Mucho músculo para nada. Es como una palmera que se dedica a mirar lo que pasa por su alrededor y de vez en cuando soltar un "platanazo" para dar señales de vida.

Y el equipo, sin Ronaldinho es otro equipo. Es uno más. Como el Madrid, o el Atlético, o el Sevilla. Es como la luz y el día. Prefiero un Barça con un Ronaldinho dormido (y hasta bebido) que un Barça sin él. La afición del Barça siempre ha querido espectáculo/arte/magia. Lo que no quiere son trotones sin sentido. Y todavía menos quiere engañabaldosas, o llorones, como esa nueva versión de Overmars-2, fichado también a precio de or0 y que nos ha enchufado este año el Gaspart-2.

El Barça es Ronaldinho, Deco, Márquez y Xavi. Lo otro, es otro equipo. Y no entiendo como Rijkaard, en un partido clave/crucial como era el del Valencia, no alineara a su estrella. Eso que no se lo llevó porque había entrenado poco esta semana, es un cuento como otro. En un club que entrena cada uno como quiere desde hace cinco años, o en un club que "el maestro" (o "el profeta") fue capaz de fichar a un jugador (Romerito) y hacerle debutar en un Barça-Madrid a los dos días de aterrizar y después de tres meses sin entrenar. O sea, que no nos vengan con gaitas.

!Ah!, para acabar. Regreso a la frase de la semana, a lo que dijo Txiki Begiristain: que a este equipo le falta un líder. Se equivoca. Dónde falta un líder no es en el conjunto, sino en la directiva. Si en la directiva, o en la presidencia, hubiera un líder, usted, querido Txiki, por muy apadrinado que estuviera, ya no era secretario técnico antes de ser nombrado. Pero, claro, en un club "liderado" por JL (o Gaspart-2), todo es posible. Hasta caer eliminado por el Valencia.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Laporta y el dinero.

El presidente del Barça está nervioso/inquieto/preocupado ante este encuentro con el Valencia en el que se juega estar o no en la final de Copa. En teoría, no debería estar obsesionado con el resultado final de esta eliminatoria. Este irregular Barça es todavía superior al conjunto de Koeman. Y más jugándose el partido en la capital del Turia que es donde falla más el conjunto valenciano, donde han ganado casi todos los clubs importantes, desde el Real Madrid al Espanyol, pasando por el Sevilla, el último.

JL se reunió ayer con la plantilla profesional en el vestuario. Algunos pensaban que el motivo era poner orden, cantar las cuarenta a todos los jugadores e, incluso, anunciarles una multa por los desmanes que vienen produciéndose desde hace meses. Pero no fue así. JL no fue a dar la cara, poner firme a la plantilla (y al cuerpo técnico) y anunciarles medidas disciplinarias, incluyendo posibles sanciones económicas. JL no fue al vestuario a pedir cuentas y pasar factura. Fue a pedir árnica. A postrarse a sus pies y anticiparles una prima extra en caso de eliminar al Valencia, que es lo que le quita el sueño. JL es incapaz de enfrentarse con la cruda realidad. Nunca lo ha hecho, ni lo hará. Es un presidente con una doble moral. Con dos caras (o cuatro si es preciso). Dice una cosa y hace otra. Y especialmente con las estrellas del equipo a las que teme en un cara a cara.

Laporta atraviesa el umbral del vestuario como atraviesa el arco de seguridad de los aeropuertos, con los pantalones en la bandeja.

Nadie hubiera dicho que aquel duro/implacable oposicionista a Núñez (no a Gaspart) y aquel pico-de-oro como candidato, una vez elegido presidente, se hubiera transformado con el tiempo en uno de los presidentes más impersonalistas/imperfectos/dóciles y débiles que ha conocido la historia del FC Barcelona desde que Hans Gamper fundara la entidad.

En los casi cinco años que lleva en la presidencia jamás ha sido capaz de dar la cara por nada. Sólo ha estado/figurado para los fuegos artificiales, para las frases-buscadas y las fotografías-pose. Ha sido (es) un presidente sin personalidad alguna.

Hace más de un año que uno de sus futbolistas más mimados y protegidos, Samuel Eto'o, hizo aquellas explosivas declaraciones en Vilafranca que significaron una auténtica bomba de relojería para el vestuario y que fueron el inicio de todos los males que aquejan a la plantilla. Desde aquel acto-verbal, desestabilizante, JL, ha sido incapaz de imponer la autoridad, la disciplina, demostrando que la inmadurez y la frivolidad han presidido todos sus actos.

Los que esperaban que ayer, con su presencia en el vestuario, JL iba a ejercer por una sóla vez como un auténtico presidente, se han equivocado una vez más. JL no dió el paso para pedir explicaciones, ni para imponer disciplina, fue, con el lirio en una mano y con el billetero en la otra, a ofrecerles a los jugadores un alto el fuego de los últimos días, y dinero/dinero/dinero para que eliminen al Valencia, su única obsesión y preocupación.

Hoy, a JL, sólo le preocupa el marcador. Lo único. Nada más. Porque sabe que su presidencia actualmente está ubicada en el marcador. Es su supervivencia, una vez perdida toda la credibilidad personal y presidencial.

martes, 18 de marzo de 2008

"Ronaldinhos de noche".

Hace unos días Antoni Ramallets fue objeto de un merecido homenaje. Se le hizo entrega, en un acto entrañable, de la Llave de Barcelona. Allí, junto a una de las grandes leyendas del FC Barcelona, estaban presentes otras viejas glorias de aquellos dorados años en que el Barça lo ganaba todo. Se sumaron directivos y prohombres del barcelonismo de distintas épocas, arropando al excepcional cancerbero.

De la actual junta directiva, sólo un representante, el directivo Rovira. Nadie más. Ningún alto directivo (ni bajo), ni técnicos representativos del Barcelona-de-hoy. Algunos se excusaron, o, peor, pusieron excusas. Naturalmente, no estaba Joan Laporta, a quien poco (nada) le dicen los hombres que han hecho grande el club. Era un acto menor, insignificante para él. A JL, del pasado, sólo le interesa Cruyff. El resto ni existe ni ha existido. Basta recordar lo que un día dijo por televisión, al ser preguntado si Kubala había sido el más grande de la historia de la entidad, "no puedo hablar de él, porque no le he visto jugar".

No es, pues, de extrañar, que en ese merecido homenaje a Ramallets no estuviera físicamente quien hoy maldirige el club. Se limitó a unas breves palabras móviles para justificar lo injustificable. Y como quien manda no estuvo, los mejor -o peor- mandados (Soriano, Ingla, Ferrer -el hereu-....) tampoco estuvieron presentes. Una vergonzosa vergüenza.

A lo que íbamos. A Ramallets, (elegido en el Mundial de Brasil el mejor guardameta del mundo), una periodista le preguntó si en su época los futbolistas salían por las noches. "En el Barça, como en el Real Madrid, toda la vida ha habido "santos".

Efectivamente, "ronaldinhos de noche", han habido todas las épocas. No es algo nuevo. Ya en los félices años veinte, los dos grandes genios de nuestro fútbol, Samitier y Zamora, eran tan célebres en el Paralelo (cuando el Paralelo era nuestro "pequeño París") como en Las Corts. Se decía que todas las grandes vedettes se peleaban por conquistar los corazones de los dos hombres más populares de Catalunya y de España. Samitier llegó a tener una habitación permanente en el Hotel Oriente, el hotel de la gran bohemia nacional e internacional. La segunda esposa de Zamora había sido una vedette de El Molino que, por cierto, le hizo el hombre más feliz del mundo hasta su muerte.

Las leyendas nocturnas de los grandes futbolistas, pues, han estado siempre presentes. Kubala, el más grande jugador de la historia del club, salía una noche sí y otra también. Junto a Kubala, sus inseparables Biosca y César, que arrasaban con las Ramblas y lo que no eran las Ramblas. Eran especialistas, además, en fugarse de las concentraciones en vísperas de los partidos. En los partidos más importantes, tanto Daucik (entrenador y cuñado de Kubala) como directivos del club, se quedaban haciendo guardia en el hall del desaparecido Hotel Vallvidrera para evitar que los ases se escaparan por la noche. Aún así, se escapaban. Con ocasión de un partido contra el Real Madrid, los directivos se dieron cuenta que, pese a la vigilancia, Kubala, César, Biosca y Moreno, no estaban en sus habitaciones a las cuatro de la madrugada. Hubo toque de alarma, y la casi totalidad de la directiva barcelonista estuvo recorriendo las Ramblas y el Barrio Chino en busca de sus ases. Dieron con uno de ellos, el menos figura (aunque extraordinario jugador), Moreno. Los otros tres aparecieron a no se sabe qué hora y Kubala tras llevarle alguién antes a los baños "turcos" para sacarle la tajada que llevaba encima.

La directiva de entonces dijo que aquellas salidas nocturnas no iban a repetirse más, que habría un castigo ejemplar. La realidad es que quedó en una multa....que fue perdonada quince días después tras una victoria. Eran años en que las artistas perseguían a los grandes futbolistas. Aunque la prensa de la época nada decía, toda Catalunya y toda España sabía que la gran Lola Flores estaba loca por Biosca y lo llegó a perseguir hasta en una gira que el Barça realizó por América.

A pesar de las amenazas de la directiva, los ases seguían haciendo de su vida su antojo. Sólo un jugador pagó los platos rotos, el menos famoso, Moreno (un extraordinario interior) que fue traspasado al Las Palmas, ante el cabreo y medio boicot de sus compañeros que sabían que lo traspasaban porque con ellos no se atrevían.

Como esos casos, cuatrocientos más. No quiero hablar de casos como el del gran ídolo del barcelonismo de los años sesenta, el uruguayo Julio César Benítez, que durante mucho tiempo fue el rey de la calle Tuset (cuando esa calle era el apogeo de la "gauche divine") hasta que el destino le puso punto final a su vida.

En la época de Cruyff-jugador, y de Cruyff-entrenador, como dice Ramallets "también han habido "santos". En esos años setenta, sólo se hablaba de las andanzas nocturnas de Hugo "Cholo" Sotil, pero el peruano no era el único, aunque cargó con las culpas de todo. Sotil, que había hecho una campaña memorable (la del 0-5 en el Bernabéu), al finalizar la temporada le dijeron que se nacionalizara español puesto que su plaza de extranjero la quería Michels para el recién fichado Neeskens. Le prometieron que en dos meses sería español, pero los dos meses se convirtieron en un año. Decepcionado y moralmente hundido, Sotil multiplicó sus salidas nocturnas hasta altas horas de la madrugada. Cada noche se le veía en "Las Vegas", un famoso local nocturno de la calle Aribau, al que acudían las más famosas y caras prostitutas de la ciudad, enamoradas de los "boleros" que cantaba cada noche Moncho. Sotil era uno más dentro de aquella decoración. Cuando regresó a la titularidad, ya no era el que había sido, pero de aquella situación fue tan responsable el técnico holandés Michels y la directiva, como el propio jugador, que después de la extraordinaria temporada que había hecho no merecía que le quitaran la plaza.
De aquel equipo "triomfant", no fue Sotil el único pecador. Hubieron más noctámbulos, algunos de ellos asiduos de "Los Tarantos", el tablao flamenco de la plaza Reial, aunque también abundaban los "pericos" porque la primera bailarina (Maruja Garrido) era/es españolista.

Eran la misma época en que ni los diarios deportivos, ni los de información general, no decían nada (como ahora, que tampoco dan nombres y apellidos) de las aventuras y desventuras de Barbara Rey y Carles Rexach, en que el "noi de Pedralbes" prometía fidelidad a la entonces despampanante vedette-presentadora de "Palmarés".

No quiero hacer extensiva la lista. Se puede hablar desde Di Stéfano (que se escapaba de Madrid a Barcelona a "correrla") a las fiestas sin límite de Maradona, o a las "noches sin límite" de varios de los jugadores que ganaron la Liga con Terry Venables, con la hija incluída.

Aquí han habido incluso entrenadores, como el argentino César Luis Menotti (el gran filósofo del fútbol) que para facilitar la "tarea" decidió poner los entrenamientos a media tarde para que, de esta manera, los jugadores pudieran dormir tranquilamente por las mañanas....Y de paso, claro, trasnochar también él. Era de los que cerraba Bocaccio a las cuatro de la madrugada.

Y el día que quieran, hablamos del ejemplar "Dream Team", cuyo lugar escogido para las pretemporadas, la población holandesa de Pappendal, fue calificado por el propio entrenador holandés como "peor que las Ramblas". Y no fue nunca Romário el más juergista de todos. El brasileño, sí, salía todas las noches hasta altas horas de la madrugada y no se escondía (ni casi bebía) pero los focos se colocaron en su persona, empezando por el entrenador, y eran otros los que se corrían las mayores juergas.

Hoy, todos los ojos, todas las miradas, todos los comentarios, todas las habladurías se centran en Ronaldinho. Se le dedican artículos, comentarios (nadie pone nombres y apellidos) e incluso portadas, ninguna para bien, claro está. Hoy, un diario deportivo se preguntaba en portada: "¿A quién quiere engañar Ronnie?".

Es evidente, y vuelvo a Ramallets, que Ronaldinho no es ningún santo, o dicho en el argot de la gran leyenda barcelonista es un "santo". Pero el brasileño no ha descubierto las noches en el último año. Las conoce desde que fichó y era santo y seña del barcelonismo. La diferencia entre el ayer y el hoy, es que las relaciones presidenciales y el jugador no sólo se han enfriado sino que son inexistentes. Pero igual que hay que censurar al brasileño, hay que responder con claridad y sinceridad a esa pregunta que se formula el diario deportivo. Ronnie, supongo, no quiere engañar a nadie. Todo el mundo sabe cómo ha sido/cómo es. Dicho ésto, ahora habría que preguntarse también ¿quién ha engañado a Ronnie?. Porque si Ronaldinho ha exagerado sus aventuras, incluso ha fingido lesiones en opinión del último parte médico, algo/mucho ha pasado por en medio, y no todo es culpa exclusiva del jugador.

Si hay un distanciamiento (que lo hay y grande) entre los que mandan en el club (y mandan cada vez peor) es porque, también, muy probablemente, han engañado al jugador con promesas no cumplidas en los días en que el presidente, los vicepresidentes, el "cuñadísimo", se daban codazos y empujones por sentarse junto al jugador y la familia prometiéndole y regalándole el oro y el moro, perros incluídos.

Los tiempos han cambiado. Ronaldinho, dicen, sigue saliendo por las noches. Pero también es casi seguro que ni es el primero ni es el único de la plantilla que lo hace, incluídos los que no son jugadores, pero ese es otro capítulo al que un día de estos les ofreceremos otras historias "para no dormir".

Hoy, Ronaldinho, es un ídolo caído/roto, que utiliza la directiva para desviar la atención cuando pintan bastos, de la misma manera que en junio pasado se fichó de prisa y corriendo (costase lo que costase, sano o lesionado) a Thierry Henry para que no se hablara de fracasos y se generaran nuevas ilusiones. Fracasado el francés, Ronaldinho sirve doblemente, para que todas las iras, sin excepción, caigan sobre su figura.

Termino. Hoy he leído en "El País", una entrevista con Álvaro Siza. El gran arquitecto portugués decía : "El arquitecto nunca es más importante que el edificio". Pues bien: en el Barça se da el caso de que este presidente (JL) se considera más importante que el club. Y ha hecho lo posible y lo imposible por, en un tiempo récord, cargarse la ilusión de miles de aficionados barcelonistas aunque con ello tuviera que dejar en ridículo a los servicios médicos, al entrenador y se haya llevado por delante al último gran ídolo del club. Como dice Dagoberto Escorcia en un magnífico artículo que escribe hoy en "La Vanguardia", titulado "Sin líderes en el campo y en el club", "Da la impresión de que los hombres que estaban dispuestos a vivir los mejores años de su vida en el club ya los han vivido".

lunes, 17 de marzo de 2008

Esta casa (la azulgrana) es una ruina.

Ya sé que el Barça puede hacer todavía el triplete. No todos pueden decir (y conseguir) lo mismo. Pero se ganen 1,2,3 títulos, la desilusión y la decepción de este año y medio, ya no nos la quita nadie. En este período hemos visto de todo. Como se desintegraba un equipo campeón. Como se dinamitaba un vestuario unido. Como se fichaba por fichar. Como se contrataba para tapar fracasos. Y como un equipo que maravilló a todos, con un futuro envidiable, capaz de combinar la eficacia con el "jogo bonito", que superaba con creces al irregular y desconcertante "Dream Team", se desplomaba por culpa también de una dinamitada política deportiva que generó una gran esperanza en la afición y que JL y sus palmeros quisieron liquidar por una cuestión de celos y envididas.

Históricamente, el Barça siempre ha funcionado cuando alguien ha hecho bien las cosas, con sentido común/talento/e inteligencia. En suma, cuando alguién mandaba sin decir que mandaba,
y cuando los jugadores sentían respeto por quien tomaba las decisiones deportivas porque veían que quien les hablaba sabía de qué les hablaba. Cuando ésto ha funcionado, el Barça ha prosperado. No sólo ahora, sino de siempre.

Alguien tiene, más que mandar, saber mandar. Los clubs de fútbol, las entidades deportivas, las empresas funcionan por criterios, por argumentos, por razonamientos, por saber lo qué hay que hacer. No chutan las cosas cuando son sustituídas por el "yo mando". "Aquí se hace o no se hace lo que yo digo, que por eso soy el jefe". Esto es lo que sucede en el actual Barça.

Seguir cargando las culpas sobre Rijkaard, o Ronaldinho, o Deco, o Márquez, o Puyol, no es ver la realidad. Es engañarse. Por encima de ellos, hay (cobra como tal) un secretario técnico, que fue un buen jugador, pero nada más. Como secretario técnico tiene fama de cómodo/de holgazán/de vago, de alguien que le interesa actualmente más el golf que el fútbol. Y si Txiki Begiristain no hace nada, y lo que hace, lo hace mal, alguien le puede llamar a capítulo. Pero, claro, si quién le tiene que decir algo, a él y a Rijkaard, y a los jugadores, es el vicepresidente Marc Ingla, apaga y vámonos. Desde que JL le designó para esa importante responsabilidad, Marc Ingla no ha tomado ninguna decisión, no ha dicho nada, no ha hecho nada, salvo irse a esquiar en un momento delicado del equipo.

O sea: tenemos a un secretario técnico que lo que le gusta es el golf y viajar. Un vice deportivo que le atrae esquiar, viajar y analizar no sé qué.

Y en la cúspide, un presidente al que todo ya le va bien, viviendo en plan "Yo, Claudio", encantado de haberse conocido. Incapaz de pegar un puñetazo en la mesa, incapaz de organizar el club que ha desaorganizado, preocupado por la política, por las fiestas, por los fuegos artificiales, utilizando aviones privados sin justificar e hinchando la nómina del club, todo ello con cargo a las cuentas de los asociados.

No sigamos engañando, no sigamos echando únicamente las culpas a los futbolistas-de-oro, a los trasnochadores, al entrenador de Santa Claus. Hay que comenzar a pedir responsabilidades a quienes son los auténticos culpables: de Txiki a JL, pasando por el inexistente Ingla. Para éstos, sí que el ciclo ha llegado a su fin, por mucho que quieran aferrarse a sus puestos.
Con títulos o sin ellos, la desgobernabilidad que vive el Barça es un problema de los que dicen mandar, no de los que tienen que obedecer.

sábado, 15 de marzo de 2008

Mesas, cucharas, tenedores y cuchillos culés.

La historia del Barça se ha escrito, además de en el campo, en los restaurantes de la ciudad. Desde siempre. Las tertulias barcelonistas las inventó el lotero Valdés, que además de repartir fortuna desde su popular casa de las Ramblas, fue el primero en convocar a los pioneros de la entidad para debatir sobre el club fundado por Gamper. Estos primeros debates se celebraron en la trastienda de su tienda, con una buena comida por en medio. Valdés, que por un error no figura entre los fundadores del Barça, la realidad es que lo fue, y fue uno de los grandes propagandistas del club, junto al intelectual y gran ideólogo de aquel naciente Barça, Lluís d' Ossó, familiar del fundador de las Teresianas. Los dos, Valdés y Ossó, fueron jugadores de los primeros equipos del Barça, los dos fueron directivos, además de mecenas y los inauguradores en sentarse en una mesa para coloquiar sobre el Barça y sobre aquel fútbo naciente.

Estas primeras tertulias-gastronómcas-barcelonistas se celebraban en un bar ya desaparecido de las Ramblas (casa Ramón), y también en Can Culleretas (en la calle Quintana), la casa de comidas más antigua de Barcelona, con más de siglo y medio de vida.

Más tarde, las comidas-futboleras-barcelonistas se llevaron a cabo en el restaurante de la Estación de Francia, que regentaban los Regás, una de las familias barcelonistas de mayor tradición. Es una lástima que el nieto de aquel Regás, Oriol, no haya participado en alguna de las directivas del Barça, o haya presidido el club. Hombres de su talento, creatividad e imaginación no abundan. Oriol Regás, barcelonista como pocos, ha sido un gran aventurero y un gran emprendedor, lo que no abunda. De joven, hace casi medio siglo, fue uno de los integrantes del junco Rubia que cubrieron la travesía Hong-Kong-Barcelona cuando el sólo hecho de navegar era una heroicidad, y mucho más si hablamos de esas distancias. Tres años después emprendió una nueva aventura, la operación-Impala, que consistió en cubrir veinte mil kilómetros a través de Africa en una moto. Otra proeza.

Oriol Regás fue, además, uno de los grandes impulsores de la "gauche divine", el creador de Bocaccio, la discoteca -"más que una discoteca"- que marcó toda una época en Barcelona, como lo ha marcado, Vía Venetto, su templo gastronómico donde creció Monje, su actual propietario. En todas las creaciones-Regás, el Barça ha estado presente. Si las paredes de Bocaccio o Via Venetto hablaran, conoceríamos buena parte de la verdadera historia barcelonista. Y, a veces, nos asustaríamos.

Otro de los grandes templos barcelonistas ha sido, durante muchos años, el restaurante "7 Portes", en los pórticos d`en Xifré. En el palacio culinario de Paco Parellada se gestaron fichajes, traspasos y se popularizaron tertulias en las que participaban los jugadores de la fama de Piera, Alcántara, Samitier, Escolá, Tudó...Entre manjar y manjar, nació allí la Agrupación de Antiguos Jugadores del Barça y allí mismo fue su local social.

Barça, cocina y tertulias, han estado siempre unidas. Los establecimientos Sala coparon las Ramblas y el barcelonismo durante muchos años. El impulsor, Esteve Sala Canyadell, fue presidente del FC Barcelona, y su hijo fue directivo. Sabían qué decían, qué pensaban, cómo respiraban los barcelonistas, sobre todo los de asiento y tribuna.

Durante unos años el barcelonismo pudiente, catalanista e intelectual, comía y debatía del Barça en el Agut d´Avinyó que regía un hombre culto y un gran señor, Ramón Cabau. De tanto escuchar hablar del Barça entre sus paredes, era probablemente el barcelonista mejor informado de la ciudad, pero incapaz de desvelar algún secreto barcelonista. Ramón Cabau, que iba cada día personalmente al mercado de la Boquería, un día, en una de sus depresiones, se quitó la vida en la propia Boquería al ingerir cianuro.

Por cierto, una de las tertulias más apasionadas sobre lo que ha sido y lo que ha representado el Barça, sobre todo antes/durante/ y después de la guerra incivil, tuve la oportunidad de vivirla en un almuerzo en el que estaban dos barcelonistas excepcionales, Manuel Ibáñez Escofet, padre de toda una generación de periodistas, y Jaume Miravitlles, un intelectual, ex comisario de propaganda de la Generalitat republicana y que vivió varios años en el exilio en París, México, Africa y Estados Unidos. Miravitlles, estuviera donde estuviera, siempre estaba pendiente de lo que hacía el Barça, club del que había sido jugador en sus años jóvenes. Ibáñez Escofet, fue asesor de varios presidentes barcelonistas, y dirigió la desaparecida revista "Barça" durante varios años. La discusión fundamental se centraba si los periodistas que eran barcelonistas y a la vez catalanistas en un régimen franquista, debían criticar o no a directivos y presidentes del mismo pensamiento en unos años que no había libertades de prensa y que ser catalanista no estaba muy bien visto, más bien lo contrario.

Sin embargo, tanto Ibáñez Escofet como Jaume Miravitlles coincidían que las tertulias barcelonistas más transparentes, más vivas, más apasionadas, las han protagonizado las gentes de a pie, los que no se podían gastar dineros en buenos restaurantes. El ejemplo más real, han sido las que durante años se han protagonizado en las Ramblas, a la luz de la fuente de Canaletas. Ahí se debatía el verdadero Barça, sin intereses por parte de nadie. No he visto en mi vida mayores discusiones y/o rajadas barcelonistas que en ese foro rambleístico. Ahí, los verdaderos culés, a los que les costaba sudor y lágrimas pagar el carnet de socio, los que no cenaban (de verdad) en cada derrota blaugrana, hablaban del Barça sin rodeos, y al pan le llamaban pan, y al vino, vino.

Hoy, hay pocas tertulias-de-verdad, de sentimientos auténticos. Las que hay son con la radio o la televisión por en medio. Y los periodistas, que generalmente saben más que los aficionados, hablan con el freno puesto cuando se trata de analizar o enjuiciar a los jugadores o a los dirigentes de casa. Y tienen miedo, casi terror, si tienen que decir lo que saben o lo que piensan de un presidente.

Aunque peor son, los que no son periodistas. Hay famosos que utilizan el privilegio de disponer de un micro o de una tribuna en un diario, para censurar exclusivamente a los jugadores. O mejor dicho: al jugador. Hay alguno de estos colaboradores de cinco estrellas, que aprovechan esas tribunas para ser una correa de transmisión de la voz de su amo. Y el amo, no es el dueño del medio. El amo, es el presidente del club que se convierte en intocable.

Cien años de comidas y tertulias barcelonistas, para acabar de esta triste manera.

jueves, 13 de marzo de 2008

Ama Rosa en Can Barça.

España/Catalunya ha tenido/tiene grandes novelistas. Pero los que más han llegado al corazón de los ciudadanos, han sido tres. Una asturiana (Corin Tellado), reina de la novela rosa-romántica, la más leída después de Cervantes, y que a sus ochenta y dos años sigue escribiendo. Un toledano ya fallecido (Marcial Lafuente Estefanía) que con el pseudónimo de "Arizona" primero, y de M.L.Estefanía después, fue el rey de la novela del oeste. Y un tinerfeño, también en el recuerdo: Guillermo Sautier Casaseca. Sin embargo, de los tres, el que más llegó al corazón, a la sensibilidad, a las entrañas de los españoles/as fue, sin duda alguna, éste último, Sautier Casaseca, autor de los culebrones radiofónicos más impactantes del país: "Ama Rosa"/ "Simplemente María"/"Lo que nunca muere".

A Sautier Casaseca tuve la suerte y el placer de conocerle. Fue escritor, autor teatral y, sobre todo, guionista radiofónico. Departiendo con él y con José Joaquín Marroquí (otro monstruo de las ondas y de la tele) contaba que sus grandes éxitos radiofónicos de hacer llorar a la gente no tenían secretos. "Lo más fácil que hay en el mundo, es hacer llorar al personal. Fíjate en los entierros, con qué facilidad la gente derrama las lágrimas, incluso aquellos que estaban deseando que se muriera". Un día les escribiré sobre el autor que más ha hecho llorar en España y en Cataluña.

Viene todo ésto a cuento porque, desde ayer, ha surgido, de imprevisto, un competidor de Sautier Casaseca: Thierry Henry. Su rueda de prensa de ayer no tiene desperdicio. Lástima que no se transmitiera en directo en programas como los de Ana Rosa Quintana o España en directo. Desde ayer, en inglés, y no en francés, ni en catalán, ni en castellano, Henry intenta emular a Casaseca para llegar al corazón de los catalanes, de los barcelonistas.

"¿Tú serías feliz si vieses a tu hija sólo cinco veces en ocho meses?". El auditorium de comunicadores se quedó mudo, sin habla, sin respiro. A mi me gustaría que esa pregunta, esa misma pregunta, Thierri Henry la realizara al pie de una obra pública, con miles de emigrantes que no ven a sus hijos en dos y tres años, intentando ahorrar unos dineros para traer a sus familias aquí, o a una de las miles de mujeres que también se han venido solas en busca de trabajo y de dinero para traer a sus pequeños hijos desde sus países de orígenes.

No te acostarás ni un día sin haber visto y/o aprendido algo nuevo. Pues bien: lo de ayer, es lo que me faltaba por ver y escuchar. Un futbolista, que ha ganado (gana) miles de millones, justificando su fracaso deportivo porque casi no ve a su hija.

Mire: si no la ve, es porque no quiere, así de claro y de rotundo. Cada semana tiene algún día libre para coger un avión (que se lo puede pagar) y desplazarse para verla. O alguno de esos días que aprovecha para rodar spots publicitarios, aprovéchelo para ir a ver a su hija, que nadie, ni la ley, se lo impedirá.

Y si usted quiere, defraudante Thierry Henry, deje el fútbol, renuncie al contrato vigente (que dinero ha ganado a toneladas), abandone el Barça y dedíquele todo el tiempo del mundo a su hija, que además se lo agradecerá.

Mire: sin ir más lejos, hay jugadores que han vestido los colores que ahora usted viste y que han dejado de jugar para estar cerca de sus hijos, para verles crecer. El penúltimo caso, no hace mucho, un defensa sueco, Patrik Andersson, que eligió regresar a su tierra para estar junto a sus hijos. Y si quiere, le puedo hacer una extensa lista de deportistas (unidos y separados, divorciados y ajuntados) que sin pomposas ruedas de prensa, al estilo "Ama Rosa", han renunciado al éxito (y al dinero) para estar cerca de los suyos.

Pero usted, amigo, lo quiere todo. Quiere a su hija, que me parece muy bien, pero quiere también las horas para pasar modelos, para grabar sports publicitarios, para irse a comer hablando de lo divino y de lo humano, y quiere la pasta, la gansa pasta que le paga religiosamente el Barça por haber sido un fichaje-político y no un fichaje-lógico.

Thierri Henry, usted llegó al Barça como consecuencia de una decisión-tapadera del fracaso de la anterior temporada. Laporta y Soriano lo trajeron el mismo día que el Real Madrid ganaba una Liga regalada por el Barça. Lo ficharon a precio de oro para desviar la atención de la afición y para que los diarios deportivos tuvieran portadas y páginas interiores donde ocultar el fiasco de la temporada. Lo contrataron, además, después de un año en el dique seco de su club, el Arsenal, y olvidándose ("tapándose") su mal perder en la final de París cuando puso a parir al árbitro, a Puyol y a Márquez, para justificar la derrota y su actuación personal.

¿Por qué no habló ayer que desde que usted no está en el Arsenal, su antiguo club, liderado por un barcelonista (Cesc Fábregas) funciona mejor/mucho mejor que en su último año en el conjunto londinense, con su hija junto a usted...? ¿Porqué dice que su hija es lo más importante del mundo y que eso justifica abandonar el Camp Nou mientras sus compañeros se están jugando la Liga cuando es usted quien abandonó Londres, la ciudad con más clubs de fútbol en la élite?

Usted, inquerido Thierry Henry, es todo un cuentista del siglo XXI, amparado por otro gran cuentista que es su presidente JL.

Ahora, al cabo de ocho meses de estar aquí, invéntese otros cuentos, pero no intente emular a Sautier Causaseca que como él no ha habido otro.

Juegue, marque goles o renuncie al club que le abona su costoso contrato, pero no nos venga con culebrones de tercera.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Jaume Ferrer quiere ser estrella.

Un día, Alejandro Echevarría, el cuñadísimo, dijo a uno de esos amigos-de-ocasión que le gusta frecuentar: "Ese, si yo puedo, no será nunca presidente del Barça". "Ese", al que se refería don Alejandro, era Ferrán Soriano.

Yo no sé si Soriano llegará a ser un día presidente del FC Barcelona o no. No soy profeta. Pero lo que no será es el delfín, el "hereu". Lo sabe desde hace unos meses. Desde que JL decidió remodelar la junta directiva, no con la idea de potenciar a Marc Ingla como vicepresidente deportivo del club, sino con el proyecto de sacar del baloncesto al directivo Jaume Ferrer para que no siguiera quemándose vivo en un Palau que vive en llamas.

Jaume Ferrer en el basket no ha hecho nada. O mejor dicho sí: gastar millones y millones de euros (el club que más ha gastado en Europa en los últimos años) y desmoralizar a los incondicionales del club. Su política de fichajes ha ido de fracaso en fracaso y su poder de persuación ha sido nulo. Dejó marchar a Marc Gasol, no le convenció para su retorno, de la misma manera que no hizo nada (junto a JL) por retener a Juan Carlos Navarro y fracasó en su intentó de fichar a Rudy Fernández.

Es decir, como directivo-ejecutivo-gestor, ha fracasado.

Pero Jaume Ferrer siempre se ha movido bien/muy bien entre bastidores. Y sigue moviéndose entre los que mueven los hilos fácticos de la calle Córcega, casi Diagonal. Por esos hilos llegó al Barça, y por esos hilos pretende/quiere ser el futuro presidente del FC Barcelona.

Jaume Ferrer, comenzó a ir al Barça con el fichaje de Cruyff. Entonces iba al Camp Nou con el carnet de otro, o sea, pagando otro. Ahora no, ahora paga lo suyo y (dicen) lo de otros. Cuentan que es el avalador de varios directivos, con lo cuál, tiene algo más de voz que otros directivos, aunque estando con JL siempre es una voz modulada, sin provocar la ira del presidente. JL no deja levantar la voz a nadie, ni a los que tienen nada (por supuesto) ni a los que tienen más que él, cosa que le jode.

Sin embargo, Jaume Ferrer ha sabido siempre moverse bien entre dos aguas, sabiendo además que en caso de marea, el salvavidas-fáctico que tiene, puede ahogar al aspirante a político.

Como el equipo va mal, las secciones van mal, el patrimonio comienza a ir mal, los dineros no van tan bien y JL tiene un plazo de caducidad como presidente, hoy parece que ha comenzado el "pistoletazo" de salida para quien pretende ser el futuro presidente. La alfombra se la ha puesto un diario de gran influencia para que la familia barcelonista (la no influyente, la que paga) vaya familiarizándose con él, con su apellido, con su cara. Y Jaume Ferrer ha comenzado ya su promoción personal y particular. Y ha comenzado diciendo que "no creo en los directivos que van de estrellas". Lo debe decir por sí mismo, porque el directivo que aparece hoy en colores, a dos páginas, en plan estrella, no es otro que él. Sí, el mismo que cuando aquel famoso documental-confidencial sobre el FC Barcelona reclamaba más protagonismo para los demás.

Yo no sé si Jaume Ferrer llegará a ser presidente o no. Pero lo tiene todo para serlo. Muchos directivos están dispuestos a apoyarle, no por lo que vale, sino porque ya ha anunciado que "me gustaría que hubiera una directiva continuista". Es decir, les asegura a la mayoría lo único que quieren: la tarjeta de directivo, el coche en el parking, un puesto en el palco, con canapés y whiski incluídos, y de vez en cuando algún viaje pagado, con hotel incluído. No aspiran a más. Es decir, a no perder su status actual.

Además, JL, se encuentra en un callejón sin salida y no tiene otra alternativa que apoyar a Jaume Ferrer (por cierto, bien visto por el cuñadísimo). Los hilos-fácticos que promueven la candidatura del hasta hace poco "tapado", son los mismos hilos que va a necesitar JL para su carrera política.

Así, pues, ya tenemos candidato a la vista. Candidato con más padrinos, imposible. Claro que, a veces, tenerlo todo a favor (padrinos y prensa incluídos) no es suficiente. Que se lo pregunten a Bassat. Hace años sí. El "porrón barcelonista" se lo pasaban de uno a otro dentro del mismo círculo de amistades. Pero los tiempos han cambiado. Y ahora, incluso con alfombras, hay que sudárselo. Tampoco mucho. Pero algo sí.

Ha comenzado, pues, la carrera hacia la presidencia del Fútbol Club Barcelona. Esto ya parece Norteamérica que las elecciones son eternas. Aquí ya tenemos a uno, que ni es negro, ni es mujer, ni es republicano. Algo será.

martes, 11 de marzo de 2008

Colorin, colorado...

Sin querer caer en la profecía, todo apunta a que Laporta no pasará a la historia del FC Barcelona como uno de sus grandes dirigentes. Lo ha podido ser. Tenía todos los mimbres a su alcance para convertirse en un buen presidente y,además, disponer de las grandes puertas de la sociedad civil catalana para entrar por cualquiera de ella. Pero,en escaso tiempo, ha dilapidado su patrimonio personal. Basta ser un observador
del quehacer diario de la entidad que preside, de los acontecimientos cómo se han ido produciendo desde que alcanzara la presidencia, para comprobar que toda aquella magia-verbal que desprendía, era todo artificial.

En estos cinco años en la presidencia del FC Barcelona, JL ha hecho todo lo contrario de lo que ha venido pregonando. Si decía blanco, era negro. Si prometía algo, incumplía la promesa. Ha sido (es) un excelente trilero, con traje y corbata, que ha operado desde la presidencia de la primera entidad de Catalunya (después de la Generalitat) cuando sus trapichuelas eran más propias de una acera de la Plaça de Catalunya donde los trileros engañan diariamente a la clientela con unas artes de magia que ya quisiera para sí Juan Tamariz, y que nos perdone el mago por la comparación.

"De todo lo acontecido el año pasado el club no ha aprendido nada" escribía ayer Daniel Vázquez Sallés en el diario El País. Yo iría más lejos. De todo lo sucedido en los dos primeros años de su gestión presidencial, no sólo no aprendió nada, sino que desde su prepotencia/su engreimiento/su chulería/su despotismo ha convertido la presidencia en un pequeño reino, sólo rodeado de aduladores, echando de su mirada a los críticos y convirtiéndose en un dictador con corona pensando que ésto es Africa y no Catalunya.

JL no ha sabido gestionar nada/absolutamente nada. Todo lo que ha tocado lo ha estropeado. Desde las secciones al fútbol. Desde los empleados a las estrellas. Ha reinado (reina todavía) durante estos cinco años como le ha venido en gana, fichando a quien le venía en gana (siempre con desacierto), prometiendo lo que no cumplía (de ahí la desilusión de algunas estrellas)y rodeandose únicamente de gentes capaces de no llevarle la contraria.

El Barça va mal. Va mal en lo deportivo. Va mal en lo financiero. Va mal en lo social. Y la responsabilidad sólo tiene un apellido: Laporta, más preocupado por la política que por el club, más preocupado por las relaciones públicas que por el club, más preocupado por inflar el capítulo de personal de la entidad (ha doblado el número de empleados), más preocupado por los viajes -¿a cuenta de quién?- que por los goles...y así indefinidamente.

Laporta es una nueva versión de "Yo, Claudio, barcelonista", que se ha cargado todo el capital del club.

La crisis barcelonista es ya exageradamente duradera. Y no cesa. Va a más. La interna y la deportiva. La gente se ha desinchado, se ha desilusionado, ha perdido toda la fe en los jugadores, en los técnicos, en los directivos y, sobre todo, en el presidente. Basta poner el oído en cualquier sitio para escuchar el sentimiento barcelonista.

Ya no importa ganar la Liga, ni la Copa, ni la Champions. La decepción y el cabreo es tan grande, que la obtención de algún (o algunos títulos) sería un bálsamo momentáneo, pasajero, de felicidad catalana, pero no de orgullo por el presidente que se tiene. Lorenzo Sanz ganó dos copas de Europa en cuatro años y no le renovaron la confianza para un nuevo mandato. Estaban hasta la coronilla de cómo llevaba el club, de lo que día tras día les iba llegando hasta sus oidos.

JL ha querido copiar lo malo, y dejar de lado lo bueno. Ha preferido romper los espejos donde mirarse de los grandes presidentes de la historia del club. Ha elegido compañeros de viaje que indignan la dignidad de los socios, entre ellos, Angel María Villar y todo para seguir medrando en las altas esferas en busca de horizontes que le abran otras puertas que proyecten todavía más su gran ego personal.

Y ha seguido dejando el vestuario (aunque digan que no) en manos de su nada recomendable cuñado Alejandro Echevarría, que es el único que maneja a su antojo a parte de la plantilla por las mesas y manteles de la ciudad. Y desde que, con su visto bueno, AE sigue controlando ese vestuario, hoy convertido en la pasarela Cibeles, donde relucen los relojes, las pulseras y los collares de oro y diamantes, y aguardan a la puerta los coches más lujosos del mercado. Este Fútbol Club Barcelona ya nada tiene que ver con el que entusiasmó durante tres años a la afición.

Gane la Liga o no, gane la Copa o no, gane la Champions o no, ya nunca será lo mismo. Si ganan, será en un arrebato imprevisto de amor propio de algunos jugadores que por ahora no lo tienen. Si se pierden los títulos, e incluso se ganan, la entidad ya tiene un perdedor: JL, el "Harry Pooter" de las palabras, pero de las palabras huecas y engañosas.

Colorín, colorado....esta presidencia, esta directiva, este cuerpo técnico, se ha acabado.

lunes, 10 de marzo de 2008

Xavier Sala i Martin.

He preferido que pasara el fin de semana/electoral para hablar de este personaje de colores, partidario de la economía/salvaje, presidente de la Comisión Económica del FC Barcelona (y ex presidente accidental) que responde al nombre de Xavier Sala Martin y propagandista laportista. Pues bien: no me gustó nanda su doble artículo del pasado viernes en "La Vanguardia" en el que decía que "no votaré al PSC porque nunca voto a irresponsables que faltan sistemáticamente a la verdad". Y que tampoco iba a votar a CiU "Porque Durán (Lleida) se quedó al otro lado del puente, anclado del siglo XX. Yo no votaré a Durán"

A mí, personalmente, me es indiferente a quien el señor Sala i Martin quiera votar o no votar. Es su derecho. Es su libertad. Ahora bien: como presidente de la Comisión Económica del FC Barcelona, no tiene ningún derecho a hacer públicas sus fobias y filias políticas, y si lo quiere hacer, renuncie a esa responsabilidad.

Es lo mismo que he dicho en más de una ocasión a JL: si quiere dedicarse a la política, dedíquese, pero no utilice al Barça como trampolín político para sus intereses personales.

Lo mismo es aplicable al señor Sala i Martin. Haga la política que quiera, intente influir en los votantes que quiera, pero desde fuera del Barça, una entidad que a lo largo de sus más de cien años de vida se ha caracterizado por ser "el club de todos", por tener un respeto a todos sus asociados, sea cual sea su ideología y su condición social.

Señor Sala Martin: si quiere hacer política, hágala, pero no desde el FC Barcelona. Si quiere continuar en la presidencia de la Comisión Económica lo primero que tiene que hacer es aclarar si JL utilizó un avión privado en el viaje BCN-Glasgow-BCN con cargo a los dineros de los socios o no. Pregunta que se sigue negando a contestar usted, al igual que el Defensor del Socio, el jefe de prensa y el presidente del FC Barcelona.

La autocrítica y la transparencia, comienza por sí mismo.

viernes, 7 de marzo de 2008

Leyendas en el olvido.

A veces, siento envidia del Real Madrid. Envidia de cómo trata/cuida/mima a sus leyendas. No de otras cosas. Y también a parte de su prensa porque se ocupa con frecuencia de sus mitos (y no mitos), de sus viejos ídolos.

Me jode decirlo, pero es así.

Un dato. Aquí, mientras Kubala moría casi en silencio, el tan criticado Florentino Pérez convertía a Di Stéfano en presidente de honor del club. Y años después, siguen tributándosele homenajes para mantener viva la llama de su más grande estrella de los años cincuenta.

Muerto Kubala (y otros grandes), quedan en vida otras grandes leyendas del FCB. Entre ellas, Antoni Ramallets i Simón. Después de Zamora, el guardameta más grande que ha tenido el club,el fútbol español y uno de los mejores del mundo, por no decir el mejor.

Hace más de medio siglo, en los Campeonatos del Mundo de Brasil de 1950, periodistas y técnicos de todo el mundo, le eligieron el mejor guardameta del Mundial por sus prodigiosas actuaciones. Formó parte del Once Ideal junto a otros grandes fenómenos del fútbol mundial, como los brasileños Bauer, Zizinho y Ademir, los uruguayos Varela, Ghiggia, González, Tejera, y los otros dos españoles que compartieron honores con "el gato de Maracaná", el valencianista Puchades y el bilbaino Gainza.

Las paradas/los paradones/los vuelos de Ramallets en ese Mundial no los pudieron ver los aficionados catalanes y españoles porque no existía todavía la televisión en España. Estaba la radio, y la afición estaba pegada a aquellos viejos receptores escuchando los partidos que transmitía Matías Prats (padre) y que convirtió a Ramallets y al bilbaíno Zarra, en los grandes héroes nacionales.


Aquella leyenda, aquel mito, aquel héroes, Ramallets, será noticia los próximos días porque, a sus ochenta y cuatro años de edad, recibirá la Llave de Barcelona, un galardón que se entrega a grandes protagonistas de la vida de Cataluña. El honor, la honra, le llega con cierto al guardameta azulgrana, pero siempre es mejor tarde que nunca.

Muerto Kubala, Ramallets es la última gran leyenda del barcelonismo en vida. Quedan otras leyendas afortunadamente con vida (Biosca, Seguer, Segarra....). Pero Ramallets sólo ha habido uno, como Ricardo Zamora sólo hubo uno.

Don Antonio (como se le conoció popularmente por sus grandes actuaciones) nació en la Villa de Grácia, un barrio independiente y republicano que se anexionó a Barcelona a regañadientes. Los viejos gracienses, siguen considerándose gracienses, no barceloneses.

Ramallets jugó en el Grácia y en el Europa, y antes que se fijaran otros de sus excepcionales cualidades, Samitier, el gran fichador de la historia del FCB, se lo llevó al Barça, a pesar de que en aquel momento el club disponía de otro gran guardameta, Velasco. Pero Sami no lo dejó escapar: "Este chaval será el sucesor de Zamora". Y así fue.

No le fue fácil conseguir la titularidad del marco azulgrana. Fue cedido al Real Mallorca, al San Fernando (por el servicio militar) y al Real Valladolid, antes de reincorporarse al Barça. Y aún así tuvo que esperar su oportunidad, que le llegó por una grave lesión ocular de Velasco en Vigo que a punto estuvo de costarle la visión de un ojo para siempre. La feliz intervención del oftalmólogo doctor Arruga (de fama universal y gran barcelonista) hizo el milagro de curar a Velasco, pero su inactividad por la recuperación permitió a Ramallets en convertirse ya en un ídolo de la afición que llenaba siempre el desaparecido campo de Les Corts.

Ramallets, además de ser un extraordinario arquero, seguro por abajo, seguro por arriba, seguro bajo los palos, seguro en las salidas, era todo un dandy fuera del campo, pero también dentro de él. Llegaba siempre corriendo al marco, dejaba inicialmente los guantes, el gorro y una toalla en el fondo de la red. Sus jerseys eran inconfundibles (negro o verde, con el escudo del Barça en el centro del pecho). Y sus rodilleras blancas como el sol. Si llovía, se ponía los guantes.

Ramallets, terminaba el partido, con el peinado casi intacto, por mucho trabajo que hubiera tenido. Junto a Marcel Domingo (un guardameta francés del Atlético de Madrid y del Español), y Juanito Alonso, del Real Madrid, eran los porteros más elegantes.

Fue uno de los grandes galanes del fútbol catalán y español de los años cincuenta. Participó en una película que fue un gran éxito taquillero: "Once pares de botas", que protagonizaban José Suárez, Elisa Montes, Carmen Pardo, Pepe Isbert, Mary Santpere, y el también jugador internacional del Espanyol (y del Real Madrid), Francisco Javier Marcet, uno de los pocos futbolistas con carrera en aquellos años.

Un día, hablando con el director de aquella película, con el que yo tenía buena amistad, Francisco Rovira Beleta me dijo de Ramallets: "Como portero ha sido un número uno, pero en el cine también podía haber triunfado como galán. Podía haber sido el nuevo Alfredo Mayo o quien compitiera con Paco Rabal cuando éste era el galán del cine español...."

Durante los más de diez años que fue titular indiscutible en el Barça y en la Selección Nacional, Ramallets cerró el paso a magníficos porteros que fueron emigrando del club, uno tras otro, tras aguardar inútilmente su oportunidad. Ramallets no cedía el puesto, ni a su sombra. Por la suplencia desfilaron guardametas que triunfaron en otros clubs: Caldentey, Estrems, Celdrán, Larraz, Rodri II...Goicolea fue el que más duró en la suplencia. A Goico (que montó una empresa téxtil con el jovencísimo Luisito Suárez) le quisieron todos los grandes clubs españoles, pero su respuesta era invarible: "Prefiero ser suplente de Ramallets, que titular en otro club".

A mediados de los años cincuenta, cuando parecía que el cancerbero de Grácia podía empezar a flaquear, el FCB fichó al mejor guardameta de América, el argentino Medrano, teóricamente para sustituirle. El fichaje fue un nuevo estímulo para Ramallets, y Medrano (un grandioso portero) tuvo que coger de nuevo las maletas y regresar a su país: no había forma de quitarle el puesto a don Antonio.

Ramallets llegó al club, como hemos dicho, de la mano de Samitier, y con el gran Enrique Fernández en el banquillo debutó en el primer equipo. Pero sus años de grandes éxitos los vivió con Fernando Daucik-Kubala (la época de las 5 Copas) y con Helenio Herrera.

Como todos los grandes genios, tienen una tarde negra/oscura/aciaga. Su peor tarde como azulgrana coincidió con el momento cumbre del equipo, la tarde que toda Cataluña soñaba con la conquista de la Copa de Europa en Berna. Falló don Antonio por primera vez en su vida, falló su defensa que nunca fallaba y la delantera del Benfica hizo el resto. Tres-dos, en una desafortunada tarde en que la delantera azulgrana estrelló hasta cuatro balones en la madera.

Para Ramallets, como para la mayor parte de aquel mítico equipo fue el final de sus carreras. Salvo para Luis Suárez, traspasado en vísperas de la gran final al Inter de HH, por veinticinco millones de pesetas en un traspaso récord hasta aquella fecha.

El 6 de marzo de 1962, Antoni Ramallets i Simón, fue objeto de un grandioso homenaje en su retirada. En el Camp Nou no cabía un alfiler. Toda Barcelona/toda Cataluña, quiso estar en la última vez que Ramallets iba a vestirse de blaugrana. Fue ante el potente Hamburgo de Uwe Seler, uno de los delanteros más peligrosos de Europa. Esa noche, Ramallets se alineó unos minutos, cediendo el relevo al joven Sadurní que con el tiempo se convertiría en el guardameta titular del equipo, a pesar de que el Barça había fichado al valencianista Pesudo para reemplazar al irremplazable don Antonio.

Ahora, a sus ochenta y cuatro años, va a recibir la LLave de Barcelona, y las nuevas generaciones probablemente se enteraran de que el Barça tuvo un portero llamado Ramallets. Un guardameta que ganó seis Ligas, que ganó cinco Copas de España, que ganó cinco veces el "zamora" (algo que nadie ha conseguido igualar), que ganó Copas de Ferias, Latina, Pequeña Copa del Mundo....y que fue el gran galán entre los guardametas catalanes y españoles.

La próxima semana probablemente los diarios le dediquen una fotografía, un pequeño espacio, y que incluso hasta algún directivo esté presente en el homenaje que se le tributa. Y después de recibir la Llave, probablemente regresará al olvido.

No somos justos con nuestras grandes leyendas. Nos olvidamos con excesiva facilidad y comodidad de los que fueron nuestros grandes ídolos. No queremos saber nada de las gentes que hicieron grandes a los clubs, y que hicieron felices a nuestros antepasados. Es igual. No nos importan. A nuestras glorias, los enterramos antes de hora. Vivos. Parece que el ayer no ha existido. Que sólo existe el hoy. Así nos va.